27/8/13

Trabajar la suerte



Buscamos la suerte como el que busca agua en el desierto. Todos vamos tras ella. Pero, ¿es lo mismo la suerte que el azar? La suerte depende de nosotros mismos, el azar es fruto de la casualidad. La suerte se trabaja, el azar viene por casualidad y sin que nosotros hagamos mucho al respecto. ¿De qué depende pues nuestra suerte? 


  • Autoconfianza. Tal vez es la actitud fundamental. Nadie va a por algo si no tiene confianza en lograrlo. Cuando tenemos confianza en nosotros mismos no hay nada que nos detenga, nada que se interponga entre uno y aquello que persigue. Lo vemos de forma muy clara, por ejemplo, en el fútbol, cuando van a sacar una falta o un penalti; el jugador que tiene confianza toma el balón y se abre camino entre los compañeros, incluso los aporta. Confianza es fe en uno mismo, en que sí lo puede lograr.
  • Competencia. Si la confianza es fundamental se basa y se logra en la competencia, en el saber hacer, en el logro de pequeños o grandes logros, ensayados una y otra vez. La competencia no es el mero conformismo que saber hacerlo en una u otra manera. Es saber que eres capaz de hacerlo igual o mejor que otros. Y ello requiere de la práctica, de la constancia y del querer hacerlo mejor y más rápido e incluso de forma más eficaz que otros. Y todo viene del continuo ensayo, de las constantes pruebas y de las ansias de auto superación en los retos que uno se impone o que los impone la misma vida.
  • Buena red de contactos. Los héroes individuales no se dan tanto hoy en día. Vivimos en una sociedad de la información, de la comunicación y de la competencia. Tenemos que aprender unos de otros y dependemos unos de otros. A mayor número de contactos mayor posibilidades de que aporten su colaboración, su experiencia, su conocimiento y su colaboración. En todo, a mayor número de contactos más posibilidades de conseguir los objetivos que nos proponemos.
  • Circunstancias inesperadas. Estar abiertos a la vida, a lo diferente, a lo inesperado nos ayuda a abrir perspectivas en la vida y a saber aprovechar las circunstancias que nos rodean. Saber sacar petróleo de un pequeño agujero, o sacar algo de donde nadie sacaba nada es parte de la suerte. Es la curiosidad la que nos lleva a la creatividad y a buscar soluciones diferentes o aplicaciones distintas a la propia realidad. En vez de sentirnos frustrados o desamparados ante lo inesperado, ¿por qué no sacar provecho de ello? 
  • Ser extrovertidos. No podemos vivir en el ostracismo, encerrarnos en nosotros mismos y creer que ya lo sabemos todo. Humildad es lo que necesitamos, Humildad entendida en el sentido de que no somos únicos en el mundo, que los demás pueden aportarnos algo y que tenemos que estar abiertos a aprender de los demás. Ser conscientes de que nos somos poseedores dde la verdad y que otros pueden tener luces que nos incican el camino nos ayuda a encontrar el camino de la suerte.
  • Un resultado. El que la sigue, la persigue. La suerte, para quien se la trabaja, porque las profecías se autocumplen (las personas “con buena suerte” encuentran una moneda en la calle; las de “mala suerte”, ni se fijan). La suerte es un proceso y el resultado de una búsqueda. La suerte no es resultado de la casualidad sino del esfuerzo continuado.