Si nos diéramos cuenta de la importancia que las creencias tienen en nuestra vida más de uno quedaríamos sorperendidos. Las creencias pueden tener dos aspectos muy importantes: limitarnos o potenciarnos en nuestro caminar por la vida.
No se si te habrá pasado en alguna ocasión que has tenido un objetivo que te gustaría alcanzar justo frente a tí; una ilusión, una meta. Y justo, dentro de ti o a tu alrededor, comienzas a escuchar voces que dicen: esto no es para ti, es imposible que lo consigas, otros lo han intentado y han fracasado y un largo etc. de pensamientos o afirmaciones que te echan atrás. Estas serían creencias que nos limitarían en nuestras vidas ya que nos impiden caminar hacia el logro de lo que queremos. Y lo peor de todo es que cantidad de veces estas creencias parten de un fundamento totalmente irracional, subjetivo y sin fundamento.
Las creencias potenciadoras son, por el contrario, ideas que intentan reafirmarnos como personas, hacer que confiemos en nosotros mismos y que llegan a capacitarnos para el logo o el éxito de lo que queremos y buscamos en la vida. Es la idea que, en el fondo de nosotros, deja nacer y crecer un ¿por qué no? Es la idea que confirma la autoéstima que tengo hacia mi y que, además, me hace sentir confianza, racionalidad, apertura y colaboración conmigo mismo, con los demás y con la vida.
A veces, dentro de lo que podemos llamar prudencia y otras ideas parecidas, se encuentran escondidas cantidades innumerables de creencias que nos frenan y que no permiten que avancemos.
Es hora de que analicemos todas y cada una de las creencias que subyacen en nuestro interior y que nos preguntemos por su base racional o irracional, por su capacidad potenciadora o limitadora.
Cuestión, simplemente, de verdadero y sincero autoconocimiento.
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