EL HÁBITO, LA LLAVE DEL ÉXITO.
Los hábitos son la llave que nos lleva a conseguir lo que deseamos en la vida. El hábito tiene la misma fuerza que la gota de agua que de forma constante cae una y otra vez sobre la piedra. La gota en sí es débil, la roca es fuerte, pero la constancia de la gota hace que poco a poco la roca vaya cediendo hasta ir abriendo pequeños agujeros en ella.
Lo mismo ocurre en nuestra carrera hacia lo que deseamos en la vida; las pequeñas y constantes acciones, repetidas una y otra vez hacen que vayamos cogiendo ritmo, seguridad y perfeccionando cada uno de los pasos que vamos dando hasta el punto de que el hábito se constituya en algo totalmente normal en nosotros y con todas las posibilidades de ir mejorándolo y ampliándolo.
A nivel mental pasa otro tanto de lo mismo. son muchas las veces en las que se nos educado a pensar de forma totalmente negativa. Al generar una y otra vez ese pensamiento en nosotros nuestras acciones y actitudes se conforman a lo que pensamos y produce una actitud totalmente negativa en nosotros.
CAMBIAR NUESTROS HÁBITOS.
¿Qué pasaría si a nivel mental comenzaramos a tener unos hábitos de pensar positivamente? ¿Qué ocurriría si al problema que se nos presenta en vez de verlo como tal lo vemos como una oportunidad o un reto? ¿Qué sucedería si ante actitudes pesimistas o negativas comenzaramos a tener hábitos de actitudes optimistas y positivas.
Los hábitos son una fuerza, pero que no es a corto plazo, tal vez a corto plazo podamos algún resultado que otro, pero es a largo como más resultados veremos, al igual que la gota de agua que golpea una y otra vez.
La mejor manera de obtener estos hábitos es ponerlos en la agenda. Si un hábito es caminar o hacer deporte, ¿qué prioridad tiene en mi vida? Lo sabré en la medida de la prioridad o del lugar que ocupe en mi agenda. Si lo voy posponiendo es que no tiene prioridad. Si comienzo a realizar algo, aunque sean 5 minutos al día, esos 5 minutos se convierten en hábito.
Como ejemplo puedo poner que hace tiempo me propuse hacer deporte, concretamente natación. Comencé a hacerlo en una piscina de cincuenta metros de largo. Recuerdo que a los dos o tres largos estaba asfixiado. Pero constituí el hábito de hacer un largo más cada día. Unas veces lo conseguía, otras no. Lo que sí es cierto es que al cabo de un par de meses estaba haciendo alrededor de unos cincuenta largos.
Los hábitos no hacen al monje, pero ayudan a hacerlo.
Uno de los hábitos más importantes es el hábito del aprendizaje contínuo. Jose Antonio Marina nos lo deja ver claro en esta entrevista que le hacen en Televisión Española.