2/8/12

Mirar adentro y luego afuera.



Hay un dicho que dice, "antes de entrar, dejen salir". Solemos emitir juicios que salen por nuestras bocas que muchas veces no son más que proyecciones de aquello que detestamos en nosotros mismos. Lo peor de todo es que muchas veces nos molestan actitudes de otras personas y no sabemos ni tan siquiera el porqué. La actitud de Jesús es la de aprender a crecer como personas que antes de lanzar la piedra miran hacia el propio interior y reconocen que, en cierto modo, se identifican con aquello que denuncian, se quejan o detestan.

Es el caso de la mujer sorprendida en adulterio. Todos estaban dispuestos a lanzar la piedra para lapidarla y sacarla del medio, pero en un arranque de querer conseguir la aprobación de Jesús se encuentran con su silencio prolongado después de una tajante frase: "El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra". Acto seguido un pequeño gesto, pero profundo, que hace que todos se vayan marchando poco a poco sin decir palabra alguna.

El gesto era simplemente de escribir en el suelo. ¿Qué escribía? No se sabe, pero la intuición nos dice que eran los pecados o limitaciones de todos los allí presentes. Curioso, ¿no?

La vida es así de real y de sencilla. ¿Te imaginas que alguno de los que tenían la piedra en la mano pudiera ser alguno de los que se había acostado con ella? ¿No te ha ocurrido nunca que has regañado a alguien por algo que tu has hecho en algún momento? 

¿Somos conscientes de lo que hacemos, sentimos, creemos o dejamos de hacer? ¿Somos tolerantes con nosotros mismos? Si lo somos, ?por qué no con los demás.

Jesús opta por el crecimiento de la persona humana. Es la imagen de un Dios humano y sencillo que opta por la persona, por su crecimiento fomentando el crecimiento de los demás y no la simple condena a muerte o condena social.

A la mujer le dice, "¿nadie te ha condenado? Yo tampoco te condeno, vete y no peques más". Simplemente una mirada de comprensión, aceptación y de ánimo a crecer como persona. Condenar no lleva a crecer; perdonar, aceptar y animar.