6/6/14

Autoeducación


En la vida podemos recibir muchas lecciones, pero la mejor es la que aprendemos por nosotros mismos. Yo lo he experimentado en varias ocasiones, sobre todo cuando te dejan sólo o no queda más remedio que enfrentarte por ti mismo a la realidad. Me viene a la mente mi hija cuando dice que quiere hacer algo por ella misma. ¿Y por qué no?

Cuando vamos creciendo vamos perdiendo esa naturalidad y originalidad que tenemos de niños y vamos queriendo que nos lo hagan todo. Pero, desde mi punto de vista, es ahí cuando aprendemos de verdad. De hecho, dicen los estudios, que tan solo recordamos un porcentaje muy bajo de aquello que oímos. El porcentaje aumenta cuando se trata de lo que vemos y oímos. Y cuando vemos, oímos y lo hacemos por nosotros mismos se queda mucho más grabado en nuestra mente.

Pero la vida no es tan solo recordar. Es aprender. Y a prender lo hacemos desde lo que ya hay y también desde lo que nosotros hacemos que haya, es decir, desde aquello que aportamos a la vida y a los demás. Algo que es cosecha propia, algo que sale desde nuestro interior y que lleva nuestro sello personal y transferible.

Estas situaciones provocan por una parte una sensación de conocimiento, pero por otra y mucho más grande, una sensación y sentimiento de ser alguien y de conseguir las cosas por uno mismo. Es ese sentimiento en el que nos damos cuenta que no dependemos sólo de los demás, sino que también nos valemos por nosotros mismos aportando valor a la vida.

Autoeducación, todo un proceso en el que la formación y la educación tiene un valor mucho más grande.