Ante una situación de desgracia; ¿cómo has reaccionado? Si echamos la vista atrás y simplemente observamos, no como pensábamos, sino como actuábamos, nos daremos cuenta de que "el dime como actúas y te diré como piensas o sientes", será una de las cosas que más nos fastidiará ver porque nos mostrará muchas veces lo que realmente creemos de nosotros mismos.
Viendo la situación que actualmente se está viviendo en Japón hay algo que me agrada. Es la actitud de echar toda la imaginación a volar para intentar solventar una situación que a cualquiera podría asumir como imposible de asumir y de solventar. Más de uno podría arrojar la toalla invadido por el dolor y por la desgracia propia o ajena.
Pero más allá de la desgracia hay algo que sobresale, el talento natural de aquellos que lo tienen y lo viven como algo real en ellos mismos, que da sentido a sus vidas y a las vidas de los demás. ¿Qué es lo que hace que me levante y desarrolle toda la creatividad y talento cuando podría gozar de la comprensión de los demás de dejar caerme en el desánimo y la frustración?
La vida tiene sentido no por lo que me pasa, sino por lo que yo puedo hacer cuando algo pasa a mi alrededor o en mi propio interior. No importa, en el caso del Japón, si mi vida se expone a una alta radiactividad y con ello pongo en serios problemas no solo mi salud, sino también mi vida. La vida adquiere más sentido no por lo que la vida me da sino más bien por lo que yo puedo aportar a ella.
Es ahí cuando mi talento, mi capacidad de reacción, mi madurez a la hora de afrontar la realidad y los problemas me hace sentir más lo que yo soy como persona. No es la capacidad de recibir de la vida, sino la de aportar yo a la vida y a los demás. Hay un tiempo en la vida para reír y otro para llorar, pero no olvidemos que en medio del llanto con nuestra vida y nuestra respuesta podemos transformar el llanto y la desgracia propia y de los demás, en capacidad de dar vida.
Vivamos, simplemente, nuestros talentos y capacidades.