7/2/14

Motivación


Nadie motiva a nadie. 
La motivación extrínseca 
(“el palo y la zanahoria”, 
la amenaza con un castigo 
o la promesa de un premio) 
no funciona
Hay hasta siete motivos 
por los que el palo y la zanahoria 
son argumentos nada útiles. 
Lo que funciona 
es la motivación intrínseca:
la autonomía, la maestría y el propósito. 
Como líderes “motivadores” 
hemos de fomentar la delegación efectiva, 
el aprendizaje y la visión compartida.

(Juan Carlos Cubeiro)

Me identifico totalmente con estas palabras de Juan Carlos Cubeiro. Si hay algo que te motiva y te satisface vas y lo haces. El tiempo te dirá si lo haces por ti mismo o por agradar a alguien más, si lo haces por necesidad o porque realmente lo sientes. Cuando lo haces por necesidad, por obligación o porque no te queda más remedio tal vez pongas toda la actitud necesaria que hay dentro de ti para hacerlo de la mejor manera posible, pero no te llena, no acabas de darle toda la chispa que te gustaría darle y al final te quedas con una mezcla de estar satisfecho por la labor realizada pero con un sentimiento de vacío pues no ha acabado de llenarte y no has podido plasmar en ello aquello que realmente te representa y te identifica como persona.

Motivar implica permitir que yo me pueda expresar libremente y que, por tanto, si yo quiero motivar a los demás tengo que dejarles ser ellos mismo y que saquen toda la energía, vida y magia que llevan dentro.

Motivar es dejar que esa actitud de niño, que todo lo quieren hacer, y o tanto porque sepan hacerlo, sino porque quieren ponerse a prueba, investigar y retarse a si mismo, se de dentro de uno mismo y dejar que se de en los demás. Solo el que está aprendiendo se equivoca, y de la equivocación sigue aprendiendo y creciendo.

Motivar es aprender a mirar, no solo con los propios ojos, sino con los ojos de los que viven a nuestro alrededor apreciando y reconociendo lo que ellos ven y que tal vez a nosotros nos pasa desapercibido.

Motivar, motivarse, que grande es la motivación, y que difícil es encontrar la que realmente es nuestra, propia, genuina y que nos hace sentir plenamente satisfechos de lo que somos y queremos.