La intuición puede ser un aspecto a tener en cuenta en nuestras decisiones, pero saber analizar los contextos en el que las tomamos y saber distanciarnos de las emociones lo es mucho más. Siempre se ha dicho que no es bueno tomar decisiones en caliente. Puede que en esos momentos nos dejemos llevar por emociones más que por alternativas que tengan sentido y nos lleven a buen puerto. Dejarse llevar por las emociones negativas tiene bastantes inconvenientes.
- No dejamos conducir por la emociones en sí y no llevamos a ejercer ningún análisis crítico que nos permita ver con objetividad lo que deseamos.
- Los aspectos negativos ejercen una gran influencia en nuestra mente. Un aspecto negativo tiene más fuerza que 5 positivos.
- La negatividad nos lleva a alejarnos de las situaciones más que a querer resolverlas. Hay un efecto huida que hace que prefiramos romper a resolver.
- Las soluciones que buscamos en plena huida están más orientadas a paliar emociones que a buscar respuestas coherentes que se alineen con nuestros objetivos reales.
- Las alternativas tenemos que analizarlas y compararlas con las situaciones actuales que vivimos y tienen que ofrecernos respuestas claras y convincentes de lo que realmente queremos y buscamos.
- Tenemos que se objetivos y no magnificar ni infravalorar tanto los aspectos positivos como negativos de la situación actual y la de la alternativa que buscamos.
- Alejarnos emocionalmente de las situaciones nos ayudará a discernir con mayor claridad lo que buscamos y deseamos.
