Las manera en como vemos las cosas condiciona el como reaccionamos ante ellas y ante las personas. ¿No te ha ocurrido nunca el tener un jefe, una pareja, un compañero de trabajo o un amigo que tan sólo enfatiza los aspectos negativos de todo lo que haces?
Hay veces que tanto ver los aspectos negativos del trabajo o de las personas hacen que atraigamos hacia nosotros lo que realmente no queremos, aquello que tanto criticamos y desechamos. Atraemos, nos guste o no, todo aquello que tenemos en la mente.
¿Qué pasaría si en vez de criticar elogiamos aquello que hacen bien las personas y le animamos, basado en lo que hacen bien, a que vayan perfeccionando aquello que hacen no tan bien?
Proponer desde el miedo, la tensión, perfección e imposición mas que motivar, desmotiva y nos aleja de aquello que buscamos y deseamos. Fomentar la consecución de los objetivos desde la generosidad, el elogio, la gratitud y la valía de todos aquellos que participan del objetivo lo que hará es que participen con mayor motivación, energía e ilusión, haciendo que los fallos se conviertan en retos a superar en vez de ser una carga que habla de la inutilidad de uno mismo como persona,
¿Soy de los que motivo o de aquellos que reprocha los fallos de los demás? ¿Soy de los que da ánimos o de los que hace que el otro se desmotive? ¿Soy de los que que digo las cosas con una sonrisa de confianza en la boca o de los que impone y aleja con su seriedad, mal humor o enfado. Estamos llamados a generar vida en vez de apagarla.