¿Quien no ha tenido miedo alguna vez? ¿Cómo superarlos?
- Acepta tus miedos. No hay nada como reconocer algo. Mientras uno no lo haga habrá dos luchas en el interior de uno mismo. La lucha por aceptar lo que siento y la lucha por aceptar la situación a la que me enfrento. Una persona dividida pierde fueza, energía, eficacia y concentración.
- Escribe tus miedos. Al escribirlos los haces más reales y al mismo tiempo los ves desde otra perspectiva, desde fuera por lo que podrás verlos de una manera más objetiva. Cuando los vemos desde la emoción que sentimos perdemos muchas veces el sentido de la realidad. Cuando nos apartamos de ellos y los vemos a distancia las emociones no juegan un papel tan importante por lo que tenemos más libertad para ver otras facetas que no somos capaces de ver desde dentro del los propios miedos.
- ¿Dónde nacen tus miedos? La mayor parte de los miedos nos tienen una consistencia real. Muchos son imaginados. Es más, el 80% de los miedos que tenemos son infundados. Saber de donde vienen nos da una pista sobre la racionalidad o irracionalidad de ellos. Cuando somos capaces de sopesar las bases nos daremos cuenta de que muchas veces son infundados y no tenemos por que temer enfrentarnos a ellos.
- La información es el mejor arma. La ignorancia y la falta de información nos lleva a sobrevalorar muchas situaciones de la vida y las vemos potencialmente peligrosas. Conocernos a nosotros mismos y conocer bien a las situaciones que nos enfrentamos nos ayudan a tener una base más real y solida con la que enfrentarnos a ellos.
- ¿Avergonzarse? Todos tenemos miedo en la vida, por lo cual avergonzarse no tiene sentido pues compartimos lo que es la esencia de las personas humanas. El miedo es una emoción con la que nacemos. ¿Por qué sobrevalorar esta emoción? ¿Por qué sentirnos avergonzados de tenerla? Hay que saber vivir con naturalidad las emociones. Son parte de nuestra vida y mientras las aceptemos nos veremos más libre a nivel interno y también más libres para enfrentarnos a las situaciones.
- Dar un paso por pequeño que sea nos ayuda a acortar la distancia entre el miedo y el coraje o la libertad ante él. Atrevernos, aunque sea poco a poco, nos ayuda a confiar más en nosotros mismos, el mejor antídoto frente al miedo.
- Vive el momento ya que los miedo nos hablan de lo que puede pasar en el futuro. El futuro no ha llegado y el pasado ya es parte de la historia. El presente es lo que si merece ser vivido y con toda la intensidad que se pueda. Viviendo plenamente el presente afrontamos mejor lo que nos va llegando pues no lo vemos como una amenaza sino como algo a vivir y a aprender de ese momento.