Pensar en términos de ganancia mutua,
en la que todas partes de una negociación
deben obtener un beneficio,
es uno de los mejores hábitos
que podemos inculcar a nuestro hijos.
La vida no es solo lo que me pasa ano o a ti;
es lo que nos pasa a todos.
Sean Covey
La clave del éxito reside en pensar en los demás y no sólo en uno mismo. Uno de los factores que pueden influir en la grave crisis económica y social que vivimos hoy en día, por no decir familiar y personal, es que pensamos tan sólo en nosotros mismos. Dicen que "la avaricia rompe el saco" o que "el que ama sólo a su vida la perderá". Hoy por hoy, y más que nunca, somos una sociedad en la que todos dependemos de todos y en la que si ciertos eslabones de la sociedad o de la familia se resienten, la sociedad como tal, la empresa o la familia también se resentirá.
A la hora de negociar, desde niños incluso, hay que saber practicar el juego de la flexibilidad en la que tengo que valorar que no pierdo yo, sino que ganamos todos. Y ganamos todos porque haciéndolo así la vida sigue adelante y no se resquebraja.
Hace unos meses hablaba con un cliente que me pedía que vendiera su casa pues el banco estaba detrás de él y que no podía pagar las cuotas de hipoteca que tenía. Los avisos del banco ya estaban llegando y se habían iniciado los trámites correspondientes para el embargo correspondiente. ¿Cuál podía ser la solución? Para vender rápido y quedarse aún con algo de dinero no quedaba otra que la de vender barato y por debajo del precio del mercado. El no aceptaba la solución y se obstinaba a vender en precio de mercado de venta. Los meses fueron pasando y llegó el momento de la ejecución del embargo en la que la deuda se multiplicó hasta el punto de tener que irse de la casa sin nada de dinero.
Puede ser triste, pero es una realidad tanto a nivel inmobiliario como a otros niveles como pueden ser de familia o de empresa. Nos cerramos a ceder un ápice de lo que tenemos, nos mostramos fuertes en lo que somos, poseemos y deseamos hasta el punto de perder todo, familia, puesto de trabajo o incluso la misma empresa. Nos quedamos con un mal sabor de boca, aún con la idea de que hemos muerto con las botas puestas dando todo de nosotros mismos.
Pero la realidad es muy diferente. A veces hay que ceder, saber perder para poder y saber ganar más tarde. Las negociaciones son difíciles porque todo el mundo defiende lo suyo, pero cediendo un poco todas las partes todos seguirán adelante. ¿Qué podemos hacer para entrar en el juego del ganar - ganar?
- Pregunta lo que puedes hacer por los demás y después hazlo.
- Qué podrías hacer por la otra parte?
- Haz una lista de deseos y mírala o compártela con alguien con quien tengas que negociar.
- Antes de enfadarte pregúntate que puedes hacer por la otra persona.