18/1/16

Ley de la Atracción: La Ley del 2 + 1



La Ley de la Atracción y la observación.

¿Qué relación puede tener la Ley de la Atracción con los tres monos sabios? ¿Podemos aprender algo de ello? 

Es curioso. Dios nos ha dotado a todos de dos ojos, de dos oídos y de una boca. Hay personas que por desgracia carecen de vista, de oído o de poder hablar. Pero la realidad nos dice que cuando hay sentidos que dejan de funcionar hay una tendencia a desarrollar mucho mejor los que no están dañados. Puede que sea parte del "te adaptas o mueres"

A lo que íbamos, ¿qué relación pueden tener los sentidos y el número de miembros con la Ley de la Atracción? 

Nuestra capacidad de atraer se basa más en nuestra capacidad de aprender, de sorprendernos, de enriquecernos de todo lo que nos rodea antes que de echar para afuera todo lo que llevamos dentro.

Lo primero es aprender, experimentar y crecer para poder sentir, experimentar y luego poder dar a los demás. Por lo que si tenemos dos ojos y dos oídos es para que escuchemos, observemos y descubramos el doble de aquello que podamos hablar.

Aprendiendo a descubrir

¿Te has dado cuenta de la actitud de los niños que se dejan sorprender por cualquier cosa mientras que los adultos jalamos de ellos para que sigan nuestro paso y nuestro tiempo? Cuando nacemos somos como esponjas abiertas a aprender y a descubrir. ¿No es curioso que esa etapa de los "¿por qué?" de los niños nos pongan nerviosos por su ¿impertinencia? o más bien por su afán de aprender? ¿No es un poco contradictorio que mientras ellos quieren aprender nosotros tengamos miedo a escuchar sus preguntas porque en muchos casos no sabemos lo que responder y nos da miedo o incomodidad el tener que averiguar o aprender?

¿Cómo podemos aprender y descubrir? Podría decir que posiblemente la actitud más importante sería aprendiendo a callar, pero no. Prefiero empezar por lo positivo, por el "ver", "escuchar", "sentir", "gustar". Prefiero empezar por estar abierto a todo lo que nos aporta y enriquece de alguna manera en la vida.

  • Ver. ¿Cuántas cosas has visto en el día de ayer que te han sorprendido, que te han cuestionado o que te han permitido ver "algo nuevo" en la vida? Son millones los estímulos visuales que percibimos cada día, pero muy poco nos paramos a observar aquellos que nos pueden aportar algo nuevo y diferente. ¿Te has pensado a parar que alguno de esos estímulos podría ser una señal que la naturaleza, la vida, Dios, te envía para atraer algo bueno y positivo en tu vida? ¿Me dejo sorprender por lo diferente que veo en la vida a lo que yo hago?
  • Oír. ¿Qué hemos escuchado en el día de ayer que nos haya sorprendido, gustado, despertado admiración y nos haya aportado algo nuevo y positivo en la vida? Y lo repito una vez más. Son millones los estímulos auditivos que entran por nuestros oídos cada día. En estos momento, y mientras escribo, soy consciente del sonido de las teclas de mi ordenador, del sonido cotidiano del reloj que tiene el horno de la cocina, del sonido que emite el refrigerador por suave que sea, el crujir de vez en cuando de algunos de los muebles, de los pasos que dan en la planta alta los que están preparándose para dormir y cantidad de sonidos más que puedo observar tanto dentro como fuera de casa: coches, niños, gente hablando, pájaros, lluvia, fuentes, ríos, olas, etc. ¿Voy ensimismado por la vida o me dejo sorprender por todos y cada uno de los sonidos y aprender de ellos tal y como lo hacen los niños.
  • Sentir. Ayer me resulto agradable y placentero el beso que se dieron en una película. Beso tierno, sin prisas, lento, lleno de sentimiento. Al igual que una lasaña vegetal que me preparé en el día de hoy y que le gustó a mi mujer y a mi hija. Comerla lentamente, saborearla, gustarla, adivinar cada uno de los ingredientes, pensar en algo que podía añadirle. O el abrazo que me dio mi hija en un momento dado. Pararme a sentirla y a que ella me sintiera. Abrazar y sentir algo más que un cuerpo, la persona pequeña y dulce que se recostaba entre mis brazos.
En medio de las prisas de la vida podemos olvidarnos de algo muy importante, saborear la vida, apreciar lo que hay en ella, ser conscientes de lo que nos rodea y como todo puede formar parte de una Atracción letal hacia lo que que más deseamos de la vida.

Hace un par de días un amigo del colegio de mi hija me llamaba para ofrecerme la posibilidad de iniciar un negocio nuevo. ¿No es curioso? Apenas tenemos contacto, pero me llamó al igual que lo hizo una amiga la semana pasada para añadir nuevos elementos a un negocio que tenemos en marcha. Y también la misma semana pasada otro amigo de México para ofrecer otra posibilidad, la misma que me ofreció otro en el día de hoy. 

Cuando estás enfocado en lo que quieres, lo ves, lo sientes y lo escuchas en tu interior la misma vida se acuerda de ti y comienza a ponerte en bandeja todo un mundo de posibilidades.

No se si conocerás en cuento de Antony de Mello en el que se dice que: 

Un fervoroso creyente que padeció unas fuertes inundaciones y tuvo que encaramarse a la parte alta de la casa para poder salvarse. Tenía una fuerte y ciega fe en Dios, por lo que no dejaba de rogarle y suplicarle que lo salvara. 
Aparecieron por su casa unos soldados con una lancha y le pidieron que se subiera a ella. Les dijo que no, que tenía fe en Dios y que Él lo sacaría de allí. Después de mucho insistir, allí lo dejaron. Luego pasó la Cruz Roja y otro tanto de lo mismo. Por último pasó Protección Civil y tampoco consiguieron subirlo a la lancha por los mismos motivos. 
La riada fue tan fuerte que se lo llevó por delante y acabó muriendo ahogado.
Al llegar al cielo parecía estar un poco enfadado con Dios y le reclamó: Padre bueno, tenía fe en Tí y me has fallado. Esperaba el milagro que nunca acabó de suceder. La corriente me llevó y acabé muerto. Y aquí estoy. Un poco enfadado contigo porque me has fallado. 
Dios le respondió: "Hijo mío", ¿Qué otro milagro podrías esperar? ¡¡¡¡Te envié al ejercito, a la Cruz Roja y a Protección Civil!!!! ¿Qué más podía hacer?
Así es la vida y la Ley de la Atracción: Ver, Observar, Descubrir, Escuchar, Sentir, Apreciar, y otros tantos más de adjetivos, lo que la vida nos da y nos pone delante. A partir de ahí depende de nosotros si lo aceptamos y nos servimos de ello para vivir, crecer y sentirnos Atraídos por la vida y por lo que de ella queremos conseguir.

Hoy alguien me pedía permiso para tomar una imagen que tengo en mi perfil de Facebook: "Si esperas que se te de algo en la vida, te encontrarás esperado toda la vida. Haz que suceda, tu mismo". Le dije que sí, porque entre otras cosas es una frase que yo también he adoptado. Pero también porque en el proceso de esperar, pasan por delante de ti muchas cosas, y esas muchas cosas son la señales de la vida que tenemos que permitir que nos sorprendan y atraigan.