16/8/13

Emprender el vuelo nuevamente


Me la encontré por internet y la coloco aquí en el día de hoy. Creo que merece la pena el proceso para volar en la vida.
  • Reconócete. Hay que ser valientes para mirarse al espejo y verse con toda la honestidad del mundo. El primer ejemplo de miedo que podemos ver en la historia de la humanidad es el de Adán y Eva que, en cuanto se vieron con la limitación del error cometido, se escondieron y se pusieron un taparrabos. ¿Por qué tener miedo de nosotros mismos? Somos lo que somos y dentro de lo que somos, les guste a o no a otros, tenemos muchos valores y mucha riqueza.
  • Ámate. ¡Sí!. Amarnos tal y como somos. Estoy seguro de amándonos con nuestras propias limitaciones podemos dar mucho de sí. Si no me amo, rehuyo de mi mismo, y si huyo de mi mismo no podré utilizar la riqueza que hay en mí. Quien mira a su propia pobreza se olvida de ver la gran riqueza que tiene dentro.
  • Confía en ti. Si no nos reconocemos y valoramos la confianza en nosotros mismos, que es la que nos impulsa a llevar a cabo aquello que deseamos realizar y conseguir, es nula y ella es fundamental. No hay un primer paso si no hay confianza, no se inicia un proyecto si no confiamos en él y en nosotros mismos que somos los que lo vamos a llevar a cabo.
  • Emprende el vuelo. Da el primer paso, luego el otro y así sucesivamente. El paso lo daremos con la fuerza de reconocernos, con la autoestima de valorarnos y querernos, y esa confianza en nosotros mismos. Emprender el vuelo no nos exime de fracasos y por ello no podemos olvidarnos de que los éxitos están hechos de cadenas de errores y fracasos, pero es eso: vernos, reconocernos, amarnos y confiar en nosotros mismos lo que nos impulsará a volar.