25/10/13

Como si fuera un juego.



El juego significa diversión,
vínculo inmediato y pasión.
Las habilidades mejoran más aprisa
cuando se abordan desde esa perspectiva.

Daniel Doyle

Recuerdo que cuando tenía que darle de comer a mi hija, teniendo ella dos o tres años, esas veces en las que parecen negarse a comer y tienes que batallar con los niños, utilizaba como mucha otra gente la técnica del juego. Ella no podía comerse su comida, pues supuestamente era para mí. Yo me levantaba para ir al baño, o a coger algo a la nevera, la miraba fijamente a los ojos y le decía: No te lo comas, esto es para mí. Cuando regresaba las carcajadas eran grandes, pero se había comido lo que tenía que comer.

El juego, como dice Daniel Doyle, convierte lo más arduo en algo mucho más divertido y desafiante. Además el tiempo parece no correr, pues uno está inmerso en lo que hace.

Convertir tareas, objetivos, ilusiones, metas y deseos, por muy difíciles que parezcan, en un juego, en un reto y en algo divertido hace que lo asumamos con un espíritu distinto, un espíritu que hace que las cosas no cuesten. ¿Has visto como muchas veces, por ejemplo, a un niño lo invitas a caminar y le cuesta un poco? ¿Qué pasa si lo invitas con otro niño? Mucho más placentero. Cuando haces algo de forma placentera y divertida puedes caminar y hacer cualquier cosa de una manera mucho más agradable.

Las preguntas siempre surgen:
  • ¿Cómo hacer de mis deseos o sueños un juego?
  • ¿Qué puedo hacer para convertirlos en algo divertido?
Son preguntas que tienen que despertar nuestra imaginación y creatividad. Retarme a mi mismo, jugar con mí mismo o involucrar a otros en el propio juego. ¿No sería una buena manera de encaminar cada día nuestro trabajo, relaciones, deseos, metas o ilusiones?

Lo que sí tiene que estar claro es que la mente tienen que estar enfocada en lo que realmente quiere conseguir. Y una cosa está clara, la vida será mucho más divertida y lo que tengamos que hacer, un placer.