6/1/16

Los niños, nuestro mejor regalo de Reyes Magos



La ilusión de los niños en una noche como la de hoy en la que esperan la visita y los regalos de los Reyes Magos me hace pensar en la importancia de la ilusión, no solamente inocente de los niños, sino la importancia de la ilusión en cada uno de nosotros a la hora de vivir. 

Si miramos fijamente a los niños, tanto en la víspera como en el mismo día en el que abren sus regalos, podemos darnos cuenta de que existe:
Un nerviosismo sano que recorre todo el cuerpo y que le añade la inquietud del que espera algo nuevo en la vida. Una sorpresa, algo que posiblemente se imagina o tal vez una apertura a lo que buenamente aparezca en la mañana de Reyes.
Un levantarse deprisa y corriendo, en muchas ocasiones mucho antes de lo que se despiertan para ir al colegio y, eso sí, sin necesidad del despertador o de la insistencia del padre o madre de turno que pretende que su hijo se levante de la cama. Un reloj biológico y mental se encarga de ello sin que nadie tenga que avisar.
Y cuando los ojos se entreabren por la mañana...., ni uno ni dos ni tres. Levantarse aprisa y corriendo hasta el lugar donde parecen estar los juguetes preparados para ellos.
Ojos expectantes, sonrisas, gritos de júbilo al ver empaquetados todos y cada uno de los regalos. Y lejos de protocolos de ningún tipo se comienzan a rasgar papeles y envoltorios de regalo sin pensar que pueden ser reutilizados.
Hay también un ensimismamiento, después de compartir miradas, sonrisas y abrazos, con aquellos que observan la alegría de quien se ve tenido en cuenta por la diosa fortuna que ha dejado unos juguetes, habiéndose portado bien, mal o regular.
Y tal vez hay algo más en lo que nadie repara, ni tan siquiera las cámaras de televisión, que a veces se erigen en testigos populares de semejante alegría y alboroto: la cara de felicidad y de alegría de aquellos que ha sido reyes en las vidas de sus hijos: los padres, abuelos, hermanos mayores.

¿Te das cuenta de la repercusión que tienen los sueños y las ilusiones en la vida de los niños? o Tal vez podría preguntarme: ¿Me doy cuenta de la repercusión que tienen los sueños y las ilusiones de las vidas de las personas cuando se atreven a soñar y a ilusionarse?

¿No son esas ilusiones, sueños y respuestas de los niños una clara invitación a reilusionarnos, a tener sueños y ganas de alcanzar algo en la vida?

Nosotros somos reyes para ellos, pero ellos lo son para nosotros porque nos dan el mejor regalo que pueden darnos: el de la ilusión por la vida y por lo inesperado que nos pueda aguardar cada vez que nos atrevemos a soñar y a ilusionarnos.

Bien lo decía Jesús: "Quien no se hace como niño no podrá entrar en el Reino de los Cielo". Y es que la vida hay que vivirla como los niños: abiertos e ilusionados ante la misma vida.