Un año más llega la Navidad. ¿Fiesta social? ¿Religiosa? ¿Personal? Es una pregunta que hago porque estas épocas transcurren dentro del jolgorio, de las compras y de muchos rituales sociales que pueden alejarnos de una realidad mucho más importante y profunda: la del cambio que puede suponer la Navidad en todas y cada una de nuestras vidas.
Ya de pequeño, acabando la cena familiar, iba a la Misa del Gallo y poco después volvía a casa. Recuerdo que antes de entrar en casa me sentaba un rato en la calle y al ruido de los villancicos que se oían en algunas casas me venía a la mente algo que jamás podía comprender: las treguas de los siete días. Paraban en Palestina e Israel las guerras durante siete días para seguir matándose pocos días después. A mis doce años era incapaz de comprender esa realidad. Poco a poco veía que no solamente se paraban las guerras, sino que había treguas a niveles familiares o sociales. La Navidad era como un alto en el camino, un descanso, para seguir haciendo más tarde lo mismo.
Años más tardes comprendía que la Navidad no era un día, una época o una fiesta religiosa social más sino que era más que nada una experiencia personal por la que muchos deberíamos pasar. Lo que me hizo sentir eso fue:
- El detalle de que el Nacimiento de Jesús se recordara como algo acontecido en la "noche", es decir, en medio de las oscuridades de la vida. ¿Qué sentido tendría ello?
- El hecho de que el Nacimiento viniera acompañado de algo tan importante como era la "Virginidad" de María.
- Un escenario en el que tuvieran que acomodarse en un establo en señal de "rechazo" y de desprecio.
- Y en medio de todo ello la elección de un nombre: "Emmanuel", que quiere decir "Dios con nosotros".
¿Qué reporta todo ello a nuestras vidas, a nuestro sentido de la Navidad y a tanta celebración?
En medio de la oscuridad que vivimos cada día la Navidad nos invita a que cada día y no sólo en esta época sintamos que Dios, Emmanuel, Dios con nosotros, aparezca más que como un personaje de la tradición como un personaje que "irrumpe" dentro de nosotros para que en medio de todas esa impotencia como pueden ser la oscuridad, rechazo, imposibilidades que sentimos (sentido de la virginidad) y otros hay Alguien que está con nosotros para hacernos sentir más seguros de nosotros mismos, de lo que necesitamos alcanzar como personas y de saber buscar los caminos en medio de las oscuridades.
La Navidad es cada día:
- En el que decidimos que sea la luz y no las tinieblas la que alumbre todas y cada una de las situaciones que nos vamos encontrando en la vida.
- En el que cuando nuestras fuerzas flaquean sabemos recibir las del que está con nosotros, es decir, sentir su cercanía.
- En el que a pesar del constante rechazo, dificultad u obstáculos que nos encontramos seguimos optando de dejar "nacer" el sueño que llevamos engendrado dentro de nosotros.
- El el que la "Actitud" es la que permite nacer e iluminar por si misma el camino de uno y, sin quererlo, el de los demás.
Navidad es algo más que una fiesta. Es una Experiencia en la que el Amor nace y se erige en el sentido de la vida de cada uno. El amor que dirige todos y cada uno de nuestros sueños.