17/7/14

Estar abiertos a aprender.



Ya decía Sócrates que "sólo se que no se nada". Lo curioso es que cada vez que aprendes algo te das cuenta de la ignorancia en la que estabas y de lo que mucho que queda por aprender. Tal vez sea el motivo por el que el sabio calla y escucha más de lo que habla.

Las personas aprendemos mucho más viendo, observando, indagando, preguntando, cuestionando y teniendo una actitud critica que hablando. A muchos se nos ha ido la sabiduría por la boca por hablar antes de tiempo. 

La impaciencia y el creer que todo lo sabemos y todo lo dominamos nos lleva a dar las cosas por sabidas, por supuestas y por sentadas. Y la vida no es así, la vida nos enseña hasta de los niños más pequeños. Sí, aprendemos de los pequeños, de los ancianos, de todas las personas ya que tengan unas actitudes que nos gusten o no, una ideas que compartamos o no, siempre nos enseñarán algo más.

Newton estuvo atento y aprendió de un simple objeto como la manzana lo que es la ley de la gravedad. Pero es el espíritu de niño que todo lo busca, todo lo quiere saber, todo lo prueba y todo lo indaga, lo que le lleva o nos lleva a aprender de los demás y de la misma vida.

El problema es cuando nos encontramos con un "NO" que nos detiene, que nos cohibe y que nos impide conocer aquello que es diferente a nosotros. Es ahí donde la falta de humildad nos impide aprender.