Me lo preguntaban esta mañana: Si tuviera que llevar un botiquín de emergencia para la vida, ¿qué llevarías? La pregunta venía con trampa. Tal vez pensaba que respondería algo así como agua oxigenada, alcohol.... Pero el botiquín de la vida es algo mucho más serio y profundo. Sería como los recursos que no tendría que tener a mano en cualquier momento de necesidad para solventar una situación que no es habitual y posiblemente delicada. ¿Qué llevaría?
- Valores. Los valores en los buenos momentos de la vida siempre son más llevaderos de vivir. En los malos tiendes a echar mano de todo lo que puedes alcanzar para solventar las situaciones. Dicen que el fin justifica los medios, pero cuando los valores están por encima de los medios estamos hablando de algo muy importante: Integridad.
- Talentos. Los propios talentos y recursos son una de las grandes bazas que tenemos. En momentos de desorientación dudamos de nosotros mismos, y es en nosotros mismos donde podemos encontrar cantidad de situaciones. En momentos difíciles y por la simple cuestión de supervivencia nuestro ingenio se agudiza, pero para ello hace falta algo: Confianza, tranquilidad y calma.
- Fe. Algo fundamental e importante. Fe en la vida, Fe en Dios, Fe en uno mismo y Fe en lo que se persigue, pero no Fe como creencia, sino como actitud de confianza de alguien que se abandona en las manos de la misma vida, del mismo Dios, de uno mismo y de aquello en lo que cree y persigue.
- Sentido de la vida. Es de donde nace la motivación y la interpretación que hacemos de las cosas. Darle sentido a todo, incluso a las circunstancias que se presentan como obstáculos nos ayudará a superarnos y a superar esas situaciones, aportando una mayor calidad de vida y una mejor actitud en ésta.
- Espiritualidad. Es ese espacio en el que uno se encuentra con uno mismo y con el propio Dios, así como con la esencia y misterio de la vida. Es el lugar y momento en el que uno va cargando dentro de su propio depósito todo el resto de elementos que conforman en botiquín.