7/2/13

Aprendiendo a vivir



Platicaba yo esta tarde sobre la enseñanza y sobre la necesidad de estar preparados para afrontar la vida. Surgía esta reflexión al ver personas jóvenes que ya entrando en edades un poco avanzadas ni trabajan porque no encuentran empleo, ni se preparan para poder vender sus servicios a quien los pudiera necesitar. Al mismo tiempo hablábamos sobre las desafortunadas palabras, al menos para mí, del ministro de educación en las que afirmaba que no hay que formarse para lo que a uno le gusta, sino para lo que se demanda hoy en día.

Yo no estoy de acuerdo. Si quieres ver a alguien infeliz ponlo a trabajar en algo que no le gusta. Y si quieres que deje de crecer, ponle a trabajar en algo que no le guste. Y si por encima quieres que las cosas sigan como están, ponlos a hacer algo que no les guste.

La vida, y el trabajo es parte importante de ella, es para disfrutarla. Y el trabajo hay que saber disfrutarlo y vivírlo. A parte de disfrutarlo y de ser felices con ello, cuando gozamos de lo que hacemos vienen varios regalos con ello. Uno de ellos es la creatividad. Cuando nos vemos inmersos en algo que nos gusta lo vemos desde un angulo y desde otro, desde una perspectiva u otra. El ingenio, la imaginación, la creatividad van acompañados de la mano con el gusto que sentimos por las cosas o por las personas.

Si miramos hacia nosotros mismos nos daremos cuenta de ello. Cuando gozamos de una situación o de un grupo de personas, ¿qué nos sucede? Todos nuestros sentidos se despiertan, se desarrollan y crecen.

Prepararnos para vivir es, esencialmente, prepararnos para disfrutar de lo que nos gusta y poder ofrecer eso mismo a la misma vida y a los demás. Es cuando mejor nos salen las cosas. Es cuando rayamos la perfección, la curiosidad y cuando nos sentimos realizados porque aportamos vida a la misma vida y a los demás.

No es cuestión de, simplemente, aprender para saber o memorizar. Es cuestión de aprender para disfrutar, sentirse realizado, saber que tu vida tiene un sentido y que aportas a la vida algo más de vida y también a los demás. Como diría Bob Marley: "No vivas para que tu presencia se note, sino para que tu ausencia se sienta". Cuando uno sobrevive se va arrastrando, mientras que cuando vive sus ojos brillan, su sonrisa pueblan la cara y el cuerpo baila a medida que va viviendo y sintiendo lo que hace.