5/12/11

Lo usual y lo diferente



Todos estamos acostumbrados a realizar las cosas de una u otra manera. Nos sentimos cómodos y seguros si las dominamos bien mientras que podemos entrar en un proceso de inseguridad, estrés, ansiedad y de nervios si no sentimos dicha seguridad o dominio de la situación. De hecho somo animales de costumbres y tendemos a repetir una y otra vez toda serie de hábitos cotidianos y personales que podemos tener. Sería interesante el cambiar y experimentar algunos de ellos para poder tener una capacidad de reacción apropiada cuando nos sorprenda algunas de éstas situaciones nuevas o inesperadas.

Imagínate por un momento que te sientas siempre en el mismo lado de la mesa, que haces siempre la misma ruta a tu lugar de trabajo, que saludas a los tuyos en casa o en el trabajo de la misma forma o que tienes una manera de vestir fácil de predecir por los demás. ¿Qué pasaría si cambiaras tu forma de proceder? Lo interesante es intentarlo y mirar hacia dentro de uno mismo para saber lo que sucede.

De una forma rápida lo puedes observar si eres diestro o zurdo. ¿Eres diestro? Toma un bolígrafo con tu mano izquierda y comienza a escribir cualquier cosa durante un par de minutos. ¿Cómo te sientes? ¿Cuáles son tus reacciones? ¿Qué decisiones se pasean por tu mente?

Si repites el ejercicio durante unas seis o siete veces más verás que hay un cambio en tu experiencia, en los sentimientos que vas teniendo y en la actitud con la que afrontas este nuevo reto. 

Lo importante es ser consciente de como afrontamos las situaciones y del porqué las afrontamos así. El mero hecho de ser conscientes nos revelará bastante sobre nosotros mismos y nos permitirá afinar mucho mejor nuestra actitud.

Afrontar lo cotidiano de formas diferentes nos ayudará a no acomodarnos en ciertas situaciones y a tener una actitud más abierta y proactiva a nivel general, así como ser receptivos en cada una de las situaciones que afrontamos.