8/6/10

Bebiendo del pasado



¿Es posible llegar a entender todos aquellos momentos que uno ha pasado a través de su vida? Me preguntaba una persona en el día de ayer. Y sobre todo hacía hincapié en los momentos duros, en las experiencias que han sido dolorosas.

La verdad es que no deja de ser interesante la pregunta y no mucho menos la cantidad de respuestas que pueden venir a la mente.Si nos vamos hacia el pasado y comenzamos hacer una lista de eventos, de sucesos, de circunstancias y de relaciones interpersonales que han sido significativas desde el lado positivo o negativo podremos encontrar muchas luces que nos ayudarán a encontrar aspectos realmente positivos sobre nosotros y sobre la misma vida.

Recuerdo que este planteamiento aparece curiosamente en los Evangelios cuando Jesús se aparece a los discípulos de Emaús que, decepcionados, se retiran a sus aldeas con el fracaso de una muerte que no entendían, que no aceptaban y que no habían deseado. Curiosamente Jesús comienza a hacerles un repaso de lo que había sido la vida de él y lo que los profetas habían vaticinado. Y desde la distancia, a toro pasado, como solemos decir, y cuando los hechos se analizan con cierta libertad, tranquilidad y apertura, comenzamos a ver toda una serie de valores, de ideas de herramientas, de creencias y aspectos nuevos que la vida nos ha ido dando a través de esas circunstancias.

Decimos que cuando se nos cierra una puerta en la vida se nos abren otras. Y eso es lo que muchas veces tendríamos que analizar y tener en cuenta. ¿qué nos ha enseñado la vida en los momentos duros? ¿en qué nos ha hecho crecer? ¿qué valores nos ha aportado? ¿qué nos ha enseñado de nosotros mismos?

Volver atrás no es volver para recordar y ahogarse en nuestro pasado. Volver atrás es para darnos cuenta de:


  • Lo que la vida nos ha enseñando en esas circunstancias.
  • Del posible hilo conductor que une cada una de las experiencias que vamos teniendo.
  • De lo que la vida nos enseña "ahora" sobre lo que hemos vivido entonces.
Volver atrás es regresar no para estancarnos en el pasado, sino para beber del profundo manantial que hay dentro de nosotros mismos.