¿Has pensado alguna vez en tu forma de despertarte, levantarte e iniciar el día? ¿Crees que esta manera marca la trayectoria del día que vas a vivir? ¿Qué piensas sobre la manera en que afrontas los primeros momentos de tu día?
Aunque parezca extraño el inicio del día es fundamental. Una buena actitud marca con optimismo el trayecto que tendrás que recorrer el día. ¿Te has levantado alguna vez dejándote llevar por posibles pesadillas que has tenido durante la noche? ¿Tal vez has cargado con los malos recuerdos del día de ayer? ¿Cuándo ha sido la última vez que han sonreído por la mañana? ¿Te levantas con música?
Levantarse con un objetivo, una meta, una misión que realizar en la mente ya le da sentido al día. Visualizar lo que tenemos que hacer y disfrutar de los beneficios que nos puede aportar ya le da más sentido a nuestro levantarnos, y si lo acompañamos con sonrisas, buenas actitudes, música y alegrando la vida del que está al lado, mucho mejor.
Conozco gente que se dedicaba a poner mensajes en el baño, en las escaleras, en el salón, en la cocina. Eran mensajes que le recordaban hacia donde se dirigía, hacia lo que quería conseguir. La cuestión era, y es, grabarlo en la mente, en el consciente y en el subconsciente, mantener el norte y la dirección de la vida y del día que empezamos, libres de cargas negativas, de experiencias traumáticas en lo que importan es hacia donde quieres ir y lo que quieres conseguir y no tanto de donde vienes y lo que no quieres vivir.
Alguien dijo en una ocasión que no somos responsables de nuestra historia, pero si de lo que decidimos. Cada día, cada mañana tenemos la opción tomar decisiones de cómo queremos vivir el día y de lo que queremos alcanzar. Y nada mejor que mirarse al espejo, esbozar una gran sonrisa y decirse a uno mismo: Buenos días, ¡éste es tu día!