8/2/13

Escuchar abiertamente



Tenemos una tendencia a buscar, escuchar y apoyar aquello que va en nuestra linea mientra que tendemos a cerrar los ojos, los oídos y la mente a todo lo que puede poner en cuestión aquello que defendemos a capa y a espada. Hay un sentimiento que recorre nuestra mente en el que nos sentimos como si alguien quisiera robarnos algo de nuestra vida.

Alguien decía que la mayor distancia entre dos personas es el volumen de voz que utilizan para comunicarse. La misma distancia puede haber en nuestra cerrazón a la hora de escuchar al otro por miedo a que destruya nuestros argumentos y quedemos prácticamente al desnudo con nuestros propios argumentos e ideas sin poder justificarlas y defenderlas.

Hoy, a nivel científico, si se quiere probar hay algo hay que testarlo, hay que buscar argumentos que destruyan el proyecto que alguien tiene en mente, y no con la idea de destruirlo en sí sino más bien con la idea de fortalezer la creencia, consolidar el proyecto y lleva a cabo lo que uno quiere. Poner algo a prueba requiere pues el saber mirar a todos lados incluso a los lados que no nos gusta. Aquello que no es agradable a la hora de escuchar y de compartir puede resultar agradable para fortalecer un punto de vista u objetivo.

Escuchar aquello que nos molesta puede ser un incentivo para clarificar mucho mejor las posiciones en las que nos mantenemos, o incluso para mejorarlas y clarificarlas, o cambiarlas. La escucha activa y sincera nos lleva eso. Encerrarnos en nuestras propias ideas y no valorar otras nos perjudica incluso a la hora de vivir lo que queremos y de defender lo que creemos.

A veces no es suficiente con estar abierto a lo diferente, a veces tenemos que buscar lo contrario. Es buscar la manera de perfeccionar aquello que deseamos. Encontraremos visiones diferentes, maneras de afrontar la vida y las situaciones de forma distinta.

A veces son nuestros propios prejuicios los que nos juegan una mala pasada y nos hacen ver la realidad un tanto distorsionada. No hay nada como ver la realidad tal cual es, te pone entre la espada y la pared, pero te ayuda a ser, a vivir, a crecer.