15/7/10

Dime con que te relacionas y te diré....



Tenemos que evaluar la calidad, las fuentes y el éxito de donde procede la información. No podemos tragarnos todo lo que nos ponen delante. Los resultados cantan, los consejos pueden no ir con la realidad o no se han experimentado en la persona que lo da. Es la propia vida y los propios resultados de la misma vida las que tienen que hacernos ver de lo que podemos fiarnos o no, de a donde podemos arrimarnos o no. Para ello tengo que prestar atención a mi mente y saber lo que elijo y el porqué lo elijo.

Tu eres el resultado de todo aquello con lo que te asocias. Es una realidad como una catedral de grande en todos los aspectos, tanto en el físico, como en el psíquico, como en el social. Dependiendo del tipo de relación o de asociaciones que hacemos, depende el resultado final de lo que obtendremos en nuestra vida. Es algo parecido al dicho de: "Dime con quien andas y te diré quien eres." Si mi vida gira en torno a gente fracasada, desilusionada o negativa no es de extrañar que acabe siendo una persona de éste tipo. Por el contrario, si me rodeo de gente triunfadora, optimista, ilusionada lo más normal es que mi vida siga por los mismos cauces. Somos el resultado de la situaciones con las que nos asociamos.

Apegarnos a situaciones de personas de éxito es pues una de las prioridades que deberíamos tener en la vida, porque estar cerca de ellas acabará por transferir a nuestras vidas algo de ellas, de su espíritu, de sus cualidades, de sus formas de pensar. De la misma manera que intentamos prevenir los contagios de los diferentes tipos de enfermedades no estando cerca de ellas, deberíamos fomentar el contagio del espíritu positivo acercándonos a gente positiva, a situaciones enriquecedoras y que promueven positivismo, ilusión y valores en nuestra vida. ¿Quienes son esas personas cercanas o lejanas que consideramos importantes, positivas y triunfadoras? ¿Por qué no saber más de ellas? ¿Por qué no penetrar en su espíritu y contagiarnos de él? Evitando lo negativo y destructivo, y tomando el camino de lo positivo y constructivo, acabaremos contagiándonos de todo lo que alimenta positívamente al ser humano.

¿Qué libros leemos? ¿Que tipo de personas son aquellas con las que nos asociamos? ¿De éxito, triunfadoras, constructivas? ¿Que nos aportan?

¿Qué programas de televisión o de radio solemos ver? ¿Qué aportan a nuestras vidas? ¿En que nos enriquecen?

Una ruptura radical con aquello que no nos enriquece ni ayuda es fundamental si queremos cultivar en nosotros un espíritu positivo. Somos el resultado de lo que hacemos y de con quien nos desenvolvemos.