Leía hoy a Richard Kiyosaki al hacer una reflexión sobre la situación económica de Estados Unidos, una situación que no sólo se da en Estados Unidos sino en España y muchos otros países, una situación en el que el futuro económico de las personas y de la familias parece que se puede ir a pique pues el Estado deja de ayudar en muchos en sus necesidades más elementales. La gran pregunta a raíz de estas situaciones es si somos educados a vivir de una forma en la que dependamos del estado o en la que dependamos de nosotros mismos.
Desde pequeño nos enseñan a depender. Estudiamos, por lo general, para que otros nos contraten y trabajemos para ellos. No nos preparamos en la vida para salir por nosotros mismos. Los que somos autónomos y vivimos de lo que vendemos sabemos muy bien lo que es la desprotección del estados y como tenemos que depender de nosotros mismos. Si no vendemos, no comemos. ¿Qué sucede entonces? Que te mueves o te mueres de hambre. Esa es la realidad, pero es una realidad que te mantiene alerta, en búsqueda de mejorar y de hacerte valer como profesional, buscando iniciativas y productos que realmente sirvan para ser vendidos y ayuden a los que los compran.
La dependencia de otros siempre suele ser algo cómodo. Cumples y nada más, cobras a final de mes y tan contento. La tendencia, muchas veces, es a rendir mucho menos. Está demostrado que la necesidad nos mueve y hace que busquemos salidas por donde quiera. Eh ahí la realidad, o nos movemos por vocación, por pasión, por sentirnos realizados y disfrutar de lo que hacemos que nos lleva a mejorar constantemente, o nos vamos dejando llevar por la inercia del tedio, de la seguridad que no nos exige nada nuevo, ni de dar lo mejor de nosotros mismos. La pregunta es, lo que hacemos cada día, ¿nos ayuda a mejorar y a crecer, a sentirnos más persona y a aportar cosas nuevas a la misma vida y a los demás?
Y ante esa visión negativa que se nos presenta de la realidad hay algo que sí es cierto: son muchos los que hacen fila esperando encontrar ese puesto de trabajo que le de cierta seguridad. Lo curioso es que ¿cuántos tienen iniciativa propia para salir por si mismos? Hemos sido educados para trabajar para otros y no para valernos por nosotros mismos. La solución está ahí, en sentirme útil y valioso y ser capaz de ofrecer algo a los demás, hacer de lo que me gusta mi propio medio de vida. Alguien dijo en cierta ocasión que si haces lo que te gusta nunca trabajarás, pues lo que haces será algo más que un trabajo, la pasión de ser tu y plasmarlo en aquello que haces, o sea, hacer de tu pasión tu propio negocio.
Ésta actitud nos llevará a una no dependencia de los demás y a valernos por nosotros mismos, aunque Kiyosaki apunta a que sepamos utilizar la economía no para depender de ella, sino para que ella nos ayude a ser libres, es decir, saber invertir nuestros dineros y nuestras cualidades.