26/11/13

Amor y desamor



Me gustó esta frase de Walter Riso que me encontré en el muro de mi Facebook:

  • El desamor que te libera.
  • El desamor que permite encontrarte contigo mismo.
  • No todo amor es maravilloso.
  • No todo amor es perjudicial.
¿No es curioso? ¿Amor? ¿Desamor? ¿Desamor que libera? ¿Desamor que permite encontrarte contigo mismo?¿No todo amor es maravilloso? ¿No todo amor es perjudicial? Y al fina de todo, ¿qué es el amor y el desamor? ¿Muere el amor?

Lo que sí está claro que muchas veces nos topamos con el amor no como amor en sí sino como una dependencia de y hacia otras personas y eso hace que nos topemos con una falsa cara del amor que nos engaña a nosotros mismos y que llega a engañar también a los demás.

Buscamos en los demás lo que no somos capaces de encontrar en nosotros mismos. Esperamos de los demás lo que nos somos capaces de darnos a nosotros mismos. Y cuando nuestras expectativas no se sienten satisfechas es cuando aparece el desamor, el desencanto, la falta de pasión.

Es curioso que el desamor nos libere, ¿no nos hace libres el amor? Un amor que no nos permite ser libres, ¿es amor? Yo creo que el amor es la esencia de la vida, de la personas y que en la medida en la que amamos somos libres y felices de ser nosotros mismos. Cuando perdemos la libertad y renunciamos a nosotros mismos para complacer y satisfacer a los demás, ¿realmente estamos amando o más bien estamos pidiendo amor?

Si no soy libre ni me puedo dar, ni puedo dar lo que hay en mí. Es curioso que en el desamor volvamos a encontrarnos con nosotros mismos, ¿por qué? Porque la dependencia que teníamos nos centraba en esa necesidad de aparentar para sentirnos ser. Y en el desamor, como ya no dependemos de nadie, nos encontramos con nuestra bendita realidad. Ya lo decía Jesucristo: "Amarás al prójimo como a ti mismo". Si no somos capaces de amarnos, ¿cómo podremos amar?

El amor es maravilloso, la dependencia del otro, la que te anula y te impide crecer y desarrollar, no. Y eso, el amor, lo que nos hace sentir vivos, lo que permite que vivamos nuestra propia vida con sentido, la que convierte a las dificultades en retos y la que le da vida, luz y sabor a la misma vida. Y lo que sí es importante es que entre el amor y la dependencia hay una gran distancia, cuyo nombre es la infelicidad. Optar por el amor es hacerlo por la libertad y por la propia felicidad que se transformará en felicidad de los que viven a nuestro alrededor.