A veces me resulta curioso el papel que juega la psicología dentro de cada uno de nosotros. Queremos cambiar y no somos capaces. ¿qué nos detiene? ¿qué nos frena? A veces en los casos claramente visibles, como pueden ser alcohol, tabaco, drogas, sexo, consumismo, etc. hay un componente paliativo que nos permite tranquilizarnos momentáneamente en la situación en la que estamos viviendo. Cuántas veces curamos nuestras ansiedades echándonos un cigarro, algo a la boca o simplemente gastando dinero? En el fondo siempre hay algún aliciente en aquello que queremos dejar, que nos amarra de forma prolongada y duradera a las situaciones que, precisamente, no queremos.
¿Cómo detectarlas, ser conscientes de ellas y decidir ante esas situaciones? Eh ahí la cuestión.
Lo primero que habría que hacer sería detectar la situación que quiero cambiar, la que me produce dolor o la que me impide ser yo mismo.
Seguidamente ser consciente de las sensaciones que se producen en mi en esa situación concreta, sensaciones a nivel general, en la mente, en el cuerpo. Identificarlas en su forma y en su lugar, si el lugar del cuerpo donde se producen. Las identifico cuando soy capaz de ponerle nombres y apellidos.
Ahí viene un tercer momento bastante importante, por no decir crucial. ¿Qué beneficios obtengo de esa situación que me produce dolor, angustia, miedo, inseguridad, etc.? Siempre hay algo que recompensa y que nos mantiene anclados al lugar en el que no queremos estar. El miedo, la inseguridad, la ansiedad y otras situaciones que vivimos llegan a convivir en un momento determinado con pequeñas situaciones de placer que postergan una toma de decisiones rádical que transforme nuestra vida de una vez por todas.
Es aquí donde una nueva pregunta tiene que clarificar nuestra situación: ¿Qué pierdo manteniendo esta situación? Porque si es claro que hay una serie de ganancias, también lo es que hay una serie de perdidas. Las ganancias son evidentes porque disfrutamos de ellas y porque a veces nos permiten vivir con "cierta" tranquilidad pero, ¿y lo que perdemos? ¿sómos consciente de ello? ¿nos damos cuenta de la vida y de las oportunidades que se van y de las perdidas que estamos teniendo a nivel personal?
¿Qué pasos concretos tendríamos que dar para un cambio? Y cuando digo concretos me refiero a los pasos secuencias que habría que dar, a los pasos que hay que programar en una hoja de papel, para verlos más claros y objetivamente, y para saber la hoja de ruta que tengo que seguir.
Tal vez el momento más importante es: ¿Realmente quiero? ¿Cuál es mi voluntad de cambio? Si tuviera que cifrarla de 0 a 10, ¿cuáles serían mis ganas, mi voluntad, mis deseos de cambiar? Y esto es lo más importante, porque si no hay voluntad habría que volver una vez más al principio de lo que uno "realmente" quiere para si mismo.
Es por eso que todo tendría que acabar haciendo una relación sincera entre lo que pierdo, lo que gano y lo que realmente quiero para mi en la vida. Creo que en el fondo muchas veces tenemos miedo a enfrentarnos con nosotros mísmos.