¿Qué piensas del oportunismo? ¿Pura suerte? La suerte, como tal, no es fruto de la casualidad, ni del azar. Es fruto de labrar las circunstancias que la hacen posible. El azar que no depende de mi puede ser jugar a la lotería y ser uno de los muy poco que tienen el boleto premiado.
La suerte, por el contrario, o la Buena Suerte como diría Alex Rovira es el fruto de crear las circunstancias que hacen posible que algo suceda. Saber estar en el momento oportuno, en el sitio oportuno y en la circunstancia o con la persona oportuna es fruto, de lo que Pasteur diría, del la mente que se prepara para aprovechar la circunstancia de la mejor manera posible.
Durante el día tenemos millones y millones de informaciones que entran al cerebro. Pero somos conscientes de muy pocas. Solamente la mente preparada es aquella que es capaz de percibir lo que otros no somos capaces de ver.
¿Cómo preparamos la mente? Con el puro interés. La experiencia que cada uno de nosotros tenemos de los momentos en que hemos sentido un gran interés por algo nos dice que, por una parte, buscábamos información de forma consciente preguntándole a otras personas, buscando en libros o simplemente indagando de una y mil maneras.
Pero es curioso que la otra manera surge de forma natural y espontánea. Podríamos decir que incluso como no buscada intencionalmente. Cuando el interés o la ilusión por algo se instala dentro de nosotros, nuestro hemisferio derecho fija toda su atención en lo que nos interesa y nos lo hace ver de forma más consciente.
Basta que vivas un embarazo deseado dentro de la familia, para que empieces a ver embarazadas por todas las esquinas. Basta que te compres un coche de un modelo determinado y de un color concreto para que los empieces a ver por las calles. Diríamos que es un poco la Ley de la Atracción. La mente que quiere estar preparada se abre y atrae todo aquello que puede ayudar a conseguir el objetivo deseado.
Es por ello que hay dos actitudes importantes para tener la mente preparada capaz de conseguir lo que se desea: "La actitud de búsqueda" y "La actitud abierta y acogedora", que es capaz de aprovechar cualquier circunstancia para obtener lo que se desea. Por ello, la suerte no es fruto del azar sino más bien de la actitud que tenemos hacia lo que queremos conseguir y obtener de la vida.