20/12/12

Coraje



“Admiro a las personas que 
con el corazón roto y lleno de problemas, 
pueden levantar su mirada, sonreír y decir: 
“estoy bien”.

Emilio Duró

No es fácil en circunstancias duras de la vida el caminar bien erguidos y mantener la sonrisa en los labios y la actitud firme y positiva en lo que se necesita alcanzar. Nos dejamos llevar por sentimiento, emociones y muchas de las frustraciones que nos trae la vida en sí. Lo más normal es encontrar personas que tiran la toalla, se dan por vencido o adoptan una actitud totalmente pesimista que les quita la sonrisa de los labios.

¿Qué hace que ante situaciones difíciles se mantenga el ánimo intacto? El sentido de la vida y la motivación que ésta lleva consigo.

El sentido de la vida es la brújula de todo lo que hagamos y dejemos de hacer. ¿Qué hago yo en esta vida? ¿Tengo alguna misión? ¿Qué es lo que hace que cada mañana me levante y salga de casa? Tener un motivo para vivir es lo fundamental porque ese motivo es el que nos da la gasolina para ponernos en marcha cada día.

La falta de ilusión es el detonante para no seguir luchando. La capacidad de ilusionarse es precisamente lo que hace que nuestra motivación aumente y pongamos metas y sueños por los que luchar y afrontar los problemas.

Cuando los obstáculos se nos interponen la ilusión y la motivación hacen que nosotros, al igual que el agua, busque cualquier camino para conseguir lo que se quiere. La ilusión, al igual que la fe, mueve montañas.