28/4/11

Lo que necesito de ti



Reconocer que uno necesita de los demás tal vez sea una de las premisas más importantes a la hora de crecer personalmente y de entablar una verdadera comunicación y sin tapujos con los demás.

Al reconocer que necesito de los demás soy capaz de ver esa parte vulnerable de mi yo y esa vida no desarrollada al completo, esa vida que día a día se está haciendo y desarrollando.

Es más, cuando me reconozco y me acepto, me dejo ver, me doy a conocer y cuando ésto sucede le estoy dando a los demás la necesidad de aportar algo a mi vida.

El mundo de las relaciones no es un mundo de adivinos donde se juega a que adivinen lo que necesito, lo que me pasa o lo que se cuece dentro de mí. La interpretación y la adivinación tienen que dar paso a algo mucho más importante: la comunicación, una comunicación basada en la confianza y en el reconocimiento de lo que uno es, de lo que carece y de lo que otros le pueden aportar a su propia vida.

Pero además, reconocer ante el otro que necesito de él además de hacerme humano también lo hace al otro más, ya que le estamos diciendo que en su vida hay riqueza, una riqueza que puede apagar la sed que existe en la de uno.

Lo importante es saber y querer comunicarse. ¿Seremos capaces de hacer una lista de nuestras necesidades y compartirlas? A veces el orgullo puede más, pero más importante es la vida.

27/4/11

¿Quién soy yo y ante quién soy?



Desde que nacemos dependemos ciertamente de los demás, especialmente de nuestros padres. No nos valemos por nosotros mismos. Tal vez esa sensación y realidad de codependencia nos lleva muchas veces a necesitar de los demás y a depender de ellos. Los demás, en este sentido, son un arma de doble filo: pueden servirnos de acicate para desarrollarnos a través del apoyo y reconocimiento, o pueden servir de castigo criticándonos, juzgándonos o despreciando nuestras vidas. De ahí que muchas veces nos mostremos y que otras nos ocultemos de los demás. Dicen que siempre habrá dentro de nosotros algún secreto que tan sólo compartimos con nosotros mismos.

Imagínate por un momento que estás totalmente a tu aire, en tu casa, en una playa desierta o en un lugar en el que eres plenamente consciente de que nadie te observa. ¿Cómo actuarías, vestirías, pensarías o hablarías contigo mismo? Imagínate ahora que a tu lado hay seres con los que compartes gran parte de tus valores y creencias. ¿Actuarías exactamente igual? ¿Y si la gente que estuviera a tu alrededor fuera gente que no te acepta, qué harías? Y puestos en el caso, ¿qué ocurriría si los que te ven son gentes que desconoces?

No hay nada como llegar a casa, cuando ello se puede dar, y sentirte a gusto, apoyado y respaldado. Me viene a la mente aquella mítica frase de Adán de que "ésta es carne de mi carne y hueso de mis huesos...." Para sentirnos plenamente libres necesitamos de ese calor, de esa mirada que te respeta como persona, de ese alguien que ve en ti a otro alguien genuino y especial.

Es cierto que a quien te respeta y admira le debes algo muy importante: respeto y admiración, y sabiendo que es alguien diferente a ti, alguien que también necesita exclamar que eres carne de su carne y hueso de sus hueso, algo que hoy llamaríamos empatía.

Ser yo dentro de mi propia casa, de mi propio trabajo y dentro del mundo que me rodea. Ser yo, dejando ser tú a los demás, de tal manera que todos nos veamos apoyados, valorados y ayudados a sentirnos libres y confortables en lo que somos para que mejor nos podamos desarrollar y crecer.

26/4/11

Yo, tu, ¿Todos?



Siento que el YO es importante, tan importante que es trascendental. Sin mimarnos o cuidarnos creo que la vida sería una ruina. Siempre se ha enfatizado al OTRO en la vida de tal manera que muchas veces se nos pedía renunciar a ser nosotros mismos en el nombre del AMOR. Como creyente siempre he admirado el resumen de lo que la importancia de la fe o de la religión en la vida de la persona humana: Amarás a Dios y al prójimo como a ti mismo.

Amar a Dios, seas creyente o no, es amar LA VIDA en sí misma. Si no amo lo que me rodea, aunque a veces sea difícil entender lo que pueda suceder al rededor de uno, difícil mente puedo amar al otro y mucho menos amarme a mi mismo. Tenemos que sentirnos cómodos y satisfechos allá donde estemos, de lo contrario, mal asunto.

Pero fíjate por donde que el orden en el mandamiento es Dios, el prójimo y uno mismo. Tal vez de ahí siempre queramos colocarnos de últimos. Curiosamente el orden real no es ese, sino DIOS, UNO MISMO y PRÓJIMO. Sí, amar al prójimo COMO a uno mismo.

Si no me amor, no me cuido, no me valoro, no me desarrollo como persona, ¿qué puedo dar a los demás? El mayor amor que puedo dar a la vida y a los demás es el de mi propio desarrollo personal. Lo que desarrollo puedo ofrecerlo y compartirlo. Solo cuando me amo, puedo amar. Sólo cuando me perdono, puedo perdonar. Sólo cuando se crecer, puedo ayudar a crecer a los demás.

25/4/11

Yo



¿Quién soy yo? Es la gran pregunta, la gran interrogante, el enigma que muchas veces nos rodea. ¿Somos cometas al viento? ¿Tenemos identidad propia? ¿Somos productos elaborados por una sociedad o sistema que nos va diciendo como tenemos que ser?

¿Soy acaso el cuerpo que habito? Lo digo porque nuestro cuerpo es un gran dilema que influye hoy en día en nuestros estados de ánimo. Desde la publicidad nos dicen cuál debe ser el tipo ideal de cuerpo a tener, el color, el corte y el brillo ideal de nuestro cabello, el color de nuestra piel o hasta el blancor de nuestra dentadura. Algunos sucumbimos ante estas exigencias cayendo en neurosis extremas de culto al cuerpo. No importan si llegamos a ser anoréxicos, bulímicos o depresivos. Tal vez lo podamos conseguir o no, pero cuando miro a tanta gente que camina sin complejos por la vida, a tantos que han perdido la movilidad después de un accidente, aunque no han perdido su sonrisa, después de ver a cantidad de personas que han superados traumas horribles de su cuerpo algo me dice que YO NO SOY MI CUERPO, al fin y al cabo mi cuerpo cambia todos los días.

¿Acaso soy yo el rol que desempeño? Tal vez me identifique como padre, madre, hijo, hija, asesor, médico o albañil. Es el trabajo que hago a diario, es mi responsabilidad que tengo que acometer cada día pero, ¿qué pasa cuando un día alguien se va del lado de uno, bien por muerte bien por los diferentes caminos de la vida que uno toma. ¿Qué pasa cuando uno ya no está en su puesto de trabajo o cuando no está ejerciendo como tal? ¿Qué sucede cuando me quito mi uniforme de trabajo y me enfrento a la dura realidad de cada día y a lo que tengo? ¿Soy reconocido por la labor que hago o por la persona que hay detrás de un rol o trabajo? YO ALGO MAS QUE UN TRABAJADOR O UN ROL EN LA VIDA.

¿Soy una persona dependiente de lo que los demás esperan de mi? Tal vez la actitud de servicio o de querer estar a la altura de las circunstancias nos lleva a querer agradar a mucha gente, caer bien, ser el punto de atención de los demás, ser alguien valorado por los demás. ¿Y qué pasa cuando no consigo agradar a los demás? ¿Qué ocurre cuando mi vida no responde a sus expectativas? Tal vez me suma en una profunda desilusión y quien sabe si llegue a detestarme a mi mismo. YO NO SOY LO QUE OTROS ESPERAN DE MI.

SOY ALGUIEN, con pensamientos, ideas, creencias, valores, actitudes, miedos, ilusiones, esperanzas, anhelos, sentimientos que forman parte de la vida. SOY ALGUIEN genuino, particular, especial, único con capacidad de generar vida, de dar vida y de darle a la vida el propio color que llevo dentro como consecuencia de lo que pienso, siento y creo.



22/4/11

Viernes Santo y paradojas de la vida



Hoy es Viernes Santo y me vienen a la mente las grandes paradojas de la vida en las que cantidad de dichos e ideas un tanto irracionales pueden confluir para explicar las mismas situaciones. Una de ella puede ser fácilmente la de "métete a redentor y saldrás crucificado", otra es la de "Quien mal anda, mal acaba", también podríamos decir la de "por sus frutos los conoceréis", por no decir la de que "quien siembra, recoge".

¿Son realmente ciertas estas frases? ¿Dibujan la realidad tan cuál? ¿Pueden aplicarse a la vida de Jesús? ¿Es Jesús la excepción?

Si bien es cierto que la muerte de Jesús, simbólicamente hablando es la muerte de un malhechor, es una muerte fruto de un castigo, no creo que la realidad sea precisamente esa. La muerte, el desprecio, la frustración y la soledad además de ser signos de coherencia con una vida y con un mensaje, son también símbolos de la contradicción humanas que muchas veces no recoge, precisamente, los frutos que ha querido sembrar ni pone el fin deseado a una trayectoria que se ha recorrido. La vida no siempre es como lo que sucede en la películas. Sientes que das cantidad y que recoges, en ocasiones, poco, nada o exactamente lo contrario de lo que te has propuesto.

Es difícil entender la vida, pero para el que le da un sentido todo lo que ocurre siempre tiene un pequeño o gran hueco en la trama de la película que vive. Y lo que vive lo hace desde una dimensión que otros tal vez no entiendan, ya que mientras unos se mofan y burlan, otro sigue creyendo en unos valores, en una actitud y en un estilo de vida, que en el caso de Jesús sigue siendo el perdón, el respeto y la generosidad.

Mucha gente tenemos dificultad en saber vivir las vicisitudes de la vida. Nos quejamos. Nos sentimos víctimas de las circunstancias, de los demás o del sistema establecido. Sólo quien acepta la realidad y le da sentido, o más bien quien integra la la realidad en el sentido que tiene su vida puede vivir plenamente el dolor de una manera plena, constructiva y gratificante. 

Es por ello que el símbolo de la cruz es el símbolo no de la renuncia o del fracaso, sino el símbolo de una manera de vivir que tiene total significado aún cuando otros se puedan burlar, mofar o rechazar. Tan sólo quien lo vive con sentido sabe plenamente lo que vive

21/4/11

Reacciones

Siempre me ha llamado la atención un pasaje del evangelio en la que espíritus inmundos se sienten atacados por Jesús y se vuelven como locos.

Hay personas que cuando se sienten retadas reaccionan de una manera muy violenta. El reto es como si alguien intentara destruirla y ante la amenaza reaccionan violentamente. En su semblante y en sus palabras más que una actitud drástica, agresiva y violenta se denota algo más importante: miedo, terror, inseguridad.

¿Qué pasa si alguien nos reta? ¿Qué sucede si alguien nos pone a prueba? ¿Qué ocurre si alguien actúa de manera diferente?

¿Por qué tender a justificarnos, a querer agradar o a querer tener la razón? Si alguien nos reconoce o aprueba, ¿Tendremos realmente más razón? Lo importante es vivir coherentemente con nosotros mismos y no caer en el juego de los demás.

20/4/11



Hemos sido educados en un mundo en el que teníamos que decir SI en casi todas las ocasiones. Era como un símbolo de la disponibilidad, generosidad, apertura y de tener en cuenta al otro. Incluso se nos inculcaba poner al otro por encima de todo, una manera de entender el amor.

El NO era algo más bien insultante. Era, precisamente, todo lo contrario: egoísmo, tacañería, falta de empatía y muchas cosas más. De hecho, si alguien nos dice NO, ¿cómo reaccionamos? Generalmente se produce en nosotros un sentimiento de no reconocimiento, de no sentirnos tenidos en cuenta o incluso de menosprecio. El No produce, por lo general, un sentimiento negativo en nosotros.

La vida está hecha de SI y NO. Si hacemos un recorrido sincero por nuestras vidas y recorremos todas las respuestas afirmativas y negativas que hemos dado en la vida estoy seguro de que hay más de un SI y más de uno del que nos hemos arrepentido y más de un SI y de un NO del cual estamos agradecidos.

Saber decir NO en un momento dado puede ser una respuesta sincera, profunda y sobre todo "de personalidad y de seguridad en uno mismo". Detrás de muchos SI se esconden miedos a no ser aceptados o a ser integrados en un grupo de trabajo o social. NO implica poner por delante unos valores, unas creencias y un sentido ético ante lo que uno cree y piensa de la vida y de sus circunstancias.

El NO dentro del sentido negativo que etimológicamente puede tener conlleva toda una sensación de vida y de reafirmación de la personalidad. ¿Cuantos NO en nuestras vidas nos han llenado y han llenado de vida a otros? Tenemos que aprender a vivir con el NO, pues no deja de ser un SI a la vida y a uno mismo.

19/4/11

Hola



¿Qué viene antes, el hola o el adiós? Tal vez en el tiempo el hola ocupa su primer lugar cronológico, pero en el caminar diario el "hola" bien puede venir después de cerrar un ciclo, una frase de nuestra vida.Cuando se acaba una fase de la vida, del trabajo, de las relaciones tal vez lo más saludable es el saber acoger, el estar abierto a lo nuevo, el querer dejar entrar en nuestra vida nuevos valores, nueva información, nuevas experiencias que nos hagan sentir que estamos vivos.

¿Te has encontrado en alguna ocasión en una circunstancia en la que te has encontrado con una nueva persona o situación y no has estado totalmente abierto a ella? ¿Qué ha pasado, qué has sentido? Muchas veces la falta de confianza, la inseguridad o el desconocimiento de la nueva realidad ha hecho que nos atrincheremos, que cerremos las puertas y ventanas a lo nuevo y nos quedemos inmóviles ante esas circunstancias, personas o hechos. No dejamos que penetre en nosotros el flujo de vida.

¿Qué nos pasa cuando miramos de frente, sonreímos, abrazamos, besamos o nos damos, simplemente la mano? Es un hola que nos abre al otro, a conocerlo, a dejarnos enriquecer por su vida, su experiencia, sus valores, sus ideas y sus creencias. El entusiasmo y el querer profundizar son el eje central de nuestra relación con esas personas.

Ante la vida, el dolor y las nuevas circunstancias hay algo que es importante: estar abierto, interesarnos por ello, querer aprender, saber enriquecerse y todo ello surge desde el dialogo, interés, respeto y reconocimiento de las personas o de las realidades que están ahí presentes. Abrirse e informarse, interés por el otro o por la nueva situación. ¿Qué aprendo yo de cada circunstancia de la vida? ¿A qué me invita? ¿Qué nuevos recursos tengo que desarrollar?

Decir Hola a la vida, cada día, es abrirse a lo inesperado que yo puedo aportar en cada situación. ¿Me cuesta abrirme a las nuevas circunstacias?

18/4/11

Decir Adios



Adiós, una palabra que no nos gusta utilizar y que solemos cambiar a menudo por un hasta luego, nos vemos, hasta la próxima y frases parecidas. Pero la realidad es que el adiós es algo fuerte y que tenemos que experimentar de forma fuerte en al menos dos ocasiones de nuestra vida: el momento de nacer, en el que le decimos adiós al vientre materno, con toda la seguridad que nos reportaba, y el momento de nuestra muerte en el que dejamos atrás toda nuestra experiencia humana. El adiós en una parte más de la vida, una parte que nos llama a ser nosotros mismos y que nos lanza a un mundo en el que tenemos que utilizar nuestros propios recursos.

Entre el nacimiento y la muerte hay muchos otros adioses que tenemos que decir, unos de forma obligada, otros que queremos asumir voluntariamente en el proceso de nuestro crecimiento: adiós al colegio cuando cambiamos de ciclo, y con ello adiós a muchos compañeros; adiós cuando nos vamos de casa, bien por estudios, bien porque nos independizamos o bien porque empezamos un nuevo estilo de vida; adiós cuando se nos despide de un trabajo y tenemos que comenzar una nueva andadura muchas veces en algo que no conocemos bien; adiós cuando despedimos a un familiar que se nos muere o cuando experimentamos el fin de un ciclo familiar que deja de llenarnos en un momento determinado; adiós a ideas, a creencia, a valores que han conformado parte de nuestra historia.

En la vida vamos diciendo adiós porque la vida es eso, un constante fluir en el que todo cambia, todo pasa y como el agua del río que desemboca en el mar ya no se vuelve atrás. ¿Es importante, pues, saber decir adiós? ¿Nos ayuda a vivir el saber cerrar círculos y experiencias? ¿Merece la pena el vivir anclados en el pasado con todas las experiencias positivas que hayamos podido tener?

Si echamos la vista atrás nos daremos cuenta de la cantidad de adioses que hemos dicho, unos con sonrisas y otros entre llantos y lágrimas, unos aceptados y otros que permanecen todavía abiertos y que nos impiden seguir viviendo con plena libertad. Pero detrás de cada adiós vivido y aceptado se han abierto nuevas puertas, otras posibilidades. Hemos crecido, avanzado, aprendido y desarrollado nuevos talentos y cualidades. El "no hay mal que bien no venga" se ha hecho realidad en nosotros posiblemente a costa de sufrimientos y de tener que despegarse de aquello que nos tenía apegado al pasado o a dependencias de todo tipo que nos impedía aprender, vivir y caminar.

Saber decir adiós siempre nos ayudará a crecer.

15/4/11

Nuestras frases



¿Te has parado a pensar en el número de frases que nos lanzamos a nosotros mismos o a otras personas a lo largo del día? ¿Te has fijado si van llenas de carga positiva o de negatividad? Lo cierto es que con quien más hablamos es con nosotros mismos. Y también lo es que los mensajes que nos lanzamos nos condicionan para bien o para mal.

¿Cuáles podrían ser los mensajes negativos que nos lanzamos?

  • No puedo.
  • No soy capaz.
  • No valgo para ello.
  • Todo me sale mal.
  • Es imposible.
  • Dudo de mi mismo.
  • Soy gafe.
  • Tiene que ser así y solo así.
  • Si no lo consigo será horrible.
  • Siempre ocurre lo mismo, etc.
Ante éstas y otras muchas frases que nos decimos o decimos a los demás lo que hacemos es poner una barrera ante nosotros que nos impedirá dar el paso o nos frenará la marcha. Somos nosotros mismos los que nos vamos creando el mismo mundo que no queremos y que rechazamos. Somos los que nos creemos los propios obstáculos que nos creamos mentalmente.

Si por el contrario le damos la vuelta a la tortilla y comenzamos a dirigir hacia nuestra mente mensajes totalmente positivos entraremos en una dinámica en la que todo es posible:

  • Otros lo han conseguido, ¿Por qué no yo?
  • Si es posible, sólo es cuestión de dar los pasos.
  • Puedo hacerlo, valgo para ello.
  • He conseguido otras cosas en mi vida, ¿por qué no éstas?
  • Ya se varias maneras de como no hacerlo, ahora tengo que probar de otras maneras.
  • Me siento capaz, solo necesito tiempo, paciencia y esfuerzo.
  • Puedo partir de lo que otros han hecho y conseguido.
Nuestra mente tiene que llenarse constantemente de mensajes positivos. Cuánto más mensaje enviemos a la mente, más posibilidades y caminos se nos abrirán. ¿Podemos?

¡QUERER ES PODER!
Tener una actitud positiva en la vida nos puede ayudar a:
  • sentirnos más seguros, 
  • superar miedos y temores 
  • aceptarnos tal y cómo somos.

14/4/11

Plan de ruta



Muchos de nosotros nos hemos propuesto cantidad de veces el conseguir metas, objetivos o resultados en algunas de las facetas de nuestras vidas. A veces vamos relegando ciertas cosas de un día para otro, tal vez porque no hemos encontrado el momento adecuado, a la personas adecuada, o la actitud adecuada. Al ir relegando las cosas de un día para otro nos vemos con la sorpresa de que un día determinado ha desaparecido de nuestro horizonte mental y, prácticamente, podemos decir que ya no forma parte de nuestra vida, de nuestros planes o de nuestros objetivos a corto o medio plazo.

Admiro a las personas que tienen esa constancia y que están detrás de ti un día y otro hasta conseguir lo que quieren para ellos, bien sea una venta, un contrato, una cita o un interés por algo que ellos te proponen. Constancia y planificación. Si un día no contactas con esa persona, con ese cliente o con ese compromiso que has hecho contigo mismo, vas y lo intentas al día siguiente. Es tener un plan de ruta. Es moverse por objetivos en la vida. Tal vez lo adecuado no sea el ser esclavo de las cosas, pero tampoco abogar constantemente por las excusas que nos ponemos una y otra vez.

El éxito de aquellos que lo han logrado ha comenzado por trazarse un plan de ruta en la que hay objetivos a corto, medio y largo plazo. Un plan de ruta que tienen una fecha para cada uno de los objetivos, aunque ésta pueda adelantarse o atrasarse, pero siempre hay una fecha. La fecha nos condiciona a establecer algo importante: un plan de acción, llamadas, encuentros, intentos aquí y allá.

¿Tenemos un plan de ruta? ¿Lo revisamos a diario, a menudo, constantemente?

13/4/11

¿Somos creativos?



Es una buena pregunta para empezar. ¿Somos creativos? ¿Cuánto de creativos somos? ¿En qué aspectos de la vida desarrollo más la creatividad? Si tuviera que repasar el último año de mi vida, ¿qué aspectos creativos he desarrollado por pequeños que sean?

Es curioso porque podemos ser creativos en un aspecto de la vida tan simple como la cocina, la decoración de la casa, las formas de presentar un trabajo o incluso las maneras de afrontar un conflicto. A veces la creatividad nos viene impuesta por la presión misma de la vida pero hay quien la busca de forma constante. Tal vez sea por espíritu aventurero, tal vez por inconformismo hacia la vida estandarizada o por cualquier otra situación. Pero creo que el que más y el que menos ha desarrollado algo de creatividad en la propia vida.

¿Qué nos aporta la creatividad? Yo creo, que a mi personalmente, el sentirme sujeto y dueño de mi propia vida, de mis propias decisiones y sobre todo un tono de originalidad. Es el sentimiento de sentirme diferente o único, peculiar o genuino. La creatividad añade a la propia vida un valor añadido: la autoestima, el sentirnos valorados por nosotros mismos y por los demás.

La gran cuestión es, si somos creativos en unas facetas, ¿lo podemos ser en otras? Tal vez si reconocemos un simple proceso de motivación, de técnica y de cómo logramos ser creativos en un aspecto, ¿podríamos trasladarlo a otros aspectos de nuestra vida? 

12/4/11

Las huellas de la libertad



Nunca se es del todo libre.....pero quizás tus condicionantes te llenan tanto como la propia libertad,si puedes tomar tus decisiones librementes ya has alcanzado un alto grado de esta......... UTOPÍA?, decía ayer Ángeles en uno de los comentarios que se dejaron en la reflexión de ayer. ¿Sabes lo que me llama la atención Ángeles?, lo de que los condicionantes nos llenan tanto como la propia libertad.

Es cierto, el que se siente atrapado por la droga, por el tabaco, por la dependencia económica, emocional o social y no son capaces de dar el paso hacia la libertad en el fondo sienten un pequeño placer y recompensa, no se si tan grande o menos  grande que el de la propia libertad, pero si hay cierta recompensa: olvidarnos de la realidad, evadirnos, no tener que enfrentarnos a nosotros mismos, no meternos en un mundo de inseguridades, etc.

Tengo mis dudas de que la recompensa sea tan grande como la de la libertad. Mientras que la falta de libertad me hace sentir dependiente de otros, la libertad me hace sentir dependiente de mi mismo, y con ello me hace sentir con una autoestíma grande y con un sano orgullo de mi mismo. Por el contrario, los dependientes no gozamos de la alegría de los que son libres, ¿sabes por qué?, porque nos sentimos poca cosa.

El quid de la cuestión, Ángeles, es tomar decisiones libremente, en coherencia con lo que creemos y con lo que queremos pero, ¿sabes cuántas veces nuestras decisiones se ven condicionadas por lo que dejamos atrás, por las personas que viven a nuestro alrededor? María Eugenia decía que dependemos unos de otros. Es cierto, más que depender somos interdependientes, me explico: Los demás dependen de mi libertad, y yo dependo de la libertad de los demás. ¿Podríamos construir un mundo basado en el miedo a los demás?

El miedo nos impide crecer, la libertad nos ayuda a sobrevivir con lo que somos, con nuestra propia autenticidad. No hay peor sabor de boca cuando los demás te alaban y tu sabes que dentro de ti hay falsedad y falta de autenticidad. El sabor más dulce es cuando expresas lo que tu vida es de forma clara y sin tener que agachar la vista o mirar a otro lado. Es cuando expresas que no tienes miedo de ti mismo, por lo que tampoco lo tienes de los demás.

11/4/11

El miedo a la libertad



La libertad es uno de los grandes valores que proclamamos y que al mismo tiempo exigimos, pero ¿somos conscientes de todo lo que la libertad trae consigo? Lo digo porque la libertad va mucho más allá de lo que el concepto político pueda dejar entrever. El teme de la libertad es tan viejo como la humanidad. 

¿Somos en realidad libres? ¿En una sociedad en la que buscamos asegurarnos de una u otra manera una estabilidad económica, personal, afectiva, social, laboral, etc. cuántas veces somos capaces de renunciar a ese tipo de seguridades para vivir tal y como realmente queremos?

De vez en cuando salta la noticia de alguien que renuncia a un tipo de vida y se va a trabajar al tercer mundo, o que deja a un lado su vida opulenta para vivir el día a día en un caminar sin cesar por caminos desconocidos del mundo alejados del mundanal ruido.

Hace poco me enteraba de la decisión de una persona cercana a mí que teniendo trabajo fijo en una multinacional, cobrando un buen sueldo y con un montón de facilidades que le da la empresa ha decidido abandonar la empresa para hacer algo que le gusta: estudiar inglés y encaminarse hacia algo que le llena mucho más, la cooperación internacional.

No es fácil ser libre y tomar las decisiones que el corazón con su lógica particular te va mostrando. No lo es fácil porque buscamos seguridades que nos den tranquilidad en vez de incertidumbre. Lidiar con la inseguridad, la incertidumbre y lo que de repente puede ser diferente o inesperado nos pone contra la pared. Nos pone contra las cuerdas en las que tenemos que desarrollar todas nuestras cualidad y destrezas al cien por cien.

El canto a la libertad es un bonito canto pero lleno de incertidumbres e inseguridades. ¿Es realmente libertad lo que queremos?

8/4/11

Imaginación, más imaginación



La lógica puede llevarte de A a B.

La imaginación puede llevarte a cualquier lado.


Albert Einstein

Nunca está de más preguntarse que parte del cerebro utilizamos más, ¿la izquierda o la derecha? ¿Somos lógicos o imaginativos? ¿Somos cuadriculados, de ideas fijas o le echamos imaginación a las cosas? Resolvemos todo siempre de la misma manera o se nos ocurren cosas diferentes? ¿Tiene importancia la imaginación o podemos vivir sin ella?

Las mejores etapas de la imaginación en el ser humano son las de la infancia. Como diría Einstein una vez más, "lo hemos conseguido porque nadie nos dijo lo contrario". Me encantan los niños precisamente por eso, la imaginación. No tienen fronteras. No les da corte el hablar solos, jugar a príncipes y princesas, a viajar en el espacio e incluso a afrontar riesgos sin medir consecuencias.

Como bien diría él, la única fuente del conocimiento es la experiencia, y a experiencias es el cúmulo de intentos fallidos y al final certeros de lo que uno persigue. Es pensar, desear algo diferente, plasmar con la mente y con las manos la extensión de la propia vida que uno lleva dentro. Se me antoja que a mayor imaginación, mayor experiencia de vida tenemos y mayor desarrollo de nuestras capacidades personales.

¿A qué nivel estaré yo de imaginación?

7/4/11

Vivir desde el otro lado



Últimamente no se porqué pero cada dos por tres oigo a mi alrededor hablar del sentido positivo de la vida, o del lado positivo de las desgracias. Había una viejo sacerdote en Pontevedra, Don Peregrino, que en una ocasión dijo que la Virgen María era como un cerdito, pues de ella se aprovechaba todo. No creo que nadie se lo tome como una falta de respeto sino como una manera de entrar dentro de la psicología positiva de la vida. ¿Podemos aprovechar de la vida todo aquello que nos sucede en ella? ¿Realmente creemos en el "no hay mal que por bien no venga?

Ante las circunstancias que vivimos podemos vernos impotentes y desahuciados. Hay momentos en los que una situación o acontecimiento nos puede derrumbar. Hoy mismo, aunque en cierto tono de broma y con la confianza que había entre una persona y la camarera, ésta le pregunto que le recomendaba de postre, a lo que ella con toda la alegría del mundo comenzó a describir y a mostrar un postre que a ella misma le encantaba: yogur con calabaza. Rápidamente la persona la cortó en seco y le dijo: pues tráigame un café.

Los que la acompañábamos nos quedamos cortados, y los dos estallaron en risa. ¿Cómo reaccionar ante la brusquedad de la vida? ¿Cómo actuar ante los contrastes inesperados que muchas veces nos encontramos? Tal vez la carcajada, quizá la apertura y una actitud de resolver curiosamente los posibles choques puedan ayudarnos a ampliar horizontes.

Es cierto que me puedo sentir menospreciado, ignorado, utilizado y muchas cosas más, y con ellas puedo venirme abajo. Dice Einstein que en los momentos de crisis la imaginación y la creatividad son mucho más importante que la inteligencia en sí. Imaginación y creatividad nos llevan a salir no sólo del problema, sino que nos conducen a nuevos caminos, que aunque muchas veces sean inesperados, muestran aspectos positivos de los que uno puede aprender.

Es por ello que ante situaciones difíciles hay importantes preguntas: ¿En qué me puede ayudar esta situación? ¿Qué puedo aprender aquí? ¿Cómo me puedo beneficiar? ¿Qué aspectos de mi puedo desarrollar más? Los ciegos dicen que desarrollan el sentido del tacto y del oído. Todos podemos aprender y desarrollar algo, siempre que apliquemos el sentido positivo.

6/4/11

Dolores de parto



Todos nos hemos visto en la tesitura de toma de decisiones que implican grandes responsabilidades, renuncias y que a veces afectan a nuestras creencias, valores o incluso pueden implicar a personas que viven o trabajan a nuestro lado. En todo el proceso de la toma de decisiones se pueden dar nervios, tensiones, momentos de ansiedad, miedos a equivocarse, sensaciones de pérdida o de falta de control. Y hoy se me ha ocurrido que son experiencias como las del parto por no decir las de un embarazo con final feliz de parto con todas las complicaciones que se puedan dar. Otra cosa es que no haya final feliz y haya que buscarlo.

Hay un pasaje en el Evangelio en el que Jesús hace alusión al parto para explicar el proceso de la fe, es decir, el proceso de caminar hacia aquello hacia donde nos dirigimos. Y cuando habla de ello dice algo muy curioso: que una vez que se da a luz nadie recuerda los dolores del parto, ni los fastidiosos momentos del embarazo. Tal vez, y como reflexionaba yo hace unos días, una de las cosas que tendríamos que tener en cuenta es preparar y prepararnos para el escenario positivo más que centrarnos en los momentos duros del proceso.

A quien se centra en el dolor, le acaba doliendo. Para quien la mente está puesta en la meta, el dolor adquiere otro sentido mucho más profundo y duradero. Vivir el parto de la vida diaria implica no estar removiendo una y otra vez los aspectos negativos, dolorosos y frustrantes de los procesos, sino más bien centrarse en el bebé que viene, en la meta que se acerca, en el ideal que estás dispuesto a alcanzar. El parto se vive desde el nacimiento, y no desde el estado de soltería que se tenía previamente. La vida la gozamos desde lo que vamos dejando nacer en cada instante y no desde lo que dejamos atrás.

5/4/11

Dolor o sufrimiento



Dicen que el dolor se relaciona con el cuerpo, mientras que el sufrimiento se relaciona con el espíritu. Las emociones y los sentimientos son las causantes de nuestros sufrimientos, mientras que nuestras enfermedades lo son de nuestros dolores. 

¿Te has preguntado del por qué de nuestros sufrimientos? Noches en vela ante la tardanza de un ser querido. Ansiedad, nerviosismo e inseguridad ante un futuro que pinta negro oscuro. Mal humor y agresividad cuando las cosas no surgen como uno quiere y desea.

Muchas veces los malos augurios nunca llegan. Hemos sufrido gratuitamente y sin necesidad. Otras veces llegan y los afrontamos con entereza, con lo que el sufrimiento nos ha preparado y fortalecido o, simplemente, hemos adelantado un sufrimiento innecesario a nuestra vida. Otras veces el sufrimiento lo hemos podido palpar con posibles causas justificadas: perdidas, desengaños, injusticias y otras tantas cosas más.

Pero en el fondo, ¿qué se esconde detrás de nuestros sufrimientos? ¿Nos hemos parado a analizarlos profundamente? ¿Qué dicen nuestros sufrimientos de nosotros mismos y no de los demás? ¿Qué miedos e inseguridades nos muestran con respecto a nosotros mismos?

Creencias, valores, ideas y otras tantas cosas nos marcan de tal manera que condicionan nuestra felicidad. El dolor tal vez nos resulte fácil controlarlo con fármacos. El sufrimiento tan sólo podemos controlarlo con nuestra mente y nuestra apertura y libertad hacia la vida.

4/4/11

La felicidad está en uno mismo



Nadie está a cargo de tu felicidad, 
sino tu mismo. 

Paulo Coello.

Esperamos mucho de la vida y de las personas. Las grandes frustraciones vienen de las grandes expectativas que depositamos fuera de nosotros mismos. Pocas veces nos damos cuenta de que en la medida que respondemos ante la vida estamos respondiendo a la felicidad o a la ausencia de ésta en nuestra vida.

Achacamos a lo que haya podido pasar en el vientre de nuestra madre para entender muchas de nuestras actitudes, de nuestros sentimientos o de nuestras vivencias. Miramos al pasado y nos dejamos igualmente influir por él como algo totalmente irremediable. 

¿Somos fruto del pasado? ¿Podemos cambiar nuestro presente? ¿Estamos predestinados y limitados por nuestra suerte?

Alguien, y no recuerdo ahora quien, dijo que no somos nosotros y nuestras circunstancias, como decía Ortega y Gasset, sino que somos lo que decidimos libremente en las circunstancias en las que vivimos. Sea por valores, apegos, sentimientos o lo que fuere, cada uno de nosotros tenemos en nuestras propias manos la posibilidad de decidir en un sentido u otro lo que podemos hacer en un momento determinado de nuestra vida. Otra cosa es que en medio de nuestras decisiones interfieran los miedos, los prejuicios, los valores o los sentimientos y creencias que tengamos en ese momento, pero somo nosotros los que decidimos ser felices o no, coger el camino de la felicidad o no, delegar nuestra vida en nuestras manos o en las de otros.

Somos nosotros, al fin y al cabo, los que decidimos.

1/4/11

IMAGINA, SOÑAR Y REALIZAR



Imaginar es fácil si lo intentas
pero lo difícil
es hacer realidad el sueño.

John Lennon

No se si estaré plenamente de acuerdo con este pensamiento de John Lennon. ¿Es fácil imaginar? A veces creo que vivimos en un mundo que ha dejado de soñar, aunque por otra parte vivimos en uno que es fruto de todo lo que han soñado otros. Hace falta desarrollar más el sentido de la imaginación para desarrollar todas nuestras cualidades y talentos, así como para hacer de la vida algo más pleno y lleno de sentido.

Si bien es cierto que a veces imaginar puede resultar fácil también es cierto que muchos de los sueños se quedan en el baúl de los recuerdos o de las buenas intenciones. ¿Qué nos hace falta para imaginar, soñar y realizar?

1. El primer paso no se si será el contemplar y admirar todo lo que tenemos. Recuerdo un día en el que nos resguardábamos de la lluvia debajo de un tractor en el cual estábamos cargando alfalfa para la vacas. Mi mente mientras veía y oía caer la lluvia contemplaba, se preguntaba y admiraba algo tan ajeno a la lluvia como podía ser el teléfono. No alcanzaba a comprender como la voz, el tono, el timbre y el mensaje podía circular al instante de un lado al otro del mundo. Me di cuenta de que cuando somos capaces de contemplar el trabajo, el esfuerzo y lo que desarrollan los otros nace en uno esa voluntad de querer aportar también tú algo a la vida y a los demás. Contemplando, no solamente usando, te das cuenta y valoras lo que uno puede llegar a hacer.

2. Resolver necesidades. Tal vez es el segundo paso. Podemos tener una actitud en la vida de ser como el agua que se estanca, o como la que recorre un y otro recoveco, un y otro obstáculo hasta encontrar cauce y salida por la que fluir. Es nuestra capacidad proactiva, la de querer resolver enigmas, problemas, obstáculos, la que alimenta nuestra imaginación. ¿Cómo han surgido cosas tan simples como la escoba, la mopa, la fregona, los peines por no decir los grandes inventos del hombre? Necesidad, más voluntad de satisfacerla, es igual a imaginación.

3. Es cierto que la motivación, esa necesidad de querer resolver las cosas, es la que nos lleva a pensar, a imaginar. Como ejemplo de imaginación, simplemente mira a los niños. Son capaces de ver, de crear y de imaginar. No les importa el ridículo, la fantasía, lo absurdo. Tienen imaginación, la plasman jugando con cualquier artilugio que encuentran en la calle, en el campo. Para ellos, todo es factible de ser usado y probado. Y es precisamente aquí donde hago hincapié en el tercer punto: acción. Sí, la acción, probar, cambiar, investigar, darle vueltas y si no funciona de una manera hacerla de otra. La acción es lo que hace realidad el sueño.

Decía Einstein que uno consigue algo porque nadie le ha dicho que no era posible. Hay mucha gente con imaginación , gente que tira del carro. ¿Cómo andamos nosotros de ella?

31/3/11

El más rico



"No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita", reza una anuncio de televisión. La verdad es que tiene mucha razón, y no solo desde el punto de vista económico, sino en todos los aspectos de la vida, el emocional, el afectivo, etc.

Muchas veces nos atiborramos de cosas hasta el punto de que nos creamos una dependencia de ellas. Hace un tiempo experimentaba eso cuando las redes de internet no funcionaban en el trabajo. Creaba un clima de desconcierto, de impotencia y de falta de recursos.

En el plano afectivo, ¿te imaginas decirle a tu pareja, a tus padres o a tus hijos decirles que no les necesitas para ser auténticamente feliz? En más de una situación crearía crisis existenciales, familiares, sociales, etc. En otras crearíamos una situación en la que parece que uno no es necesario en la vida del otro. 

Si, por ejemplo, analizas canciones de amor, que nos han metido hasta los sesos, el mensaje suele ser siempre el mismo: "¿Qué será de mi sin ti, mi vida?". Nuestra vida depende y depende de los demás, de lo que conseguimos, de lo que poseemos, de lo que podemos controlar.

Una cosa es bien cierta. La dependencia, sea de una u otra índole, nos impide crecer. La independencia nos hace valernos por nosotros mismos. La interdependencia nos hace conscientes de que valemos nuestro peso en oro, pero necesitamos de los demás, para compartir lo que somos y recibir sin ningún tipo de apegos lo que los otros puedan ofrecernos.

La independencia, el valerse por si mismo, el ser autónomo es algo que aterroriza a mucha gente. Buscamos seguridad, una seguridad que en muchas situaciones nos estanca y nos impide crecer y desarrollarnos. La independencia es algo, que por otra parte, nos ayuda a valorarnos, a confiar en nosotros mismos, a utilizar y buscar nuestros recursos propios.

No es más rico es que más tiene, es verdad, sino el que menos necesita. ¿Cuántas cosas, situaciones, personas necesitamos para "vivir" plenamente y en libertad? ¿Nos ayudan las personas y las cosas que tenemos a ser más nosotros mismos?

No por ello justifico las grandes diferencias sociales y la mal repartición del mundo. Me preocupa, más que nada, que los que vivimos en sociedades más avanzadas estamos mucho más necesitados de sentir la vida como tal que aquellos que viven realmente necesitados económicamente.

30/3/11

¡Ay, emociones!



La ira es un ácido que puede hacer más daño 
al recipiente en la que se almacena 
que en cualquier cosa sobre la que se vierte. 

Séneca


La ira, el rencor, los resentimientos y todas las emociones negativas juegan un importante valor negativo cuando dejamos que se descontrolen dentro de nuestras vidas. Hay quien piensa que son una emociones legítimas de sentir y de expresar ante situaciones que nos molestan, nos hieren o nos frustran. A veces, incluso, llegamos a pensar que mostrándolas marcamos mejor nuestro territorio y es como si el orgullo hiciera crecer nuestra propia autoestíma.

Hace tiempo solía preguntar a la gente sobre quien era el mayor beneficiado a la hora de perdonar, si el que perdonaba o el perdonado. Curiosamente muchas de las respuestas, sino la mayoría, indicaban que era el perdonado. Cuando se le perdonaba, se le hacía un favor.

Puede que haya circunstancias en las que uno se pueda sentir beneficiado del perdón que otra persona le otorga pero, ¿te has parado a pensar sobre los sentimientos que se guardan en las personas que llevan el rencor, la ira, la envidia, los celos, etc, dentro? 

La vivencia de todas estas emociones negativas son extremadamente perjudiciales para la propia salud mental y física de las personas. Es algo que nos corroe por dentro, algo que nos impide ser y comportarnos libres ante los demás. A cada paso y en cada momento parecemos estar en actitud de defensa, de ataque o de constante venganza. Perdemos nuestra propia paz, nuestro propio equilibrio y nos privamos de poder hacer otras cosas más positivas que llenan nuestras vidas de más sentido, alegría e ilusión.

Mientras no comprendamos que las emociones negativas dañan más a uno mismo que al que se pretende herir no gozaremos de los beneficios de la propia libertad y de la propia vida que nos invita constantemente a ser lo que en esencia somos: amor.

Sólo en el amor, podemos realizarnos.

29/3/11

Afrontar la propia realidad



Dicen que no hay mas ciego que el que no quiere ver y que mientras muchos navegan por las aguas de la abundancia, otros lo hacen por las de la miseria, mientras que los más suspicaces se aprovecharán declas situaciones y oportunidades de unos y otros.

Me llega al respecto una frase o un comentario de Pío Baroja que dice:


“La verdad es que en España hay siete clases de españoles… sí, como los siete pecados capitales. A saber:

1)  los que no saben;
2)  los que no quieren saber;
3) los que odian el saber;
4) los que sufren por no saber;
5) los que aparentan que saben;
6) los que triunfan sin saber, y
7) los que viven gracias a que los demás no saben.

Es curioso que esta realidad, se de en España o fuera de ella habla sobre las necesidades de cada uno de nosotros y de como las afrontamos, las ansias de conocer o de viviesen el conformismo absoluto.

Tan solo cabe preguntarse en que área del proceso del saber nos encontramos y por qué, en cuales estamos dispuestos a alimentar nuestras experiencias y en las que no. El conformismo en el que nos encontramos a veces puede llegar a ser preocupante, máxime en unos momentos en los que la información y el conocimiento alcanzan una velocidad enorme.

Para los que queremos vivir y adaptarnos a las circunstancias nunca mejor el refrán que dice que camarón que se duerme, se lo lleva la corriente

28/3/11

Decisiones nada fáciles



El supuesto arete de la guerra
es doblegar al enemigo sin luchar.
Sun Tzu

Una de las cosas más importantes y a la vez más difíciles es el arte de escuchar y de saber comunicarse con los demás. No es nada fácil. De ahí la gran cantidad de personas que echan por tierra amistades que vienen desde la más tierna infancia, matrimonios que se abocan al fracaso, paises que entran en conflictos bélicos o empresan que se vienen al tacho por no saber afrontar las crisis, los obstáculos y las dificultades con un mínimo de apertura.

"Yo gano, tu ganas", es uno de los principios fundamentales dentro de las negociaciones. Nadie va a dar el brazo a torcer si no hay ganancia en lo que tiene que ceder. La decisión de, aparentemente ceder y perder, tienen que ser contrarestada por otros elmentos en los que uno necesariamente gana. Es normal y lógico que todos queramos obtener beneficios. Incluso aquellos que dan su vida por una causa saben que en el sólo hecho de darla hay unos beneficios que les hace sentirse realizados.

¿Cuál es el punto de partida en la negociación? Por lo general el de nuestro interlocutor. Ir contra lo que pretenden es arrinconarlos en un sistema de autodefensa y de cerrazón de lo que consideran que es básico en su vidas.

A partir de ahí viene la negociación. Y el arte de la negociación cosnsiste no en resaltar el valor de las pérdidas, sino todo lo contrario, el valor de lo que uno puede conseguir cambiando de posición y aportando nuevos elementos en la propia vida. No es cuestión de abandonar por abandonar, de ceder por ceder. Es cuestión de conseguir otro tipo de beneficios en los que todos ganamos.

Abandonar la mentalidad de vivir plenamente anclados en un mundo en el que "renunciamos", es vivir con la mente anclado en los aspectos duros y difíciles. Vivir, en cambio, en la perspectiva de lo que se puede ganar individualmente y colectivamente en el campo de nuestras decisiones es vivir desde la perspectiva de sentirse parte integrada en una sociedad en la que la ganancia de uno repercute en la ganancia de todos. En definitiva, que estamos llamados a ganar todos para que haya un mayor entendimiento y beneficio mutuo.

25/3/11

Atracción



No podía remediarlo ya que venía en el asiento de adelante en el avión. Ellos parecían funcionarios de la Consejería de Salud y venían hablando en términos médicos. No puse demasiada atención a lo que decían, entre otras cosas porque el cansancio hacía mella en mí. Había dormido poco y me había levantado temprano. Alcancé a oír algo interesante y que se me hacía familiar: la visión positiva de las cosas. Uno de ellos decía que si mantenemos fija nuestra mente en los pensamientos positivos, lo positivo alcanzará nuestra vida tarde o temprano.

La verdad es que llevaban mucha razón. Cuanto más hables de una cosa, más te identificas con ella. Cuanto más la tengas en la cabeza, más estará presente en tu vida, y cuánto más te llenes de algo, más nadarás en esa realidad. 

Párate por un momento en tu vida. Cuando tu mente es negativa, ¿Qué haces? ¿Cómo te sientes? ¿Cómo influyen tu mente, en tus decisiones? ¿Cómo son tus relaciones con los demás? ¿Cómo funciona tu cuerpo, cómo caminas, cómo te hallas dentro de él?

Piensa ahora cuando tienes mentalidad positiva, optimista. ¿Cómo funcionan tus relaciones, tu cuerpo, tu rendimiento en el trabajo? ¿Cómo se ve tu cuerpo y tu agilidad?

Simplemente observando una situación y otra ves claramente como la mentalidad positiva activa tu mente, tu cuerpo, tu agilidad, tus relaciones y toda tu vida. Tu mente y tu actitud atraen lo que en tu mente y tu actitud hay.

Hay una relación directa entre lo que pensamos y nuestra manera de actuar, entre lo que pensamos y nuestra actitud hacia la vida. Podemos controlar hacia donde vamos si controlamos lo que pensamos y lo que llevamos dentro de nuestra mente. La decisión es nuestra, somos nosotros los que decidimos pensar de una manera u otra.

24/3/11

El día y la hora



¡Qué difícil es poner en un papel un día, una fecha para llevar a cabo una decisión que se toma! Y cuando empiezas a pedir y a insistir en poner la fecha lo único que te encuentras son las excusas y la inseguridad, el miedo a no hacer las cosas bien. Es un miedo típico de la indecisión y de la dejadez que se experimenta en este tipo de situaciones.

A veces lo más fácil es tirar por la senda que nos da seguridad y que no pone a prueba nuestra valía,  nuestra auténtica capacidad de sacar las cosas adelante. Nos escondemos en mil y una iniciativas que alejan de nosotros el fantasma de nuestra propia incredulidad. ¡Qué fácil nos sería mirarnos al espejo con sinceridad y decirnos al mismo tiempo: tengo miedo, no me siento seguro!

En cierta ocasión lo hablábamos una conocida mía y yo sobre el miedo que sentía ella a involucrarse de lleno en un proyecto. Sentía miedo en ese proyecto, pero no en otros. Cuando analizábamos la diferencia entre la seguridad en una y la inseguridad en otra saltaba a la vista algo importante: la información.

La información, el conocimiento que tengamos de aquello a lo que nos tenemos que enfrentar es crucial para enfrentarnos son cierta tranquilidad a nuestros retos y decisiones. Información y conocimiento que no son otra cosa sino que profundizar en aquello que elegimos. Ese conocimiento e información nos darán confianza y seguridad, pero nos darán algo más importante, la capacidad de valorar y apreciar lo bueno que engendra para nosotros aquello que elegimos.

23/3/11

La desgracia y el talento



Ante una situación de desgracia; ¿cómo has reaccionado? Si echamos la vista atrás y simplemente observamos, no como pensábamos, sino como actuábamos, nos daremos cuenta de que "el dime como actúas y te diré como piensas o sientes", será una de las cosas que más nos fastidiará ver porque nos mostrará muchas veces lo que realmente creemos de nosotros mismos.

Viendo la situación que actualmente se está viviendo en Japón hay algo que me agrada. Es la actitud de echar toda la imaginación a volar para intentar solventar una situación que a cualquiera podría asumir como imposible de asumir y de solventar. Más de uno podría arrojar la toalla invadido por el dolor y por la desgracia propia o ajena.

Pero más allá de la desgracia hay algo que sobresale, el talento natural de aquellos que lo tienen y lo viven como algo real en ellos mismos, que da sentido a sus vidas y a las vidas de los demás. ¿Qué es lo que hace que me levante y desarrolle toda la creatividad y talento cuando podría gozar de la comprensión de los demás de dejar caerme en el desánimo y la frustración?

La vida tiene sentido no por lo que me pasa, sino por lo que yo puedo hacer cuando algo pasa a mi alrededor o en mi propio interior. No importa, en el caso del Japón, si mi vida se expone a una alta radiactividad y con ello pongo en serios problemas no solo mi salud, sino también mi vida. La vida adquiere más sentido no por lo que la vida me da sino más bien por lo que yo puedo aportar a ella.

Es ahí cuando mi talento, mi capacidad de reacción, mi madurez a la hora de afrontar la realidad y los problemas me hace sentir más lo que yo soy como persona. No es la capacidad de recibir de la vida, sino la de aportar yo a la vida y a los demás. Hay un tiempo en la vida para reír y otro para llorar, pero no olvidemos que en medio del llanto con nuestra vida y nuestra respuesta podemos transformar el llanto y la desgracia propia y de los demás, en capacidad de dar vida.

Vivamos, simplemente, nuestros talentos y capacidades.

22/3/11

Dejen entrar




Cada vez que algo se va, 
deja lugar a lo que sigue.


Jorge Bucay


Hoy me topé con esta frase de Jorge Bucay que, una vez más, me hace pensar en la cantidad de veces en las que estamos más pendientes de lo que dejamos o perdemos que de todo aquello que viene o entra. Le pasaba al pueblo de Israel que cuando libre caminaba por el desierto recordaba las cebollas de Egipto. Nos pasa a cada uno de nosotros que muchas veces tenemos en la boca la frase de: "Aquellos viejos tiempos", cuando los presentes nos ponen en aprietos o nos ofrecen inseguridad.

Antes de entrar, dejen salir, se nos dice cuando vamos a entrar al cine, al fútbol o a cualquier evento público. Dejar salir, volar, marchar lo que ya no está es bien difícil. Nuestro mundo de apegos nos tienes maniatados, presos y paralizados en muchas cosas. Se me antoja que el momento en el que vamos a tener un hijo pensamos más en lo que viene que en las costumbres que vamos a tener que dejar a un lado para darle cabida al pequeño.

Esa es la cuestión. Tenemos en nuestra mente al que viene. Y el que viene produce expectación, alegría ansiedad de la buena. Fíjate que muchas veces hasta vamos preparando su cuna, sus ropitas, sus sonajeros y juguetes. Son mentes que dejan entrar, que están expectantes y positivamente receptivos a lo que viene. ¿Por qué no nos sucede en todos los ámbitos de la vida?

Como ya dije vivimos en un mundo de apegos, apegos que solemos reconocer. Pero lo importante es dejarse preguntar por el significado de cada apego, lo que dice de nosotros mismos, de nuestras inseguridades. Optar por lo que viene, crear la expectativa, visualizarlo, preparar su llegada va alejando los miedos de nosotros y abriéndole la puerta a lo nuevo que viene. No hay nada mejor que la información, el querer conocer y valorar lo que se acerca. Comenzaremos a verlo con buenos ojos.

21/3/11

Con más alternativa en la mano



Cuando un recurso, que habitualmente te funciona, no te llega a funcionar en algún momento, te otro en la recámara, decía un comentarista de televisión cuando veía que a Rafa Nadal no le entraban los primeros saques y comenzaba a perder el partido, que al final acabó perdiendo. Me venía a la mente la cantidad de veces en la que nos empecinamos en hacer las cosas de la misma manera una y otra vez sabiendo que no nos están saliendo e insistimos en trabajar nuestra propia derrota.

Lo mismo nos ocurre cuando se trata de otras situaciones, como pueden ser en objetivos que nos ponemos a nivel de salud, económico o de relaciones humanas, Intentamos siempre lo mismo hasta que nos encontramos con que no hemos podido alcanzar el objetivo señalado. Hay otro dicho dentro del deporte, concretamente el fútbol, que dice que a entrenador nuevo victoria segura. Y es que cambiar la mentalidad, las formas de hacer las cosas a veces añade una nueva perspectiva a lo que estamos haciendo y nos ayuda no solo a desbloquearnos sino también a utilizar los recursos que no salían con mayor soltura, libertad y precisión.

Cuando nos hacemos esclavos de nuestros métodos, formas y actitudes podemos encerrarnos tanto en ellas que en un momento determinado pueden ser nuestros propios enemigos. Tener a la mano cantidad de recursos pueden abrirnos las puertas cuando lo que utilizamos normalmente nos las cierran. Libertad, imaginación, creatividad, amplitud de recursos, planes alternativos siempre tienen que estar a la mano, aunque sea en nuestra mente para que cuando estemos bloqueados puedan ser nuestras mejores alternativas.