¿Te has parado a pensar en el número de frases que nos lanzamos a nosotros mismos o a otras personas a lo largo del día? ¿Te has fijado si van llenas de carga positiva o de negatividad? Lo cierto es que con quien más hablamos es con nosotros mismos. Y también lo es que los mensajes que nos lanzamos nos condicionan para bien o para mal.
¿Cuáles podrían ser los mensajes negativos que nos lanzamos?
- No puedo.
- No soy capaz.
- No valgo para ello.
- Todo me sale mal.
- Es imposible.
- Dudo de mi mismo.
- Soy gafe.
- Tiene que ser así y solo así.
- Si no lo consigo será horrible.
- Siempre ocurre lo mismo, etc.
Ante éstas y otras muchas frases que nos decimos o decimos a los demás lo que hacemos es poner una barrera ante nosotros que nos impedirá dar el paso o nos frenará la marcha. Somos nosotros mismos los que nos vamos creando el mismo mundo que no queremos y que rechazamos. Somos los que nos creemos los propios obstáculos que nos creamos mentalmente.
Si por el contrario le damos la vuelta a la tortilla y comenzamos a dirigir hacia nuestra mente mensajes totalmente positivos entraremos en una dinámica en la que todo es posible:
- Otros lo han conseguido, ¿Por qué no yo?
- Si es posible, sólo es cuestión de dar los pasos.
- Puedo hacerlo, valgo para ello.
- He conseguido otras cosas en mi vida, ¿por qué no éstas?
- Ya se varias maneras de como no hacerlo, ahora tengo que probar de otras maneras.
- Me siento capaz, solo necesito tiempo, paciencia y esfuerzo.
- Puedo partir de lo que otros han hecho y conseguido.
Nuestra mente tiene que llenarse constantemente de mensajes positivos. Cuánto más mensaje enviemos a la mente, más posibilidades y caminos se nos abrirán. ¿Podemos?
¡QUERER ES PODER!
Tener una actitud positiva en la vida nos puede ayudar a:
- sentirnos más seguros,
- superar miedos y temores
- aceptarnos tal y cómo somos.