2/12/14

Creciendo por dentro.


Hay experiencias que marcan en la vida mientras la vida nos va enseñando cosas a lo largo del tiempo. Es curioso como a medida que vamos madurando damos menos importancia al envoltorio de las cosas o de nuestra propia vida que a lo que realmente se envuelve.

Los que han superado pruebas difíciles de la vida, que los han puesto al filo de la muerte, vienen a tener la misma experiencia que muchos ancianos. La vida es mucho más sencilla de lo que parece. Mientras nos desvivimos por cosas que aparentemente tienen mucha importancia dejamos de lado lo que realmente es importante: cultivarse uno mismo, la propia familia, los propios gustos y la propia esencia o identidad de la persona como tal.

A veces me pregunto si la supuesta actitud permisiva de los abuelos que tanto desespera a los padres tiene algo que ver con ello. La vida la ven en una perspectiva en la que ellos están de vuelta mientras que nosotros nos afanamos con la apariencia exterior de las cosas.

Vivir con la seriedad desde dentro nos muestra lo que realmente es importante: el gozo y la aceptación de uno mismo. Uno, cuando se acepta a sí mismo, es la mejor compañía que puede tener y la mejor fuente de inspiración. Cuando lo de fuera nos inquieta perdemos esa libertad que tanto nos agobia y que tanta infelicidad nos aporta en la vida.