31/3/11

El más rico



"No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita", reza una anuncio de televisión. La verdad es que tiene mucha razón, y no solo desde el punto de vista económico, sino en todos los aspectos de la vida, el emocional, el afectivo, etc.

Muchas veces nos atiborramos de cosas hasta el punto de que nos creamos una dependencia de ellas. Hace un tiempo experimentaba eso cuando las redes de internet no funcionaban en el trabajo. Creaba un clima de desconcierto, de impotencia y de falta de recursos.

En el plano afectivo, ¿te imaginas decirle a tu pareja, a tus padres o a tus hijos decirles que no les necesitas para ser auténticamente feliz? En más de una situación crearía crisis existenciales, familiares, sociales, etc. En otras crearíamos una situación en la que parece que uno no es necesario en la vida del otro. 

Si, por ejemplo, analizas canciones de amor, que nos han metido hasta los sesos, el mensaje suele ser siempre el mismo: "¿Qué será de mi sin ti, mi vida?". Nuestra vida depende y depende de los demás, de lo que conseguimos, de lo que poseemos, de lo que podemos controlar.

Una cosa es bien cierta. La dependencia, sea de una u otra índole, nos impide crecer. La independencia nos hace valernos por nosotros mismos. La interdependencia nos hace conscientes de que valemos nuestro peso en oro, pero necesitamos de los demás, para compartir lo que somos y recibir sin ningún tipo de apegos lo que los otros puedan ofrecernos.

La independencia, el valerse por si mismo, el ser autónomo es algo que aterroriza a mucha gente. Buscamos seguridad, una seguridad que en muchas situaciones nos estanca y nos impide crecer y desarrollarnos. La independencia es algo, que por otra parte, nos ayuda a valorarnos, a confiar en nosotros mismos, a utilizar y buscar nuestros recursos propios.

No es más rico es que más tiene, es verdad, sino el que menos necesita. ¿Cuántas cosas, situaciones, personas necesitamos para "vivir" plenamente y en libertad? ¿Nos ayudan las personas y las cosas que tenemos a ser más nosotros mismos?

No por ello justifico las grandes diferencias sociales y la mal repartición del mundo. Me preocupa, más que nada, que los que vivimos en sociedades más avanzadas estamos mucho más necesitados de sentir la vida como tal que aquellos que viven realmente necesitados económicamente.