Oía hablar esta tarde en la radio a una médico endocrino de La Coruña hablar un tanto alarmada y preocupada sobre el crecimiento alarmante de obesidad infantil en España y concretamente en Galicia con todo el riesgo que conlleva de enfermedades cardiovasculares, diabéticas, renales, etc y la consiguiente disminución del promedio de vida. ¿Conclusión? Somos lo que comemos y tenemos la calidad de vida que nosotros mismos nos buscamos.
Pero lo mismo nos pasa a otros niveles como la televisión, la radio, los libros, la música, el ocio o el simple tiempo libre. Si
A eso le añadimos lo que hablamos, hacemos o las compañías con las que andamos tenemos una conclusión mucho más clara: Díme lo que ves, tiendes a oír, a hablar, a leer o a dedicarle tiempo y te diré la vida que tienes como resultado.
¿Nos sentimos satisfechos de la vida? Todo depende de cómo la alimentemos en cada momento. ¿Elijo lo que realmente quiero o soy de aquellos que se deja llevar por las masas sociales?
La vida, mi propia vida, depende de mi y de las comidas, ideas, valores, actitudes y sentimientos con los que la alimente.
Cuestión, simplemente, de lo que elijo libremente.