11/12/09

26. 10 razones para cooperar en la vida




Obligada por la sed.
Una hormiga bajó a un manantial,
Y arrastrada por la corriente,
Estaba a punto de ahogarse.
Viéndola en esta emergencia una paloma,
Desprendió de un árbol una ramita
Y la arrojó a la corriente;
Montó encima a la hormiga salvándola.
Mientras tanto un cazador de pájaros
Se adelantó con su arma preparada
Para cazar la paloma.
Le vió la hormiga y le picó en el talón,
Haciendo soltar al cazador su arma.
Aprovechó el momento
La paloma para alzar el vuelo.


Cada día podemos ver un mayor número de personas y grupos humanos que desarrollan un valor que es el de la cooperación y la solidaridad. ONG´s a lo largo del mundo desarrollan actividades altruistas tanto en paises en desarrollo como aquellos que ya lo están pero que tienen grupos sociales desfavorecidos.

Pero al hilo de la gente que está ayudando desde el punto de vista social a la gente desfavorecida hoy vemos un nuevo movimiento de cooperación que está creciendo a ritmos agigantados: Internet, la Webb 2.0, las redes sociales y otros medios también han llegado a comprender la importancia de la ayuda y del compartir experiencias, conocimientos y formas de ver o pensar. Se comparte lo que se tiene y lo que se siente. Podemos poner dudas en una página y en no menos de 24 horas tienes a quien te responde y te ayuda a superarlas y, a veces, con más de una respuesta o sugerencia diferente.

Al mismo tiempo en los colegios se busca cada vez más los trabajos en equipo. El hecho de que dos o más mentes trabajen juntas erriquece y motiva más a las personas. Y no sólo en los colegios. Hoy, y a través de las redes, hasta en el campo científico se llevan a cabo programas y estudios realmente importantes.

En definitiva, cooperar, compartir, apoyarse mutuamente es un camino que está llevando a la sociedad a un mundo más humano y solidario aunque haya situaciones que intenten aprovecharse de ésta situación. Esta nueva actitud de cooperación comporta muchos valores:
  • Se construyen sentimientos de solidaridad y confianza entre las personas.
  • Permite encontrar más soluciones a los diferentes problemas que se plantean.
  • Se abre la puerta a una mayor creatividad.
  • Las personas se erigen en sujetos de su propia historia.
  • Hay un mayor crecimiento personal: no solo se recibe, sino también que se aporta.
  • Se crece en la capacidad de escucha hacia el otro.
  • Se animan unos a otros, por lo que se potencia al otro.
  • Hay una mayor capacidad de pedir ayuda. Los sentimientos negativos pueden quedar relegados en un segundo plano.
  • Se critican las ideas y no las personas.
  • Hay un mayor sentimiento de pertenencia a un grupo y a una sociedad.
En definitiva, ayudamos y se nos ayuda, aportamos y recibimos, somos más conscientes de la importancia de nosotros mismos y de los demás. Y sin darnos cuenta vamos construyendo un mundo mejor.

Tomemos consciencia de los momentos en que hemos cooperado:
  • ¿Cómo nos hemos sentido?
  • ¿Qué hemos aportado?
  • ¿De qué nos ha servido?
  • ¿Qué nos ha reportado?
  • ¿Cómo hemos ayudado?
  • ¿En que hemos mejorado?
  • ¿Ha crecido nuestro sentimiento de ser persona?
Pues el camino sigue:
  • ¿Qué puedo compartir?
  • ¿A quien puedo ayudar?
  • ¿Cómo me va a repercutir el cooperar?
Una canción: Mecano. Perdido en mi habitación






Mi responsabilidad



La vida está en gran parte compuesta por sueños.
Hay que unirlos a la acción.
Anais Nin

Era una simple alcantarilla a la que, por circunstancias que desconozco, le faltaba la tapadera. Era un día soleado, por lo que no creo que fuera por cuestión de la lluvia. Pero en fín, allí estaba la alcantarilla sin su tapadera. Es más, la subsodicha estaba tan solo a unos cincuenta centimetros de distancia.

Durante un rato pude observar a la gente, pues me encontraba tomando un café muy cerca del sitio en cuestión. Había unos que saltaban por encima del ahujero como si de un juego se tratara, otros giraban hacia la izquierda o hacia la derecha para esquivarla y dejarla a un lado sin ningún tipo de peligro. Había quien pasaba de largo como si nada, y los había que se paraban para ver que sucedía dentro de aquél espacio.

De todos los que por allí pasaron, que no fueron pocos, tan sólo uno se paró, miró hacia el interior de la alcantarilla, vio que no había ningún tipo de señalización y se dirigió hacia la tapadera colocandola donde le correspondía y se fue con toda la tranquilidad del mundo.

Poco después me puse a pensar en la alcantarilla y la vida. La alcantarilla me invitó a pensar que muchas veces ante los obstáculos de la vida intentamos saltarlos, esquivarlos, pasar de largo, mirar hacia ellos y seguir como si nada. Pero también me ayudó a pensar que son pocos los que se deciden a reparar, a arreglar o a poner las cosas en su sitio.

Vivo con la creencia de que son otros los que tienen que arreglarme las cosas, colocarlas donde creo que van y, en definitiva, son los otros los que tienen que hacer o solucionarne los problemas. Mientras tanto sigo esquivando, saltando, pasando de largo y sin coger al toro por los cuernos.

La alcantarilla me enseña que no vivo solo para mí. Vivo también para los demás y es mi responsabilidad dar el paso cuando yo veo la necesidad. Y en la medida en que cada obstáculo me ayude a tapar ahujeros, mi vida no sólo se desarrollará sino que también dejaré una pequeña impronta de mi vida para los demás, aunque no pase a la historia; aunque lo que haga sea parte de mi historia y de la misma historia de la vida.

Una pequeña historieta que me llegó ayer por e-mail:
Un presumido estudiante que se encontraba en un autobús lleno hasta los topes... se tomó la molestia de explicarle a un señor mayor sentado enfrente, porqué le es imposible a la vieja generación comprender a su generación.

"Usted creció en un mundo diferente, realmente casi primitivo," - dijo en voz lo suficientemente alta para que lo escucharan alrededor - los jóvenes de hoy crecimos con televisión, internet, aviones a reacción, viajes al espacio, el hombre caminando en la luna. Nuestras sondas espaciales han visitado Marte.
Tenemos naves con energía nuclear y coches eléctricos y de hidrógeno. Ordenadores con procesos a la velocidad de la luz y más..."

Después de un breve silencio el señor mayor respondió lo que sigue:
"Tienes razón, hijo mío.Nosotros no tuvimos esas cosas cuando éramos jóvenes... así que las inventamos. Ahora, ¡arrogante niñato!, ¿qué estás haciendo TÚ para la próxima generación?"

¡El aplauso fue atronador!


Una canción: Beatles. Let it Be: