31/10/11



Hay curiosidades en la vida que tienen una influencia asombrosa en cada uno de nosotros, al punto de condicionarnos para bien o para mal. El hecho es que cuando se nos mete entre ceja y ceja "algo" o "alguien" podemos estar seguros de que ejercerá una influencia, en la mayor parte de las veces poco objetiva. Lo mismo puede suceder con cuestiones laborales o empresas u objetivos que tenemos que llevar a cabo.

Imagínate, por ejemplo, a una persona que te cae muy bien y de la que tienes un concepto realmente excelente. ¿Estarías en posición de hallarle el lado negativo, sus limitaciones o incluso los errores que puede llegar a cometer? Decimos que "el amor" todo lo acepta, todo lo pone en clave positiva y que nubla la cantidad de limitaciones que la persona amada pueda llegar a tener. Lo mismo puede suceder en los estudios o en el trabajo. Nos metemos de lleno en algo que nos agrada hasta el punto de no ser lo suficientemente críticos como para poder mejorar las cosas y no encontrarnos con puntos de vista o facetas que no habíamos tenido en cuenta.

Lo mismo nos puede suceder desde el punto de vista de la negatividad. ¿Cuántas veces se nos ha metido entre ceja y ceja una persona con la cual no entramos en sintonía y desde ese mal ambiente renunciamos a trabajar, hablar y colaborar bien sea en un ambiente familiar o laborar, o incluso renunciamos de plano a una posible amistad. Es más, a veces incluso todo aquello que "nos recuerde" a esas personas o situaciones inmediatamente las estigmatizamos y nos apartamos de ellas. ¿Qué pasa entonces con los aspectos positivos que puede haber en esas situaciones o personas? Porque no creo que todo lo que nos encontramos o personas con las que nos topamos y no llegan a caernos bien tengan todo negativo. ¿No?

Como bien dirías San Pablo, "donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia". Las personas perfeccionistas, que es algo bueno, podemos encontrarnos aspectos negativos como pueden ser la rigidez, la falta de respeto hacia lo que otros hacen y altos grados de frustración cuando las cosas no salen como uno quiere. Por el contrario, puede haber personas que nos caen mal por un aspecto concreto, por ejemplo su manera brusca de hablar y nos podemos encontrar que poseen un gran valor como puede ser, la sinceridad y a través de ella nos muestran las verdades que ven y que nadie se atreve a mostrárnoslas.

La vida está llena de complementos. Nadie tenemos todo en estado puro. Es por lo que necesitamos de las luces y de las sombras de la vida. Nada mejor para ello que indagar en los aspectos positivos de las personas que nos caen mal, o de las situaciones que vivimos, y ser críticos con aquello que jamás cuestionamos, más que nada para no caer ni en el conformismo ni en la falta de personalidad, así como para aportar a los demás lo que llevamos dentro.

Buscar el lado positivo de lo negativo y el lado crítico a lo aceptado siempre en una buena manera de guardar el equilibrio.


28/10/11

¿Que pasaría si....?


Es la primera pregunta que se haría una científico. Los avances en la vida comienzan siempre por preguntas hipotéticas. Son preguntas que unas veces nos formulamos de forma inconsciente, y que otras tenemos que forzar a formulárnoslas. La creatividad y el crecimiento personal empiezan por formularse nuevas metas, ilusiones, perspectivas y soluciones a los viejos problemas de siempre.

¿Qué pasaría si.....
  • cambio los muebles de posición.
  • hago una ruta diferente al trabajo.
  • me peino de forma distinta.
  • conozco a personas nuevas.
  • me atrevo a dar el paso que nunca he sido capaz de dar.
  • pienso de forma diferente.
  • como en un sitio de la mesa diferente.
  • cambio mi forma de saludar a la gente.
  • cambio la rutina cuando me levanto de la cama en la mañana.
  • busco alternativas nuevas a problemas viejos.
  • le busco el sentido a lo que no se lo encuentro.......
Cada día estamos a ser llamados animales de costumbres, a ser repetitivos, a caer en la inercia de lo mecánico y de ahí a estancarnos en la vida y a empobrecernos de forma sistemáticas. 

La vida es evolutiva por propia naturaleza. Ésta evoluciona constantemente a pesar de las catástrofes que a diario se pueden vivir. Nos adaptamos, evolucionamos o morimos. Los grandes avances de la ciencia, de los que ahora gozamos, han empezado por eso, por una pregunta: ¿qué pasaría si....., el hombre volara, hiciéramos un automóvil, un fax, una computadora, etc. De ahí a la creatividad y a la resolución de conflictos ha sido un sólo paso, o unos cuantos, pero se han alcanzado objetivos y proyectos.

Todos tenemos cada día una pregunta que hacernos ante los retos que se nos presentan, y ésta es la de, ¿que pasaría si.......,? Si nos hacemos la pregunta podemos conseguir:
  • Activar nuestra mente y no dormirnos en los laureles.
  • Permitir que nuevas ideas y soluciones afloren a los obstáculos de cada día.
  • Darnos el permiso de saltar hacia lo desconocido y experimentar lo bueno por venir, a pesar de que podamos caer en el riesgo de equivocarnos.
  • Transgredir los diferentes tabúes que nos han mantenido maniatados en la vida por cuestiones culturales, religiosas o políticas, para ver con más claridad la verdad de la misma vida.
  • Aportar sal, sentido y sabor a lo que hacemos cada día.
¿Te atreves?






27/10/11

A fuerza de repeticiones



¿Recuerdas aquellos viejos tiempos en los que nos castigaban en el cole a copiar cien o doscientas veces una frase en la que teníamos que afirmar: "no haré esto nunca más"? Al final la frase se nos quedaba en la mente y por un motivo u otro ahí se quedaba albergada por días, semanas, meses o años.

Hoy se nos machaca con muchas frases que en ocasiones elevan nuestra autoestima, ¡qué bueno eres!, o que, por el contrario nos la bajan, ¡qué inútil que eres, no vales para nada! Después de escucharlas una y otra vez pasan del subconsciente a la pura realidad. Nos lo hemos creído y actuamos como si realmente así fuéramos.

Si lo que es positivo nos lo hemos creído, mejor para nosotros. Pero si lo que nos llegamos a creer es el mensaje negativo, ¡pobrecitos de nosotros! Nuestra vida es una fotocopia de lo que generalmente llegamos a creernos o de lo que nos hacen creer bien con palabras, bien con actitudes hacia nosotros.

De la misma manera nosotros podemos cambiar el mensaje constante que llega a  nuestra mente. Podemos construir afirmaciones positivas frente a los mensajes negativos que nos llegan, repetírnoslas una y otra vez hasta que calan dentro de nosotros y hacer que transformen nuestra actitud en la vida.

Para ello tenemos que ser conscientes de:
  1. El mensaje negativo que alberga nuestra mente. Si no somos conscientes de ello, nada podremos cambiar.
  2. Transformarlo. ¿Inútil yo? ¿Quien lo dijo? Tal vez lo habré sido en este momento o ante esta situación, pero no ante estas otras.
  3. Si lo he conseguido en estas situaciones, ¿por qué no en estas otras?
  4. Yo valgo, yo si puedo, yo ya lo he logrado, lo voy a conseguir.
  5. Dejar que nuestro subconsciente se llene de estas afirmaciones, se las crea y busque los caminos para abrir con confianza las nuevas fuerzas.
Si los mensajes negativos han calado, ¿por qué no los positivos? Cuestión de concretar el mensaje positivo y repetírselo una y otra vez, sobre todo cuando el negativo aparece a relucir en nuestra mente.


26/10/11

Velocidad e integración




"Las grandes verdades son eternas, 
pero suenan a nuevas 
cada vez que las oímos 
porque las olvidamos cada día" 

(Lluís Amiguet)

Vivimos en un mundo marcado por la velocidad: aviones, trenes, coches, internet, teléfonos móviles y con todo ello algo muy importante: la información, las ideas, las culturas diferentes, etc. ¿Cuál es el riesgo? No asumir y procesar todo lo que llega a nuestra mente. Hay información que llega de forma consciente y otra que se mete en nosotros de forma inconsciente, pero que ahí se queda con toda la riqueza que ello puede suponer y con todas las desventajas que pueden aportar. Tomamos decisiones sin muchas veces saber el alcance que éstas pueden tener.

¿Cómo hacer para que podamos retener todo lo que es importante y que pueda ser de gran ayuda en nuestra vida? Sin duda alguna creo que el antónimo de la prisa y de la velocidad es lo que puede dar cierta seguridad a nuestras vidas. Es un hecho patente que cada día se busca  este recurso con más intensidad porque en el fondo lo necesitamos. De ahí que surjan terapias alternativas, nuevos movimientos eclesiales, diferentes medios para encontrarse a uno mismo y, como no, encontrarse con lo esencial de la misma vida.

El silencio es el instrumento que parece estar más en boga. Yoga, Tai-Chi, Meditación Trascendental, Reiki y cantidad de alternativas buscan algo importante, que la velocidad de la misma vida no nos haga perdernos a nosotros mismos, nuestra esencia, nuestras verdades, nuestro valores.

El mismo coaching nos invita a "auto preguntarnos" y buscar "dentro de nosotros" las respuestas a lo que nos preguntamos o a lo que nos tiene desorientados.

Recuerdo que en cierta ocasión, y a modo de ayudar a interiorizar los valores en los que un grupo de personas creía, defendí y con gran sorpresa para ellos, todo lo contrario. Era un valor tan importante como la fidelidad. Les dije que la infidelidad era lo más saludable para la persona humana.

Las respuestas físicas de asombro como la de abrir sus ojos de par en par, la de llevarse la mano a la boca o la de dirigir sus miradas a los diferentes integrantes del grupo me llevó a preguntarles sobre el porqué de esas reacciones. 

La única respuesta que parecía tener fuerza era la de la tradición, pero nadie parecía saber que valores se escondían detrás de la fidelidad. O tal vez no sabían expresarlo. ¡Quien sabe si lo tenían tan asumido que nunca se plantearon el porqué de la fidelidad!

  • Silencio. Elemento importante, que en medio de las prisas y la velocidad que nos imprime la vida y los cambios que en ésta se producen, nos ayudan a encontrar y a valorar aquello que consideramos importante.
  • Comunicación. Otro elemento que nos permite compartir y profundizar sobre esos valores que en un momento determinado cuestionan nuestra existencia.
  • Cuestionar. Esa gran capacidad de poner un interrogante a la vida, a las personas, a las situaciones y no con la finalidad de criticar o destruir, sino con la de ir deshojando la margarita para encontrarse con la pureza de la misma flor, de cada persona y de cada situación. Cuestionarse, algo tan vital y algo ante lo que tenemos pánico y miedo, pero que ofrece al mismo tiempo que inseguridad la posibilidad de abrir las puertas de las muchas verdades y sentidos de la vida, de las cosas y de las personas.
  • Búsqueda positiva. Saber buscar el lado positivo de las cosas y no encerrarse en los patrones metales que uno tiene. Ser más libre y no dependiente de ideas, creencias y personas,


25/10/11

En medio de la realidad



Me llamaba la atención un relato que leí sobre una psiquiatra que volvía loco a su marido por los gritos que día a día le daba a su hijo en la casa, y también el de la mujer que practicaba meditación transcendental y yoga y que después no era capaz de conciliar el sueño durante la noche porque un gato la ponía de los nervios. Como dice el refrán, el dicho al hecho hay mucho trecho. La vida no consiste en vivir de ideas, sino de saber plasmarlas en la práctica y sacarle provecho para la vida diaria, de lo contrario para nada sirven.

Algo parecido me sucedió a mí con alguien que decía ser practicante profunda de yoga, que manejaba terapias alternativas con piedra y que desde muy temprano en la mañana hacía su yoga y sus meditaciones transcendentales. Hubo un día que ante una mínima dificultad en algo que quería y deseaba saltó como un rayo, enfadada al punto de no dejarme ni tan siquiera hablar por un instante.

Recuerdo que Tony de Mello comentaba en uno de sus libros que el mejor sitio para relajarse y hacer yoga y meditación es en el medio de la ciudad, donde más tráfico haya y donde más bullicio de gente exista. Cuando lo leí me llamó la atención. Después de que explicara el motivo y de los años que han pasado he comprendido que de nada sirve una relajación, un creencia, una idea o un sentimiento si en el momento en que lo necesitas no te sirve para nada. Pensé y pienso que que uno tiene que forjarse en el campo diario de batalla donde de forma contínua uno se ve puesto entre la espada y la pared tanto por las decisiones que tiene que tomar, por las actitudes que hay que adoptar y por los sentimientos y emociones que tiene que elegir para vivir las diferentes experiencias.

Estudiar en un colegio, leer cantidad de libros, desarrollar muchas y bonitas ideas de nada sirven si no se viven y no se experimentan en la vida cotidiana. Es algo que nadie puede vivir por ti, es uno mismo el que vive cada experiencia y en medio de ella tiene que crecer y desarrollarse como persona. Nuestra vida tiene que ser un constante laboratorio donde ponemos en práctica todo aquello que pensamos  creemos, porque de lo contrario nada nos aportará. Y como diría Tony de Mello, "nadie se emborracha pensando solamente en el vino". Solamente vive el que se decide a ello y a dejar salir la vida que lleva dentro.


24/10/11



"Emplea horas enteras 
simplemente en observar tus ideas, 
tus hábitos, tus apegos y tus miedos, 
sin emitir juicio ni condena de ningún tipo. 
Limítate a mirarlos y se derrumbarán". 

Anthony de Mello



Por lo general tenemos una tendencia a observarnos bien desde una perspectiva crítica y negativa, bien desde una perspectiva totalmente hedonista e irrealista. Muchas veces acabamos siendo esclavos de una perspectiva u otra. Dependemos de lo que vemos o esperamos de nosotros mismos y lo, que es peor, acabamos dándole todo el poder a nuestras ideas, creencias y valores cuando pueden tener mucha importancia pero no la suficiente para que nuestra vida y felicidad dependan de ellas.

A lo largo de la historia nos hemos amargado mutuamente la existencia por defender a muerte nuestros ideales y creencias. Sin darnos cuenta hemos sembrado terror, inseguridad, dolor e incluso muerte. Por defender, por ejemplo, nuestra fe en Dios, nuestra creencia en Él, que es amor, hemos cogido es estandarte del odio y hemos aniquilado a pueblos y civilizaciones que no compartían nuestras creencias o ideales. La inquisición, las cruzadas o las guerras santas pueden dar buena cuenta de ello.

Pero no es cuestión de defender valores tan nobles como pueden ser los de la religión de cada uno. Hay cosas mucho más sencillas como pueden ser el deporte donde los campos de fútbol se han llegado a ser campos de batallas donde, por defender unos "colores", se han golpeados unos a otros llegando a veces a la tragedia humana. Todo por simples juegos de ganar o perder.

Si miramos de cerca a nuestras relaciones familiares ocurre otro tanto de lo mismo. La tendencia a la familia monoparental, fruto de relaciones entre padres que acaban rompiéndose por los muchos conflictos y malentendidos nos deja ver parte de la misma realidad: las relaciones humanas no son nada fácil y menos en un mundo en el que la violencia de género parece que va en aumento.

Bueno, puedo parecer un poco negativo, pero en realidad intento hacer constatar que somos un mar de contradicciones. Creemos en el Dios de la vida que nos lleva a producir muerte. Defendemos y prometemos amor eterno dejándonos llevar, muchas veces, por tonterías que llevan al enfriamiento y ruptura de relaciones que estaban llamadas a ser portadoras de vida, alegría y felicidad. Convertimos juegos y aficiones en trampas mortales que en vez de divertirnos nos hacen llorar y sufrir.

Dicen que el tiempo pone a cada cosa en su lugar. El tiempo nos aleja emocionalmente de las situaciones, y cuanto más lejos estemos más claro lo vemos, más objetivos somos, más libres nos sentimos y más flexibles actuamos. ¡Lástima que no sepamos separarnos emocionalmente de las situaciones para verlas de forma más equilibrada, imparcial, objetiva y respetuosa de lo que los demás pueden ver, pensar o sentir de forma diferente a la nuestra.

Lo más curioso de todo es que hace mucho tiempo nos hemos visto peleando, discutiendo y luchando por cosas que, a día de hoy, nos parecen insignificantes y sin importancia.

¿Qué pasaría si, como dice Anthony de Mello, nos dedicáramos a vernos en nuestra forma de pensar, de sentir o de vivir con cierta distancia? Tal vez muchas cosas por las que nos enojamos o nos tienen estresados retomarían la importancia real que tienen: ninguna. La vida es más importante que las ideas, las creencias, los sentimientos, los valores ya que "la misma vida es el valor en sí".

Alejarnos lo suficiente de los problemas y de las situaciones que nos desquician nos ayudarán, como al pintor, a ver la realidad desde una perspectiva mucho más amplia y rica. Nos permitirá ver que la la vida y la misma felicidad están más allá de un sólo color y matiz. La vida y la felicidad se funden en todo el cuadro que sólo se aprecia y valora por lo que es, sin interferencia alguna de ideas, valores, sentimientos o creencias.


21/10/11

Los alagos



Hace un par de días una docente explicaba de que los premios no eran tan necesarios a los niños, pues cuando hacian el trabajo bien hecho era simplemente el deber bien cumplido. A la hora de castigar o reprender sí se hacía necesario para poder enderezarlo. ¿No es tan necesario el halago?

Desde mi propia experiencia creo que el halago es importante. No recibir felicitaciones, premios, halagos o cualquier observación positiva por parte de otras personas es como si no recibieramos ningún tipo de respuesta o de estímulo ante lo que vamos haciendo por la vida adelante. Somos humanos, intentamos hacer las cosas lo mejor que podemos e incluos no solo intentamos cumplir con el deber sino de sentirnos autorealizados como personas que somos en todo lo que hacemos. Pero de ahí a no sentir la necesidad de sentirnos reconocidos y valorados en lo que hacemos y de sólo ser tenidos en cuenta cuando fallamos hay un trecho bastante grande.

Recibir un halago es como oír por parte de otros que lo estamos haciendo bien, aun cuando ellos y nosotros podemos estar equivocados, pero es no pasar por en medio de la indiferencia de los demás. Somos y formamos parte de una sociedad y en la medida en que se aprecia lo que hacemos y se corrige en lo que fallamos nos sentimos parte de alguien o de algo. El sentido de pertenencia eleva nuestro ego en el buen sentido de la palabra, nuestra auotestima y lo que es más, nos llena de más energía y de respuesta ante lo que tenemos que desarrollar en nuestra vida.

He recibido palos y halagos en mi vida. Los palos me han hecho reflexionar, pensar y a veces sentirme pequeño. Los halagos me han hecho creer más en mi mismo y en lo que estaba haciendo; han puesto más motivación en el desempeño que realizaba.

En cierta ocasión decía que a niños con bajo nivel intelectual se les trató como si lo tuvieran mucho más alto de lo normal. ¿Resultado? Respuestas altas y más motivación. Y a los que tenían un alto coeficiente intelectual se les trató con si lo tuvieran más bajo. ¿Resultado? Bajón en sus capacidades.

Somos personas con sentimientos y emociones y no podemor separarnos de ellas. Sabemos muy bien que el reconocimiento y los premios nos hacen tener un mayor rendimiento y creatividad. Hasta los animales tienen mejores respuestas cuando se les premian. ¿Por qué no hacerlo entre nosotros mismos?

Lo que si tengo claro es que si tuvieramos el sentido del reconocimiento y del premio tan arraigado como el del castigo y el de la crítica destructiva, otro gallo cantaría. Y para muestra, un botón. ¿Cuántas veces hemos premiado y felicitado por el esfeurzo a nuestra pareja, a nuestros hijos, a nuestros compañeros de trabajo en lo que va de semana o de mes?

Del alago también se vive.


20/10/11

Mejorando lo presente




Los poetas inmaduros imitan; 
los poetas maduros roban; 
los malos estropean lo que roban, 
y los buenos lo convierten en algo mejor.

Enviar frase
Thomas Stearns Eliot 

Cuatro actitudes interesantes en la vida: imitar, robar, estropear y mejorar, aunque no podemos olvidar a los desmotivados que pasan de la vida y por ella van sin aportar nada ni vivirla a tope.

Recuerdo los tiempos en los que íbamos al colegio o a la escuela y nos conformábamos con pasar los exámenes simplemente copiando. Era una cuestión, simplemente de pasar el trámite. Hoy en día también lo podemos hacer asumiendo ideas de personas que tienen gran aceptación. Hace que quedemos bien ante los demás y posiblemente con un buen nivel de aceptación. El único problema que encuentro aquí es que nosotros desaparecemos como tal, dejamos de ser genuinos, únicos, diferentes y especiales que es lo que nos caracteriza como personas. Nos falta la salsa de nuestra vida.

Peor es robar las ideas de otros y hacer creer que es parte de lo que nosotros somos. No solamente damos una idea falsa de nosotros mismos sino que hasta nos engañamos sin más. Muchas veces nos lo llegamos a creer. Nos falta la humildad suficiente para reconocer la fuente de la que bebemos y nos inspiramos y también el sentido de agradecimiento hacia las fuentes de las que nos alimentamos. Muchas veces podemos sentirnos mal por dentro, pues somos conscientes de nuestra propia pobreza y de la usurpación que ejercemos.

La tercera visión yo la he vivido personalmente en varias ocasiones. He visto como un gran trabajo realizado me lo han echado por tierra en menos de lo que cantaba un gallo. Unas veces con el pretexto de mejorar, otras de destruir y otras por la incapacidad de mantener lo bueno que uno se encuentra en la vida. El gozo que uno ha tenido a la hora de construir nadie se lo podrá quitar a quien ha construido, pero uno se queda con la pena al ver no solo el poco tacto sino también la ceguera de los que somos incapaces de ver lo bueno que otros aportan en la vida.

Tal vez la actitud que mayor grado de satisfacción deja a uno es la de mejorar lo existente. Por una parte reconoces el legado que te han dejado otros. Por otra parte sabes que cualquier obra está siempre sin concluir, y por ello tienes capacidad de imaginación, de creatividad y de perfeccionamiento. Sientes que eres parte de un proceso, donde a ti te toca escribir un nuevo renglón o un nuevo capítulo. Por último te sientes satisfecho de que tu vida es capaz de aportar algo  nuevo y diferente. Sientes que en mayor o menor escala mejoras tu propia vida y, con ella, la vida de los demás.

Finalmente creo que el mejorar de da un mayor sentido a la vida, ya que te sientes sujeto que va marcando pasos en contraste de los que simplemente siguen la corriente y las direcciones de los demás: simplemente eres TÚ.


19/10/11

El sentido de la vida



¿Que sentido tiene nuestra vida? ¿Para qué nos levantamos cada mañana? ¿Por qué levantarse cada vez que nos caemos? ¿Qué hace que nos superemos una y otra vez y que no nos demos por vencidos?

Hay siempre un motivo en nuestra vida que impulsa todo lo que hacemos. Es el motor de nuestra vida y de nuestra existencia. Unas veces lo tenemos fuera de nosotros mismos, como ennlos hijos, la pareja, el dinero, los amigos, etc. Otras veces lo llevamos dentro, como cuando nos sentimos realizados en lo que hacemos, en nuestra forma de ser y de relacionarnos. Son momentos en los que sentimos que tenemos vida dentro y momentos en los que hacemos florecer vida a nuestro alrededor.

El sentido de la vida, de quien somos y del papel que desarrollamos en la vida es lo que nos hace sentirnos a gusto. Y no digo a disgusto. Digo a gusto porque somos nosotros los que elegimoscel sentido que le damos a la visa y a las cosas.

Cuando sentimos cansancio, hastío, desazón y ganas de arrojar la toalla, el sentido de la vida es el que está ahí para darle la vuelta a la tortilla, para ponerle la sal a la vida y la luz a la oscuridad.

Pero es importante el encontrar el sentido a la vida dentro de uno mismo, pues los demás pueden dejar de estar en un momento determinado y cuando falten, ¿Cuál será el sentido entonces? Si hoy tuvieras que responder al porqué de tu vivir, ¿Que respuesta darías? ¿Qué es lo que te mantiene el la brecha? ¿Qué te falta por realizar o conseguir en la vida para darle un sentido pleno?

18/10/11

Viajes al fondo de uno mismo



"No puedo enseñaros nada, 
solamente puedo ayudaros 
a buscar el conocimiento 
dentro de vosotros mismos, 
lo cual es mucho mejor que traspasaros 
mi poca sabiduría" 

(Sócrates)

Tenemos una tendencia a que nos soluciones los problemas, o a que alguien se mueva por nosotros. Exigimos y pedimos responsabilidades a los demás, mientras que somos muy laxos con nosotros mismos. Cuando alguien nos deja solos, o cuando nos vemos abandonados de la mano de Dios surgen nosotros un sentimiento de victimas que hace que nuestra vida se torne en algo gris y desgraciado.

Pero la realidad es que del encuentro con uno mismo nace algo asombroso: creatividad, ingenio, talentos escondidos y capacidades no explotadas hasta el momento concreto. La soledad y el encuentro con nosotros mismos esconde esa doble vertiente de miedo e inseguridad y de victoria y riqueza.

Hemos llegado hasta el día después de largos recorridos en los que hemos tenido que ir madurando, enfrentándonos a la vida y a sus dificultades. Hemos madurado gracias a los golpes de la vida. Lo más curioso de todo es que en nuestra mente yace un pensamiento, una actitud y una creencia sobre la que queremos "evitar" a nuestros hijos que pasen por donde hemos pasado nosotros. Queremos que nos den la vida en bandeja, y dar la vida en bandeja, olvidando que la vida que somo y tenemos es fruto de todo un proceso de madurez y de encuentro con nosotros mismos.

La mayor riqueza que podemos dejar a todos los que nos rodean no es todo un conjunto de riquezas materiales que, el fin y al cabo, se irán con nosotros. Dejarles la capacidad de saber afrontar la vida y sus retos, hacer todo lo posible para que se valgan por si mismos sabiendo caer y levantarse, decidir bien o mal y saber corregir, es el proceso natural de la vida.

Pero lo importante es saber dejar los espacios para que cada uno decida, se encuentre consigo mismo, no dependa de los demás y experimente la vida por si mismo. Buscamos el que sean paternalistas con nosotros o nosotros serlo con otros. Nos hallamos cómodos siendo victimas y recibiendo el cariño y la comprensión de la gente. Pero lo que nos da pánico es dar ese paso hacia lo desconocido, hacia lo que somos nosotros y podemos llegar a ser. Preferimos el mundo de seguridad al mundo de lo incierto, pero que esconde todo un mundo de potencias que hay dentro de nosotros.

Lo mejor, como decía Sócrates, es buscan dentro de nosotros toda la vida, todas las respuestas y todos los recursos que tenemos. Siempre habrá tiempo de contrastar, de aprender de ese contraste y de corregir. Somos seres llenos de vida.


17/10/11

¿Se puede o no se puede?



No es la primera vez que oigo decir que la autoayuda no es suficiente y que, incluso muchas veces, puede ser una especie de fraude al punto de perjudicar al que quiere beneficiarse de ella.

Desde mi punto de vista la autoayuda es fundamental. Es el primer paso que uno da para ayudarse a salir de cualquier situación en la que no se siente a gusto o que ve que no le ayuda a crecer y a vivir como persona.

Pero la autoayuda no es simplemente ponerse a leer libros, que los hay en abundancia, sobre el tema. Hay quien puede sacar provecho de ello y a quien con ello le resulta más que suficiente para encaminarse en la vida.

Lo importante es que la ayuda no se quede simplemente en eso, en leer, sino en un leer que lleva a tomar actitudes, responsabilidades y que opta por dar pasos no simplemente para solucionar conflictos, sino para llegar a conseguir los resultados.

Curiosamente uno se puede encontrar en los libros de autoayuda, o en la reflexiones propias, con pasos a dar que pueden ser muy interesantes tales como consultar con un especialista, con un amigo, con un asesor o con alguien que ha pasado por la misma situación resolviéndola satisfactoriamente.

Vivimos en un mundo totalmente interdependiente. Dependemos de nosotros mismos y también de los demás. Pero es la confianza en nosotros mismos la que nos ayudará a tener confianza en los demás sin llegar a depender de ellos.

Hay algo claro, el proceso lo realiza uno mismo, con o sin ayuda de otros. Uno es el que toma las decisiones lea lo que lea o escuche lo que escuche de los demás. Nadie puede decidir por nadie, ya que en la decisión a tomar hay experiencias, valores, creencias y sentimientos que no todo el mundo puede llegar a comprender.

Dentro del proceso de autoayuda es importante:

  1. Saber cuestionarse o hacerse preguntas sobre uno mismo. Es el paso más difícil. La raza humana tiene un miedo atroz a conocerse a sí mismo. Pero si queremos ayudarnos no hay otro paso como el conocernos personalmente y aceptar muchas veces las preguntas que vienen de afuera, aunque no las contestemos a la persona que nos las hace, pero si el contestárnoslas a nosotros mismos. La verdad, y la verdad sobre nosotros mismos en nuestra única puerta para poder ayudarnos.
  2. La experiencia es la madre de la ciencia. Podemos leer libros cargados de creencias, valores e ideas muy bonitas. Tal vez muchos de los que nos aportan toda esa sabiduría no han pasado por el trance que estamos pasando nosotros. Quien más nos puede ayudar es quien ha vivido y ha pasado por nuestra situación. La venta de ideas puede resultar muy bonita, pero el testimonio y la vida real es mucho más efectiva. Somos nosotros los que tenemos que recorrer el camino. Nadie puede ocupar nuestra situación y tomar decisiones por nosotros.
  3. Harina del propio costal. Decía Juan XXIII que sus discursos y homilías eran harina de su propio costal, es decir, partía de su propia experiencia, creencia y valores. El mejor trabajo de autoayuda que podemos hacer con nosotros mismos y con los demás es el de hacernos valer por nosotros mismos. No hay nada como conseguir objetivos y deseos por propio convencimiento y con las propias manos. Nadie valorará mejor su trabajo que quien lo ha realizado. Muchas veces queremos que nos lo den hecho, pero lo más gratificante es cuando lo conseguimos por nosotros mismos. Nadie come la comida por nosotros, y si lo hacen moriremos de hambre mientras ellos continúan viviendo.
  4. Nosotros generamos nuestras propias ideas, creencias y experiencias. Somos los protagonistas de nuestra vida. Nadie vive por nosotros. Nosotros somos sujetos y los actores de nuestra propia vida. Somos los que llevamos las riendas de nuestra propia vida. Si nos equivocamos, lo haremos nosotros y no echaremos la culpa a nadie. Si acertamos, también lo haremos nosotros y podemos sentirnos orgullosos de ello.
  5. Me conozco, pienso, decido y actúo, luego existo. En la medida en que elegimos nuestro modo de vida y decidimos libremente, vivimos.

14/10/11

Saber vender



Desde hace unos días hay un anuncio muy bonito que invita a consumir una sopa para niños y adultos. La verdad es que el anuncio llama la atención. Me vino a la mente la enorme creatividad con la que se trabaja para convencernos de que consumamos un producto u otro. Pero detrás del aspecto comercial y lucrativo que hay en el anuncio hay algo que me invita a pensar en el esfuerzo que cada uno de nosotros realiza para venderse a si mismo.

Todos tenemos valores, creencias, actitudes y opciones en la vida. Unas veces las defendemos a capa y espada, otras nos acobardamos y nos callamos por no sentirnos seguros o tal vez por no entender del todo aquello que vivimos y que hemos asumido en la vida. 

Vivimos en un momento en que se cuestionan muchos valores, es más, se dice que la crisis actual que vivimos a nivel económico en el mundo es consecuencia de una crisis de valores. La justicia, la igualdad, el bienestar de todos, la equidad, etc. han quedado en un segundo lugar para que prevalezca el individualismo. Vemos las injusticias y muchas veces callamos ante ellas.

Dentro del trabajo, de la familia o de nuestro círculo de amigos también tenemos mucho que ofrecer y que también se queda en ocasiones a mitad de camino. 

Hoy en día una familia estado unidense empezaba una cruzada para que, por ley, se prohibiera el engaño que muchas veces sale en la prensa de modelos que no son en realidad los cuerpos que aparecen, sino el fruto de toda una serie de retoques fotográficos. La poca autoestima existente en el mundo hoy en día nos lleva a pensar en dos cosas:
  1. No creemos en nosotros mismos. Por ello cerramos nuestra boca, miramos hacia otro lado para ver lo bonito que hay fuera de nosotros y no valorar, así, la belleza y lo bueno que hay en nosotros.
  2. No somos capaces de vender lo que llevamos dentro. Creemos, como dije, que lo de fuera es mejor que lo de dentro. Para vender, como en el anuncio, hacen falta dos cosas: creer en el producto, que es uno mismo, y buscar la mejor manera de comunicarlo. Creer en el producto es cuestión totalmente personal. Nadie creerá en uno, si uno mismo no cree en si. Una vez que creo entonces tengo que vender, no económicamente, mis valores, mis creencias, mi persona. ¿Por qué? Porque creo en mi, me siento orgullosos y se que lo que tengo puedo compartirlo porque una vez compartido le dará un valor añadido a mi vida y a la de los demás.
La gran tarea es creer en uno mismo y saber vender los valores que se llevan dentro. También en la vida, para transmitir los propios valores y creencias necesitamos del marketing.





13/10/11

Flexibilidad y dependencia



La flexibilidad es una característica que aporta un valor añadido a nuestras vidas, pero al mismo tiempo puede ser el detonante de una dependencia que puede llegar a arruinar nuestras vidas puesto que nos colocará fácilmente a voluntad de los demás. El equilibrio estará pues en saber elegir cuando ser flexibles y cuando no.

La flexibilidad puede ser un sinónimo de adaptación. ¿Cuando tenemos que adaptarnos? ¿Que nos lleva a adaptarnos a una situación?

Hay dos tipos de situaciones en las que generalmente nos adaptamos, una de ellas es cuando queremos agradar y convencer a los demás de lo que somos y de lo que valemos, y la otra cuando no tenemos alternativas y no nos queda remedio que tomar el único o los únicos caminos que se nos ponen delante nuestras.

Cuando nos adaptamos a los demás para caerles bien, para que nos acepten o nos tengan en cuenta, ¿qué estamos haciendo? Simplemente negando nuestra propia valía, lo cual revela una baja autoestíma. En vez de vender lo que somos, aquello en lo que creemos y aquello que da sentido a nuestra vida, lo único que hacemos es dejar de confiar en nosotros para hacerlo en aquello que otros nos presentan bajo el pretexto de la aceptación que vamos a tener o que vamos a sentir. Es la aceptación de los demás la que hace que nos aceptemos, pero no tal y como somos, sino como creemos que agradaremos a los demás. ¿Resultado? Vacío interior, frustración y desaliento con pérdida del sentido de lo que somos, de lo que queremos y del porqué vivimos.

Cuando estamos, por el contrario, en una encrucijada en la que nos toca vivir una situación, por ejemplo después de un fallecimiento, de un despido laboral, de la no aceptación de un proyecto o idea o de mil y una situaciones de la vida en las que no nos es posible elegir, nos adaptamos o morimos en el intento. Es una adaptación no para renunciar a lo que somos, sino para seguir caminando y consiguiendo aquello que buscamos en la vida. Es una especie de "stanby" o "pausa" en la que escogemos lo mejor que está a nuestro alcance para seguir creciendo en nuestra vida personal, familiar, laborar o económica.

La flexibilidad es buena, a mi modo de ver, sólo cuando te permite seguir siendo libre y no dependiente de los demás. Cuando flexibilizamos simplemente porque tenemos miedo de mostrarnos como somos lo que estamos haciendo es huyendo de nosotros mismos, lo cual no nos permitirá ni ser, ni vivir con toda nuestra potencialidad. Siempre tenemos que elegir aquello que nos permita ser personas y ser nosotros mismos.


12/10/11

Saber vivir y aceptar



La insatisfacción, las heridas, la impotencia, 
son situaciones, 
estados que sentimos 
y que no necesitan resolverse, 
sino aceptarse. 
¡Qué ganas de vivir con problemas! 

Xavier Guix

Nos complicamos la vida de una manera extraordinaria. Nos ahogamos en auténticos vasos de agua. No nos damos cuenta de que la mayor parte de los problemas e insatisfacciones que tenemos nos las provocamos nosotros mismos como resultados de exigencias que nos autoimponemos y sin las cuales hemos sabido vivir anteriormente y de la forma más completa y feliz que podemos imaginarnos.

Basta con que miremos a nuestra infancia y observar como eramos felices con pocas cosas. Eramos felices antes de casarnos o de conocer a nuestra pareja. También lo eramos antes de empezar a trabajar en un sitio determinado. A medida que vamos creciendo nos vamos imponiendo una serie de metas y de objetivos que nos gustaría alcanzar y lo peor que podemos hacer es depender de nuestros objetivos para ser felices. Si antes de alcanzarlos lo éramos, también lo podemos ser si no llegamos a alcanzarlos.

La fuente de la felicidad es aceptar y saborear lo que somos y lo que tenemos en cada instante de la vida. Esa es la realidad. Si podemos alcanzar sueños y objetivos bienvenidos sean y bienvenida sea la dicha de saborear el camino en la consecución de ellos, pero la dependencia de lo que queremos alcanzar nos quita la libertad para poder saborear cada momento de la vida, de lo que tenemos y de las personas que nos rodean.

El vivir con la mirada permanentemente en el futuro, así como permanecer siempre anclado en los tiempos pasados, nos quitan algo tan importante como la vivencia del presente que es la única realidad existente. Y para ello basta con preguntarnos algo tan sencillo como el porque antes era feliz con lo que tenía y hoy no lo soy con lo que todavía tengo y posiblemente algo más.

Muchas veces nos autoengañamos pensando que la felicidad todavía está por venir o que nuestra autorealización depende de lo que todavía tenemos que conseguir en la vida. Hoy, y con lo que cada uno tiene y lleva dentro de sí, es el momento de nuestra autorealización y de nuestra vida plena. La clave está en aceptar, a partir de esa aceptación comenzaremos a comprender y valorar lo que tenemos entre manos.


11/10/11

Perdóname que me entrometa



Ayer me telefoneaba mi madre y me daba una grata noticia sobre una compañera suya de hospitalización que meses atrás compartió habitación y sufrimientos con ella. Mientra mi madre se recuperaba de una situación crítica de rotura de cadera, neumonía y de una gran anemia, Josefa, su compañera de fatigas luchaba entre llanto y llanto contra una pierna totalmente ulcerosa que hacía presagiar una amputación en toda regla. 

El dolor me llegaba a la médula, tanto por verla sufrir, llorar, gritar y maldecir la suerte que tenía, como por la situación ante la que tenia que exponerse mi madre que estaba en situación crítica. Pensé que la situación de Josefa iba a perjudicar a mi madre y que se iba a venir abajo. Pero mi madre hizo acopio del amor que la caracteriza y consiguió no solamente sobreponerse sino que también tendió una mano de ánimo a su compañera de fatigas.

La manera en como le hacían las curas eran posiblemente fuertes, pues era cuando más podía sentir el dolor y cuando se negaba a seguir viviendo. Fue precisamente en uno de esos momentos en que mi mente se trasladó unos viente años atrás cuando en la sierra chinanteca de Oaxaca, México, mi mente repasaba una y otra vez las curas que hacíamos del mismo tipo de heridas pero en situaciones mucho más precarias. Tan sólo cuatro cosas se utilizaban: miel, gelatina, sulfato de zinc y gelatina.

A mi mente llegaban una y otra vez los comentarios de Toño, mi compañero, de Sor Rosa, la enfermera y del médico que vino desde la ciudad de México a colaborar con nosotros desinteresadamente durante un año y de cuyo nombre no consigo acordarme, de los progresos que hacían aquellas piernas a las cuales muchas veces se les veía hasta el mismo hueso.

Veinte años después y en un hospital que gozaba de todos los adelantos veía como una pierna en las mismas circunstancias caminaba hacia una amputación casi segura. Recuerdo que mientras las curas tuve que salir al pasillo, los llantos y quejas de Josefa no cesaban un instante. Dentro de mí se libraba una batalla, hablar con la médico responsable, especialista en dermatología, y decirle lo que haciamos nosotros en México o callarme.

¿Quien eres tu, me decía a mi mismo, para decirle a un médico especialista lo que tiene que hacer? Bueno, en el fondo pretendía compartir una experiencia que había tenido en México y que había resultado totalmente positiva. Por otra parte los años habían pasado y me imaginaba que los medicamentos habían progresado para hacer frente a estas situaciones. Yo no era médico, pero si testigo de algo que se hacía en otra parte del mundo. Así que en un alarde de atrevimiento me acerqué a la doctora y le comenté lo que nosotros había hecho con ese tipo de heridas en México.

La respuesta me dejó un tanto frío. Me dijo que era "algo de libro" lo que se hacía en México. No la ví entusiasmada, por lo que me resigné con la sensación de haberlo intentado sin haber conseguido absolutamente nada. Poco días después Josefa fue trasladada a otro hospital y mi madre fue dada de alta.

Hace dos días mi madre me comentó que mi hermana se había encontrado con la hija de Josefa y le preguntó por su madre. ¿Sabes cual fue la sorpresa? Que la doctora le dijo que como último remedio iban a tratarla con un remedio que utilizaban en las misiones de México. ¿Resultado? Su pierna mejoró y se evitó la amputación, aunque por problemas que desconozco perdió la pierna buena.

Ante la vida puede darnos vergüenza el aportar la experiencia que tenemos, unas veces porque consideramos que los demás son maestros en la materia, otras veces porque infravaloramos nuestras propias experiencias y recursos o bien porque nadie nos ha pedido nuestra opinión. La realidad es que la vida no espera por nadie, sino por la propia iniciativa de cada uno. Es la seguridad en uno mismo, en la propia experiencia y en el no tener miedo a la negativa de otros la que abre las posibilidades de la misma vida hacia uno mismo y hacia los demás.

Perdóname que me entrometa, pero algo, aunque sea pequeño y pobre puedo aportar. Y lo poco que se compartió salvó una pierna. Y los pocos panes y peces que se compartieron hicieron posible la multiplicación. Y cada gota es la que hace posible el mar. Y cada grano de arena es el que hace posible el desierto. Lo poco, por poco que sea, es lo que permite el mucho.


10/10/11

Flexibilidad y rigidez



Hay frases que llaman la atención tales como, "perro que ladra no muerde" o situaciones que te dejan perplejo después de un fuerte temporal como la de árboles muy delgados, pero flexibles, que se mantienen en pié mientras que otros más fuertes y robustos están tumbados en el suelo y sin vida. ¿Es bueno ser rígido? ¿Y flexible?

La rigidez no creo que siempre sea lo mejor. Entre otras cosas te hace esclavo de unas ideas, de doctrinas, de compromisos adquiridos que en muchas ocasiones ya no están ni al servicio de la vida ni de la persona en si misma. Bien lo decía Jesucristo cuando decía que la ley estaba al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la ley. ¿Aguantamos a caminar de forma rígida en todo momento? ¿Somos capaces de llevar encima nuestra prendas que nos quedan rígidas? Optamos, generalmente, por aquello que nos da flexibilidad, holgura y libertad de movimientos. La rigidez, de por si, genera en nosotros tensión, nerviosismo y acaba en muchas ocasiones haciéndonos perder los papeles, además del daño que podemos causar a otros. 

La flexibilidad nos da libertad, nos abre al mundo, a la vida. Nos permites tener diferentes perspectivas, amoldarnos a las situaciones, a cambiar y a experimentar cosas nuevas. Al ser flexibles y abrirnos a lo nuevo crecemos personalmente y estamos en el camino de confiar más en nosotros mismos, en nuestras posibilidades que en todo el bagaje ideológico y cultural que llevamos encima, que en muchas ocasiones no hemos asumido y en muchas otras ni tan siquiera hemos entendido e interiorizado haciendo que vivamos la vida de forma mecánica y sin la libertad y creatividad que nos caracteriza como personas.

Flexibilidad no quiere decir que no tengamos personalidad y que estemos cambiando constantemente de visión, de ideas, creencias o estilos de vida. La flexibilidad es necesaria para poder amoldarnos a las circunstancias de la vida y crear otras que nos ayuden a construir la misma vida en sí. La vida no nos lanza a nacer y desempeñar un papel predeterminado. La vida nos hace desempeñar un papel de constante creación en el que tenemos que adaptarnos, utilizar la mente, la creatividad, la imaginación y todo lo que llevamos dentro de nosotros para hacer de la misma vida algo deseable de vivir en vez de un auténtico valle de lágrimas ante el que podamos agachar la cabeza sin más.

Entre la rigidez, que muy posiblemente esconde un gran complejo de inseguridades, de miedos y de complejos de inferioridad, y la flexibilidad que te expone a la vida, a lo nuevo y a lo inseguro para apostar por ti mismo, elijo la flexibilidad. ésta me aporta vida, respeto hacia mi mismo y respeto hacia los demás. Me permite conocer lo nuevo y valorar que fuera de mi y en otros también hay vida, y en abundancia.



7/10/11

Una vida de fracasos y éxitos: Steve Jobs



"A veces cuando innovas, 
cometes errores. 
Es mejor admitirlos rápidamente, 
y seguir adelante
 apostando por tus otras innovaciones". 

Steve Jobs





Hoy nos ha dejado el gigante de la informática que ha revolucionado medio mundo con sus ordenadores, su tecnología y telefonía móvil entre otras cosas. Donde se haya el éxito de este hombre que ha fracasado en los estudios y que, junto con un compañero, en un garaje ha conseguido innovar todo un mundo tecnológico e informático? La frase con la que encabezo el comentario de hoy es tal vez una de las más importantes dentro de su visión. Hay quien ante un fracaso, llora, se siente víctima, no lo acepta e insiste en conseguirlo utilizando las mismas herramientas que ha utilizado. No hay nada como aceptar la propia realidad. No hay que tener miedo al fracaso. Simplemente hay que aceptarlo y seguir adelante buscando materializar todo aquello que uno está buscando. Lo importante es seguir buscando, pero para poder seguir buscando hay que tener sueños, ilusiones, metas, objetivos.

"Ser el hombre más rico en el cementerio 
no me importa... 
Ir a la cama por la noche 
diciendo que hemos hecho 
algo maravilloso...
 ESO es lo que me importa".

Steve Jobs

El sentido de búsqueda en la vida, el estar hambriento, como él decía, es algo que te mueve, que no te deja parado ante la vida. La sensación de que eres co-creador en la vida, aportando algo maravilloso a los demás es algo que no sólo da sentido a tu vida, sino que te permite dormir cada día feliz y satisfecho de lo que eres y de lo que aportas a los demás. No es cuestión de aportar tecnología, muchas veces podemos aportar cosas que están al alcance de nuestras posibilidades tales como buen ambiente en la familia en el trabajo, actitudes positivas en ambientes que generan negatividad. Siempre tendré en mente que las mayores de las sonrisas en Navidad o Reyes Magos, cuando vemos a los niños abrir los regalos, o en cualquier otra fiesta, no es la de los propios niños, sino la de aquellos que han generado esas sonrisas, sus padres, hermanos, abuelos o amigos. La felicidad y la armonía en la vida está en dar, en aportar, en saber que tu vida emana vida para otros.

Tenía un valor de un millón de dólares 
cuando tenía 23, 
y sobre diez millones 
cuando tenía 24, 
y sobre cien millones 
cuando tenía 25,
y nunca fue importante 
porque nunca lo hice por dinero


 Steve Jobs

La vida tiene un valor más grande cuando disfrutas de lo que haces en vez de esperar a disfrutar cuando llegas a la meta o cuando consigues los objetivos. La meta y los objetivos pueden tener algo de importancia, pero lo que lo llena de sentido es el proceso que utilizas para poder llegar a ello, y ello porque no te queda más remedio que poner toda la carne en el asador, todas tus herramientas, todas tus cualidades, todos tus talentos. La meta es la consecuencia de lo que tus has hecho, y sino pregúntaselo a una mujer que ha llevado a su hijo en su vientre. ¿Es lo mismo que no engendrarlo y parirlo?

La vida tiene un sentido, y éste es el de dejar emanar toda la vida que hay en ti para que otros se beneficien. A la larga uno también se beneficia, una porque lleva vida dentro y la vives, y otra es porque lo más probable es que la vida vuelva a ti por parte de los otros. Y si no vuelve, tal vez no pase nada, pues sigues generando vida.

Si tienes tiempo escúchalo. Merece la pena.