A medida que vamos creciendo vamos recogiendo cantidad de experiencias, conococimientos, creencias, ideas, etc con las cuales vamos cargando a lo largo de la vida. Curiosamente hay experiencias negativas con las que cargamos y difícilmente soltamos para vivir mucho más tranquilos. Me pregunto si seríamos capaces de andar con unos zapatos que no encajan correctamente en nuestros pies durante mucho tiempo, o de llevar una ropa puesta que nos molesta porque nos queda apretada. Si ante algo material como puede ser una ropa, calzado, comida o música que no nos gusta somos capaces de renunciar de forma inmediata, ¿por qué no hacerlo con las ideas, creencia, experiencias, etc que sí tienen una incidencia mucho más fuerte en nuestra vida?
A los escaladores siempre les han dicho que para subir a la montaña hace falta hacerlo "ligeros de equipaje", de lo contrario el camino se hará más largo y duro con muchas posibilidades de que no lleguemos a la cima, y si lo hacemos lo haremos casi desfallecidos.
¿Qué nos impide deshacernos de tanto "peso mental y emocional" que tanto amarga nuestra vida? ¿Recuerdos? ¿Resentimientos? ¿Orgullo? ¿Emociones? ¿Inseguridades? ¿Dependencias emocionales, económicas o sentimentales?
Uno de los mayores sacrificios que me costaba entender en la Biblia era el de cuando Dios le pide a Abraham que sacrifique a su hijo, el de la promesa, a Isaac? Todo va junto: Hijo, Único, Promesa, Sacrificio, etc. Tal vez era lo máximo que Dios podía pedirle, "lo que le había dado". ¿Sería justo? A mi personalmente me costaba entenderlo. No entraba dentro de mi lógica. Tal vez, cuando más adelante escuché a Jesús decir que "el Hijo del Hombre no tenía donde reclinar la cabeza" entendí que cuando cualquier valor se convierte en un "absoluto" y nos impide vivir en libertad y ser nosotros mismos deja de tener sentido.
No por ello doy por aceptado que uno tenga que sacrificar materialmente a su hijo, a una situación que vive o a una creencia que lo limita. Lo que sí aprendí es que se aprende a vivir "independientemente" de las promesas, de los valores, de las ideas, de las personas y de muchas más cosas. Todo en la vida está en función de la persona y no la persona en función de todo. Como diría Jesús: "La ley fue hecha para el hombre y no el hombre para la Ley".
Nosotros estamos hechos para vivir y gozar de la vida y no para que todo lo que hay en la vida nos limite y nos condicione al punto de hacernos personas que cargan a lo largo de su historia con pesos que son difíciles de llevar. Todo lo que pesa tal vez podamos dejarlo atrás como hacemos con las cosas materiales que no encajan en nuestra vida, pies, cuerpo, casa, etc.