¿Encuentras un auténtico gozo en el trabajo que haces
y en la vida que llevas?
¿Te sientes orgullosa de un trabajo no solamente bien hecho,
sino hecho de un modo perfecto?
¿Te disgusta lo que se hace de mala manera y a desgana?
¿Pones todo tu corazón en lo que haces
y eres consciente de que todo lo que haces es
para Mí y para Mi honor y Mi gloria
hasta el punto de que nada te deje satisfecha
si no se hace “justamente de ese modo”?
Así habría de ser.
Jamás debieras quedar satisfecha
con una tarea hecha de mala gana y a medias.
Haz todo lo que haya de hacerse
con amor y júbilo,
y que eso lo incluya todo,
desde el trabajo más mundano
hasta las tareas vitalmente importantes.
Asegúrate de que tu actitud
en todo lo que emprendas
sea recta para poner en eso las vibraciones correctas.
Verás cómo disfrutas así.
Lo recibí hoy de Fabiola, la presidenta de la Asociación ALHMA, asociación a la que pertenezco, que ofrece cursos y talleres de crecimiento personal. Destaco una cosa que me parece importante: La Actitud. Creo que la Actitud lo determina todo. Si mi actitud es positiva incluso en aquello más desagradable que tenga que vivir lo viviré de una forma tal que me sentiré satisfecho y bien conmigo mismo.
Pongo un ejemplo que la mayor parte de nosotros hemos vivido: una noche, dos o tres de desvelo por un hijo, hija en mi caso. Ni quejas, ni maldiciones, ni cansancio, ni falta de fuerzas, ni desesperanzas. El amor, el cariño, la unión, el sentido de pertenencia, el sentido de la propia vida estaban por encima de todas las dificultades. Es esa actitud la que nos hace ver LO INVISIBLE, LO INTANGIBLE y LO IMPOSIBLE, además de lo INIMAGINABLE, LO INCREÍBLE Y LO INDESTRUCTIBLE.