Tenemos una clara tendencia a postergar decisiones que nos resultan difíciles de tomar. Generalmente detrás de esta dificultad se encuentra una emoción que nos condiciona de una manera alarmante en la mayoría de los casos pues nos impide avanzar en la vida: "El Miedo". Queramos o no el miedo está ahí y sólo lo venceremos cuando seamos capaces de dar el primer paso, luego el segundo y así uno tras otro.
Podemos ayudarnos de varias estrategia.
- El primer paso está en decidir lo que queremos en la vida. Elegir entre "sobrevivir" o "vivir". Sobrevivir es una actitud conformista y que no espera nada en la vida. Vivir, por el contrario, es una actitud en la que uno se siente vivo y con ganas de aportar algo en la vida, a la misma vida, a los demás y a sí mismo como tal. ¿Cómo me gustaría sentirme en la vida? ¿Sobreviviendo o viviendo? ¿Recibiendo o aportando, o ambas?
- Desear algo, verse en una situación diferente, podría ser el segundo paso. Si no hay deseo o ganas de alcanzar algo diferente y que nos llene difícilmente podremos alcanzar algo pues caminamos sin sentido y hacia ninguna parte. Muchas veces tenemos claro lo que no queremos y deseamos en nuestra vida, pero no lo que sí queremos alcanzar. Darle la vuelta a la tortilla y cambiar lo que no queremos por algo más agradable y reconfortante puede ser el principio del cambio. Imagínate a las personas que han quedado mal después de un accidente y cuyas vidas se han truncado porque se han quedado sin brazos o piernas. De repente las ves en medio de la sociedad compitiendo en deportes o incluso en trabajos. No querían permanecer en una situación que no les agradaba y soñaron en algo que sí les podía reconfortar. Es el principio del cambio, la capacidad de "querer, soñar y visualizar" a donde quieres llegar en la vida. El deseo profundo de no vivir la misma historia una y otra vez es el principio del cambio.
- Si otros los han conseguido, ¿por qué no yo? Averiguar el proceso de otras personas puede ayudarme a planificar el mío. Unos habrán que tenido que poner más esfuerzo físico, otros tal vez más habilidades sociales y quien haya tenido que poner más imaginación o creatividad. Pero el éxito esta hacho de dos patrones muy importantes: uno es el mencionado anteriormente que "querer y voluntad" pero otro, y no menos importante es el de la constancia, crear hábitos y perseverar de forma constante, algo que es una carencia habitual en muchos de nosotros. Dar el primer paso y el segundo y el tercero y así sucesivamente.
- Para ello hay algo que nos ayuda de forma muy grande: programar en nuestra agenda diaria, semanal y mensual aquello que deseamos realizar otorgándole un espacio y un lugar preferencia, diferenciándolo claramente de lo que no es importante en nuestra vida y poniéndolo como una prioridad. Si los deseos que tenemos no los plasmamos en una agenda con fecha y hora poco a poco se irán cayendo en el olvido.
- Determinación. Saber tomar la decisión y comprometerse con ella. Conozco personalmente personas que un día dijeron: "dejo de fumar", "dejo de beber", "dejo de comer esto o aquello". No tuvieron necesidad de ayudas externas. Fue su determinación, su decisión y su coherencia con lo que querían alcanzar.
Lo importante es que tenemos que elegir entre lo que queremos y el miedo que nos frena. Si la voluntad es fuerte y somos capaces de visualizarlo en nuestra mente seamos unos perseguidores de lo que queremos y dejemos que el sueño ocupe nuestra mente en vez del miedo. Cuando lo positivo nos llena la mente, aunque queramos, no hay lugar para lo negativo, y entre ello el miedo.