Nunca tengas miedo a nada,
Nunca te dejes llevar por los engaños
y la tentación de los sufrimientos
Tu vida está en tu interior,
Lo que des de ti
¿Qué haría si no tuviera miedo?
Se transformará en tu riqueza.
Carlos Mesi.
Escuchaba anoche esta frase junto con una pregunta: Si no tuvieras miedo, ¿qué harías en estos momentos?
La verdad es que la vida se puede transformar en una auténtica riqueza si dejaramos a un lado los miedos. Pensar que gran parte de los miedos son totalmente imaginarios da escalofrios. Saber que, una vez que hemos vencido los miedos, hemos llegado a sonreir plenamente nos deja con un sabor agridulce de haber perdido momentos e instantes de la vida sumergidos en preocupaciones y angustias que no tenían gran sentido, ya que eran meras imaginaciones, presunciones o prejuicios que teniamos metidos en la cabeza.
De ahí surge la gran pregunta o el gran dilema de la vida: ¿debemos preocuparnos o tan solo ocuparnos de todo aquello que nos rodea? Preocuparnos nos resta bastantes fuerzas, tiempo y dedicación a lo que realmente tenemos que dedicar nuestra vida y existencia. Ocuparnos, por el contrario, nos sumerge en un mundo de responsabilidad en el que cogemos al toro por los cuernos, en el que somos productivos y proactivos, en el que tenemos una actitud positiva y constructiva, en el que aportamos soluciones o caminos nuevos a nuestros cometidos.
La preocupación, mientras tanto, nos frena, nos impide la capacidad de pensar de forma amplia, tranquila, libre y objetiva. Nos impide, también dar pasos ya que nos mantiene a la defensiva y lo único que hace es impedir que nuestra vida sea vulnerada. La vida se estanca ahí, se defiende como gato panza arriba y somos conscientes de que gira siempre en torno al mismo punto a la misma preocupación, al mismo tema. La vida se convierte en un monologo con el riesgo de paralizar todo nuestro sistema.
No hay nada como la sonrisa y la alegría que surgen de un trabajo bien hecho, finalizado, culminado. El sentimiento de realización es grande y amplio. La felicidad es inmensa.
Como bien decía alguien: "La vivida no vivida es una enfermedad de la que se puede morir". Y los miedos nos impiden vivir, son un freno que nos echamos a nosotros mismos impidiéndonos desarrollar nuestra vida con total normalidad.
¿Qué haría si no tuviera miedo?