22/4/14

El fluir de la vida



¿Has sentido alguna vez lo que es la frustración? ¡Quién no! Son momentos duros en los que parece que no entendemos lo que nos ha sucedido. Esperamos que las cosas sean de una manera y ocurren de otra. Nos quedamos apesadumbrados. No entendemos lo que sucede y tampoco a nosotros mismos dentro de lo que ocurre. ¿Nos habremos equivocado? ¿Es injusta la vida con uno? ¿Por qué nos sucede?
  • La vida no la podemos atrapar. Es como el río que fluyen y que no vuelve a pasar por el mismo lugar. No podemos controlar la vida. Ella es más grande que uno mismo y nos abraza en toda su inmensidad. El cambio y el movimiento, el ser y el dejar de ser forman parte de la novedad a la que cada día nos enfrentamos y de la que podemos aprender. ¿Qué sería de la vida si todo fuera controlable?
  • Por más que nos empeñemos las cosas no siempre suceden como las planeamos. Hasta los más preparados en la vida profesional o deportista se encuentran en más de una ocasión con algo que, de repente, sale mal. Un negocio, una relación, un gol en contra. Todo es susceptible de ocurrir de una manera diferentes, impredecible y sorprendente. No nos queda otra que observar, aceptar, aprender y, desde ahí, construir. Es nuestra capacidad creativa, parte de nuestra esencia, la que está llamada a vivir, a adaptarse y a evolucionar.
  • La vida no siempre es justa para uno, aunque puede serlo para otro. Y ello nos deja más perplejos. Nos creemos no merecedores de nuestra suerte, aunque otros si puedan sentirse bien en nuestras mismas circunstancias. Al fin y al cabo, ¿qué es lo justo en una vida abierta a cualquier posibilidad? ¿No será esa posible injusticia un espacio para nuestro propio beneficio y progreso personal o profesional?
  • Cambio es mucha veces sinónimo de mejora y, curiosamente, dolor. Hay quien cambia para bien y echa de menos lo que estaba viviendo. Hay quien está en la élite del deporte y tiene que pasar por el dolor de la renuncia a cierto tipo de hábitos. Hay quien camina hacia adelante sabiendo que deja atrás muchas cosas. El "dolor" es parte del camino a recorrer en muchas ocasiones. Pero éste adquiere sentido cuando sabemos hacia donde vamos y lo que significa en nuestra vida aquello que queremos.
  • La soledad es muchas veces parte del camino. Sólo uno entiende su propio camino y su propio esfuerzo. Sólo uno sabe el significado de lo que persigue. Es ahí, cuando muchos no lo entienden o no apoyan, cuando mostramos que creemos en nosotros mismos y en lo que queremos, buscamos o deseamos sin que ello nos haga perder nuestra propia libertad.
Tal es vez cuando dejemos pasar por delante de nosotros la misma vida, sin querer poseerla, cuando realmente la vivimos, estamos abierta a ella, nos dejamos enriquecer por ella y la seguimos enriqueciendo con nuestras propias respuestas.