Es curioso la fuerza que tiene el poder en las personas. ¿Has ostentado alguna vez el poder? No me refiero al poder político solamente. Todos ejercitamos algún tipo de poder en nuestras vidas: el poder de padre o madre, el poder de autoridad en una organización, el poder de la influencia a nivel de las relaciones, el poder que nos confieren los talentos que tenemos a nivel personal.
Si analizamos el poder cuando lo ejercitamos, sea en la situación que sea, ¿qué observamos?
- Hay momentos en los que nos volvemos demasiado autoritarios. La imposición, la inflexibilidad, la rigidez, el abuso y la falta de empatía para ver las necesidades de los demás nos lleva a una actitud déspota. A veces pienso que detrás de nuestro despotismo y arrogancia se esconde un complejo de inferioridad e inseguridad que nos llevan a obligar a los demás y a creernos que valemos en cuanto dominamos a los demás y no a nosotros mismos. Buscamos cierto tipo de seguridad en los demás. Como diría Benjamín Franklin: Aquel que sacrifica libertad por seguridad, no merece libertad, ni seguridad.
- En situaciones nos mostramos condescendientes. Tal vez sea una mezcla de conformidad y de búsqueda de aceptación que necesitamos por parte de los demás. La condescendencia tal vez acepta, sin más, la situación de los demás llevándoles a una resignación sin sentido y sin futuro. Somos una autoridad que no es capaz de llevar más allá de la situación que vivimos y que, por tanto, es incapaz de ofrecer expectativas y soluciones a las necesidades que se nos plantean dentro de nuestro ser.
- La prueba del algodón es la de la autoridad que nos ganamos, no por el rol o la función que desempeñamos, sino por la capacidad de servicio que tenemos hacia los demás. La autoridad, el líder como tal, adquiere mucho más valor y muchos más seguidores y menos ordenes tendrá que dar cuando "va delante", "predica con el ejemplo" y, sobre todo, manifiesta que el verdadero interés no es tanto el crecimiento personal, sea económico, político o social, sino el crecimiento y el bienestar de aquellos a los que lidera. La generosidad y la empatía es la clave de su éxito, la capacidad de servicio y de buscar el crecimiento de los demás.