Día tras día vamos en pos de la felicidad. La gente se queja, añora tiempos pasados, ansían una nueva vida o un poco más de suerte. En medio de las dificultades caben varias posiciones:
Resignarse.Aceptar y vivir lo que hay con un nuevo sentido.Transformar la realidad.Cambiar nosotros.
Pero, ¿qué es la felicidad? Eh ahí la gran pregunta. ¿Cómo soy feliz? ¿Qué necesito para ser feliz?
Nada mejor que ir al baúl de los recuerdos y repasar nuestra vida para darnos cuenta de que los mayores momentos de felicidad son aquellos en los que hemos hecho felices a los demás. Hay un momento en nuestras vidas en los que, de repente, empezamos a demandar cariño, atención, servicios y demás cosas. es ahí cuando de forma automática la felicidad parece irse y la demanda de ésta parece incrementarse.
Párate un momento y haz un recuento de situaciones en las que eras auténticamente feliz:
¿Qué te hacía feliz concretamente?
¿Cómo expresabas la felicidad?
¿Qué actitud hacia la vida, hacia ti y hacia los demás tenías?
¿A que le dabas importancia en esos momentos?
¿A que dejabas de darle importancia?
La felicidad está dentro de nosotros, tan sólo necesitamos reencontrala, reencontranos, ser nosotros.
Albano y Romina nos recuerdan lo que para ellos es la felicidad: