10/7/13

¿Pasado, presente o futuro?



¿En qué piensas más, en el presente, en el pasado o el futuro? ¿Qué te reporta más beneficios a tu vida personal? ¿A qué le dedicas más tiempo?

Hay personas que nos arrastramos con el pasado y nos cuesta desprendernos de él. Experiencias positivas o negativas se convierten en una actitud totalmente paralizante que ni nos permite vivir el presente ni tan siquiera diseñar un futuro un tanto mejor. Nos aferramos a las experiencias pasadas de tal manera que podemos llegar a pensar que podemos vivir de las rentas o que el pasado lo tiene atrapado en un dolor tan intenso que no se puede liberar de él.  Pero la vida nos dice que muchas veces no podemos vivir del pasado, nos entra una insatisfacción personal porque sentimos que nos falta algo o que hay una carga que nos impide vivir plenamente.

Hay otros que soñamos y soñamos con un mundo que vendrá, un mundo en el que esperamos y una felicidad o bienestar que cambiará nuestra vida de una vez por todas, aunque las estadísticas dicen que después de seis meses y tengas el dinero que tengas vuelves al mismo estado anímico de antes, aunque hay experiencias que dicen que la caída suele ser mayor si uno no ha sabido administrar correctamente aquello que le ha hecho llegar a ese momento álgido.

Hay otros que optamos por vivir el presente, unos lo hacen de forma pragmática y viven al días sin preocuparse no de donde vienen no a donde van. No hay expectativas por lo que no hay sufrimiento. Aceptamos la realidad tal cual es y vivimos al día, pero sin ilusión y sin capacidad de sorprendernos. Otros vivimos el día a día pero con un rumbo, un camino hacia algo que queremos ser, vivir, experimentar y en el que queremos ofrecer lo mejor de nosotros mismos a la vida y a los demás. Vamos, que es un vivir plenamente dejando un legado para los que viven a nuestro lado y para los que vienen detrás. Es vivir el hoy con un sentido y dentro de ese sentido como un proceso hacia algo que nos ayuda a sentir que somos alguien y que la vida tiene sentido para nosotros.

Pero hay algo mucho más importante y es que entre el mañana que esperamos y el pasado que nos puede martirizar hay un espacio del que podemos disfrutar y no lo hacemos. ¿Te has parado a pensar alguna vez, por ejemplo, si gozas de lo sencillo, de lo cotidiano, de lo pequeño? Por ejemplo, cada día nos duchamos. ¿Sentimos y gozamos tranquilamente del agua, o nuestra mente está en otro lado? ¿Nos fijamos en cada uno de los aspectos que nos muestra la vida desde que salimos de casa al trabajo, tal y como pueden ser colores, olores, ruidos, personas? ¿Es lo mismo de siempre? ¿No nos dice nada nuevo la ducha, el camino, la persona que vive o trabaja con nosotros, las personas que nos encontramos y no tan siquiera conocemos?

La vida nos ofrece cantidad de estímulos cada día a traves de personas, sabores, sensaciones, olores, ruidos, colores, encuentros, tonos de voz, etc. ¿A cuantos prestamos atención? ¿Donde está nuestra mente en esos momentos? ¿En el pasado quejándonos de él, pasado muy cercano o muy lejano? ¿En un futuro que no tan siquiera ha llegado y que no sabemos a ciencia cierta llegará?

El pasado tiene sentido y es útil si nos ayuda a vivir el presente, que es lo real y lo que podemos vivir. El futuro tiene sentido si nos ayuda a vivir y a sentir el presente como paso que estamos dando y disfrutando de lo que queremos conseguir. ¿Te imaginas perderte todo el paisaje y trayecto que puede haber entre un punto de salida y otro de llegada en un viaje? Nos perdemos parte de la vida por la que caminamos. Y la vida es algo mucho más que una llegada, puesto que cuando llegas te esperan otras llegadas más. La vida es un recorrido del que simplemente tenemos que gozar y aprovechar cada momento.