31/5/13

Rellenar los espacios vacíos.

Una vez más tocaba hacer limpieza y ordenar. Parte de esa rutina era la de abrir y cerrar armarios y cajones para poner todo en su lugar. Había momentos en los que al abrir y cerrar el alma se le venia al suelo. Huecos vacíos que hablaban de ausencias, de recuerdos, de vivencias. Ahora, esos huecos vacíos, eran la ausencia de alguien que había formado parte de una experiencia en la vida y que por desgracia ya no estaban allí.

Eran las experiencias de personas que habían pasado por una situación de ruptura en sus relaciones. Unas veces producidas por voluntad propia, otras veces fueron forzadas y en algunas otras por la penosa realidad de vidas truncadas por la muerte. Y en todas ellas se daba el factor común de la ausencia, la añoranza y el sentimiento de perdida de alguien que daba sentido a sus vidas. ¿Qué hacer? ¿Cómo afrontar este dolor, esta ausencia y este vacío?

Cuando eres tú quien elige y tomas la decisión, decía yo, es más fácil, porque en el vacío y en el hueco tienes la opción de colocar todos los proyectos que te quedan por realizar, es a ti quien te toca ordenar y poner en su sitio lo que quieres hacer con tu vida. Cada hueco vacío te habla de oportunidades, de posibilidades y de proyectos que puedes realizar.

Cuando es la muerte, cuando es la decisión caprichosa de la vida o de otras personas que parecen no querer corresponder, los huecos a llenar se convierten, también, en espacios a revivir y a inmortalizar con otras personas que lo quieran compartir.

La muerte puede ser ausencia, y la ausencia lo será mucho más si soy incapaz de rellenar esos huecos con la vida que ahí aprendí a vivir y a gozar. La ausencia no es una llamada a dejar de vivir, sino la llamada de rellenar con mi vida y con mis iniciativas los espacios que marchitados se quedaron por la muerte, por la ausencia o por el vacío de algo, un empleo, una persona, una experiencia o un ciclo que ya se cerró.

¿Y en este hueco, qué puedo colocar yo? Mi libertad, mi vida, mi aspiración, todo aquello a lo que yo quiero llegar y todo aquello que a la vida misma y a los demás quiero ofrecer yo.