23/3/10

El precio del éxito



La impresión de que la Buena Suerte, el éxito o el logro de los objetivos y de las ilusiones que uno se proponen te las vendan de forma fáicl de conseguir puede ser uno de los engaños más sutiles que podemos encontrarnos en el día de hoy. Como reza el dicho "nadie vende duros a cuatro pesetas." El Éxito depende, única y exclusivamente del esfuerzo que uno realiza.

Siempre me ha llamdado la atención como ha habido grandes profesionales del mundo del deporte que para llegar al éxito en su campo se han quedado más tiempo del previsto lanzando canastas desde el área de triples o desde el área de tiros libros hasta consegir 100 de 100. Esfuerzo, soledad, dedicación, fe, confianza en si mismo has sido los acompañantes solitarios de éste tipo de personas, entre otras virtudes.

Lo mismo se puede decir de personas que han ¿sacrificado? muchas horas de su tiempo libre para poder sacar unas oposiciones a juez, registradores de la propiedad, notarías, etc. Horas y horas delante de unos libros y de unos temarios que tenian que dominar con una competencia casi inconsciente que le harán conseguir la preciada recompensa del trabajo o puesto que desean.

También es cierto que hay personas, las que son una gran minoría, que lo ganan de un forma fácil vendiendo al otro al dolor y a la miseria, o vendiendo su propia vida e intimidades. Pero son personas que tal vez no marcan los ideales que lleguen a satisfacernos.

Conocerse a si mismo, desarrollar las competencias que hay dentro de uno mismo, gozar del desarrollo a pesar de que cueste sangre, sudor y lágrimas, abrir los caminos, creer en ellos, crear circunstancias que hagan posible su propia realización son los procesos que llevan a uno al éxtito.

Hoy podemos admirar grandes jugadores ded futobol, de basket, de Formula I, etc. Podemos admirar a grandes empresarios que han levantado negocios increiblemente productivos o a personas que han dejado una huella imborrable dentro del campo político y social: Vicente Ferrer, Teresa de Calcuta. Gandhi, Martin Luther King, etc. Han dejado una huella, sí, ¿fruto de la casualidad? ¡No! Fruto de la entrega, de la fe en si mismos y en la de los ideales que buscaban.

La suerte no se vende en ningún kiosco, se trabaja, se genera, se lucha, se fragua, se pule. Es el éxito de un trabajo y entrega constante.

¿Cuál es la motivación que tengo?
¿Cuál es la voluntad que pongo en las cosas?
¿Cuál es la entrega que le dedico?
¿Me conformo con ser mediocre?
¿Quiero ser el mejor, no por competir, sino por gozar de lo que hago?

Son grandes ionterrogantes que uno tiene que responderse en el día a día.

Gente que lo ha conseguido a pesar de las adversidades. Miralo