26/10/10

El baúl de los recuerdos



¡Qué sensación le deja uno el ir a un álbum de fotos y repasar muchas de las vivencias que ahí se depositan!  ¡Qué bonito encontrarse con viejos amigos con los que has compartido partes interesantes de tu vida en las que te han hecho sentir o les has hecho sentir algo especial en la vida. Pero sobre todo, ¡qué increíble es pararse a reflexionar sobre el "cómo" ha sucedido todo eso, sobre "los valores" que has vivido entonces y las "habilidades" que has tenido que desarrollar en esos momentos!


Si nos paramos a reflexionar en el "como" nos damos cuenta de los procesos que hemos utilizado, procesos que son personales e innatos. Procesos que hemos utilizado y que de repente los hemos guardado es ese baúl de los recuerdos que hemos cerrado a cal y canto, pero que no dejan de encerrar una gran herramienta que fue utilizada en su momento y que aportó a nuestra vida una gran sabiduría. Ahí quedan modos de actuar, actitudes, impulsos, valores que nos han llevado a construir algo positivo.

Sin nos vamos a los "valores" nos daremos cuenta de los grandes impulsores que llevábamos dentro que nos hacían pasar por encima de las dificultades y que disuadían cualquier tipo de miedo que no acechaba en cualquier tipo de situación. Valores que nos hacían enfrentarnos a situaciones, a darlo todo por uno mismo o por aquellos que queríamos. Valores que motivaban nuestra vida y nuestra acción. 

Y si reparamos en todas las triquiñuelas que utilizábamos, los recursos que nos inventábamos y los medios para lograr los objetivos, caeremos en la cuenta de las habilidades personales que tenemos ahí, dentro de nosotros mismos, para vivir el día a día y conseguir alcanzar los sueños que tanto deseamos.

Alma, corazón y vida. Tres cositas nada más que tenemos dentro de nosotros mismos, unas veces de forma consciente y otras dormidas en un pequeño baúl mental. Sólo queda ir al baúl de vez en cuando, toparse con gente que ha formado parte de nuestra historia y desempolvar valores, habilidades y procedimientos utilizados para seguir creciendo con ese espíritu con el que crecen los niños: libertad.