4/7/14

¡Viva la ética!



Invocamos la ética para que respeten nuestros derechos pero, ¿la invocamos a la hora de respetar los derechos de los demás? 

Es una pregunta que me hago porque cada día vemos personas que que están más desencantadas de la vida política, del trato que reciben como trabajadores o de las exigencias morales que se les exige en una sociedad en la que viven cuando ni políticos, ni empresarios, ni personas semejantes son capaces de respetar los derechos de los demás y tal y como piden y esperan que se respeten los suyos.

Me quedé gratamente sorprendido en el día de hoy cuando una joven empresaria decidía cerrar una empresa y finiquitar a sus trabajadores hasta el último céntimo antes de irse tranquila y dejar que los nuevos dueños de la empresa pudieran decidir sobre los trabajadores que recibían con toda su antigüedad. Pudo quitarse un peso de encima, ahorrarse un dinero y dormir más tranquila si lo hubiera hecho de la otra forma. Pero no entraba dentro de sus valores y de lo que su conciencia podía admitir.

"Prefiero dormir tranquila que no dormir por el peso de aquello que quise evitar y por evitarlo ha causado dolor a otros", decía.

Son los valores, que a veces nos pueden perjudicar desde un punto de económico, pero que suman a nivel de libertad, de honradez y por ello de bienestar personal. 

La ética camina en dos sentidos, no solamente en uno. El camino de uno hacía los demás y el camino de los demás hacia uno. Sólo así convertiremos la vida en algo digno de vivir, tanto de un lado como de otro.

¡Viva la ética, aunque a veces la mano izquierda no sepa lo que hace la derecha! ¡Viva la ética y quien la vive, porque el que la vive ciertamente es feliz por saber respetar su propia vida y la de los demás!