12/4/11

Las huellas de la libertad



Nunca se es del todo libre.....pero quizás tus condicionantes te llenan tanto como la propia libertad,si puedes tomar tus decisiones librementes ya has alcanzado un alto grado de esta......... UTOPÍA?, decía ayer Ángeles en uno de los comentarios que se dejaron en la reflexión de ayer. ¿Sabes lo que me llama la atención Ángeles?, lo de que los condicionantes nos llenan tanto como la propia libertad.

Es cierto, el que se siente atrapado por la droga, por el tabaco, por la dependencia económica, emocional o social y no son capaces de dar el paso hacia la libertad en el fondo sienten un pequeño placer y recompensa, no se si tan grande o menos  grande que el de la propia libertad, pero si hay cierta recompensa: olvidarnos de la realidad, evadirnos, no tener que enfrentarnos a nosotros mismos, no meternos en un mundo de inseguridades, etc.

Tengo mis dudas de que la recompensa sea tan grande como la de la libertad. Mientras que la falta de libertad me hace sentir dependiente de otros, la libertad me hace sentir dependiente de mi mismo, y con ello me hace sentir con una autoestíma grande y con un sano orgullo de mi mismo. Por el contrario, los dependientes no gozamos de la alegría de los que son libres, ¿sabes por qué?, porque nos sentimos poca cosa.

El quid de la cuestión, Ángeles, es tomar decisiones libremente, en coherencia con lo que creemos y con lo que queremos pero, ¿sabes cuántas veces nuestras decisiones se ven condicionadas por lo que dejamos atrás, por las personas que viven a nuestro alrededor? María Eugenia decía que dependemos unos de otros. Es cierto, más que depender somos interdependientes, me explico: Los demás dependen de mi libertad, y yo dependo de la libertad de los demás. ¿Podríamos construir un mundo basado en el miedo a los demás?

El miedo nos impide crecer, la libertad nos ayuda a sobrevivir con lo que somos, con nuestra propia autenticidad. No hay peor sabor de boca cuando los demás te alaban y tu sabes que dentro de ti hay falsedad y falta de autenticidad. El sabor más dulce es cuando expresas lo que tu vida es de forma clara y sin tener que agachar la vista o mirar a otro lado. Es cuando expresas que no tienes miedo de ti mismo, por lo que tampoco lo tienes de los demás.