Dice la ventana de Johari que hay cuatro aspectos importantes sobre el conocimiento de uno mismo:
1. Lo que yo conozco de mi mismo y que tan solo yo conozco.
2. Lo que yo conozco y lo que otros conocen de mi.
3. Lo que otros conocen de mi, y que yo no conozco de mi mismo.
4. Lo que ni otros ni yo conocemos de mi mismo.
Son cuatro verdades como catedrales y de las que muchas veces no somos conscientes. Cuatro verdades que podrían hacer fluidas nuestras relaciones interpersonales de tal manera que muchos de nuestros conflictos podrían verse resueltos con una facilidad enorme. ¿Por qué?
Hay una actitud muy generalizada de pensar que lo sabemos todo de nosotros mismos, o de que lo sabemos todo de los demás. Damos por supuestas muchas cosas, que a lo mejor son y a lo mejor no. Tenemos miedo a mostrar ante otras personas lo que realmente pensamos o creemos de nosotros mismos y de los demás. Hay una gran laguna en torno a nuestras relaciones interpersonales: no saber afrontar la realidad en la que vivimos de forma clara, honesta y concisa.
Abrirnos a nosotros mismos y a los demás no es fácil, y ésta falta de apertura hace que estemos totalmente condicionados ante los demás, o que condicionemos a los demás ante nosotros. Ser conscientes de que no lo sabemos todo ni de nosotros ni de los demás, saber darnos y dar márgenes de confianza y sobre todo aprender a conocernos a nosotros mismos y a los demás desde todas las perspectivas posibles da una mayor claridad, objetividad y equilibrio a las relaciones.
Lo mejor es no pensar por nadie y estar abiertos a lo la vida y los demás nos permiten conocer de los demás y de nosotros mismos.